Queso blanco con nueces y miel

Después de una comilona navideña lo mejor es tomar un postre ligero y desengrasante. Y si es posible que contenga nueces ya que tienen la propiedad de anular el efecto de las grasas saturadas que han constituido el ágape. Las nueces contienen ácido oleico que reduce el colesterol en sangre y además está demostrado que su consumo regular reduce considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Se puede decir de forma un tanto burda que los excesos cometidos en primeros y segundos platos los puede contrarrestar un puñado de nueces.

INGREDIENTES :

100 gramos de queso blanco fresco (requesón, ricotta) por comensal
5 nueces picadas por comensal
1 chorrito fino de miel por ración

Picamos las nueces en trozos grandes y las mezclamos batiendo con el requesón. Echamos por encima un chorrito de miel. Y curados de los excesos. Más simple no podía ser.