Sugerencia de menús para este fin de semana

 

SÁBADO

Desayuno

Con tortitas rusas (Sýrniki) y leche fermentada (Ryazenkha)

Sýrniki


Los sýrniki a menudo se conocen como las tortitas rusa de queso, dándoles el mismo uso que las creps bretonas o los tortitas americanas. No obstante, aunque se pueden consumir en el desayuno generalmente son más habituales como postre a modo de blini enriquecido que además se cubre con crema agria (natma), mermelada, miel, frutos del bosque etc.

Son muy fáciles de hacer.

INGREDIENTES :

  • 500 gramos de requesón
  • 2 huevos
  • 6 cucharadas de harina de trigo
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 1 cucharadita de sal 
  • Mantequilla (para freír) con un poco de aceite de oliva


Mezclamos el requesón con los huevos, la harina tamizada, el azúcar y la sal. Se trabaja con una cuchara de madera hasta que todo queda bien integrado.

Tomamos un trozo de la pasta - una bola que quepa en la palma de la mano - y la aplastamos hasta que toma una forma de tortita de medio centímetro de grosor, más o menos.

Fundimos un par de cucharadas de mantequilla en una sartén anti adherente y colocamos las tortitas sobre la misma hasta que se dora. Repetimos la operación por el otro lado.

Se sirven calientes o tibias con el aderezo que más os apetezca (miel, mermelada, jarabe de arce etc). Están realmente buenos y son una alternativa mucho más apetitosa que los productos similares basados en harinas.


¿Y si no tenéis requesón?

Se puede hacer requesón en casa con elementos comunes como son la leche, la sal y el zumo de limón o vinagre. No es la forma correcta de hacerlo ya que es fácil adivinar que el limón o el vinagre añade un sabor extra a la leche. La forma correcta de hacer el requesón es empleando ácido cítrico, cloruro de calcio (si la leche es baja en calcio obtendréis poco requesón) y sobretodo cuajo. En cualquier caso estos últimos elementos es difícil que los tengáis en casa, así que os explico el método con elementos comunes. Que los sýrniki tengan sabor a limón tampoco tiene mayor importancia.

  • 1 litro de leche
  • El zumo de un limón
  • 1 cucharadita de sal

Llevamos la leche al punto de ebullición y separamos del fuego. Incorporamos el zumo del limón poco a poco hasta que se corta la leche (se separa la parte sólida de la líquida), removiendo para que el proceso continúe tanto como sea posible. 
Vertemos sobre un trozo de tela tipo "sábana" para separar el sólido del suero. Apretamos bien para que el sólido escupa la mayor cantidad de líquido posible. Se puede dejar en el frigorífico para que vaya goteando y consolidando como requesón, para usar al día siguiente y no más tarde de las 48 horas ya que se echa a perder pronto.

Ryazhenka

A menos de que  ucraniano o de un país próximo a estos, seguramente esta bebida no te suene en absoluto. En apariencia se trata de una bebida como cualquier otra obtenida de la fermentación de la leche, pero es algo más que eso. 


En primer lugar no emplea leche normal, sino leche cocinada. La leche cocinada se obtiene calentando leche entera durante largos periodos de tiempo. Este calentamiento prolongado provoca reacciones que caramelizan el líquido y confieren a la leche un característico color beige. 

A continuación se añaden bacterias lactobacillus, como las que se emplean para realizar yogur pero como la leche cocinada es más dulce que la natural el resultado no necesita ser endulzado para ser ingerido. 

En la actualidad la ryazhenka puede comprarse en cualquier supermercado ruso, siendo en su país de origen mucho más popular que el yogur o el kéfir. A continuación vamos a hacer ryazhenka de manera casera y con ingredientes disponibles en cualquier cocina occidental. 

INGREDIENTES : 

Litro y medio (1.5 L) de leche entera 
200 gramos de yogur natural sin azúcar 

En primer lugar vamos ha hacer leche cocinada. Para ello hervimos el litro y medio de leche con objeto de eliminar cualquier bacteria existente. Dejamos enfriar. Una vez está fría llevamos de nuevo al fuego, dejándolo al mínimo posible durante aproximadamente 8 horas. Hay que tener cuidado de que la leche no hierva en ningún momento. Cuando haya finalizado el proceso se habrá formado sobre el líquido una capa de color marrón-beige que algunos retiran y otros encuentran que es la gracia de la bebida, así que al gusto.

Otra forma de hacer leche cocinada es introducirla en el horno a 160 grados durante 2 horas, evitando de nuevo que hierva. Dejamos que la leche quede templada y mezclamos con el yogur, a menos que por alguna casualidad tengáis un brik de ryazhenka original y podáis emplearlo, lo cual sería más ortodoxo. Dejáis la cazuela en un lugar oscuro y cubierta con un paño de algodón y tras ocho horas ya tendréis vuestra ryazhenka casera.

Almuerzo

Plato único

Ramen


El ramen es una preparación japonesa que consisten en fideos servidos en un caldo con un acompañamiento de carne (cerdo o pollo, principalmente). También suele llevar otras guarniciones como algas, verduras, huevo cocido etc. 

La preparación ortodoxa es un tanto compleja y excede el principal objetivo de este blog que consiste en hacer preparaciones tradicionales en el menor tiempo posible. Aún así es factible hacer un ramen más que aceptable con ingredientes fácilmente localizables en nuestro país consiguiendo un sabor casi idéntico al original.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 400 gramos de fideos para ramen (se venden en tiendas especializadas o grandes superficies)
  • 250 gramos de solomillo de cerdo
  • 4 huevos
  • 2 cebolletas verdes
  • 50 gramos de brotes de espinacas
  • 50 gramos de granos de maíz (el típico de lata)
  • 4 hojas secas de alga nori
  • 1 litro de caldo de pollo
  • 100 ml de salsa de soja
  • Un trozo de jengibre (de unos 2 centímetros)
  • 5 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de ajonjolí (sésamo)
  • 1 pellizco de pimentón picante
  • Aceite de sésamo (se puede usar aceite de girasol o maíz si no lo encuentras)

En una olla grande vertemos el caldo de pollo, los tres dientes de ajo partidos por la mitad, la salsa de soja, el jengibre en rodajas finas y el pimentón picante y llevamos a ebullición. En el momento en que empiece a hervir reducimos y dejamos hacer, a hervor suave, durante 5 minutos. Mantenemos caliente a fuego mínimo.

En una cazuela con agua hervimos los fideos del ramen según las indicaciones del fabricante. Una vez cocidos retiramos y reservamos.

Podemos reutilizar el mismo agua de los fideos para cocer el solomillo añadiendo un par de dientes de ajo y un poco de jengibre. Cuando está cocido - tardará alrededor de 30-40 minutos - lo retiramos y cortamos en rodajas no muy finas. Llevamos los trozos a una sartén con aceite y los salteamos hasta que se doran ligeramente. Retiramos y reservamos.

Cocemos los huevos en una cacerola con un dedo de agua y la tapa puesta, es decir, que el agua no cubra los huevos. Cuando el agua empiece a hervir contad exactamente 6 minutos. Transcurrido el tiempo pasadlos por agua fría y peladlos. Será muy fácil quitar la cáscara mientras que la yema estará pochada.

Ya podemos montar cada bol de los comensales. Incorporamos en el fondo un poco de la cebolleta cortada en juliana fina, una cucharada de maíz dulce, unos brotes de espinacas, un trozo de alga nori y unas cuantas semillas de ajonjolí. Añadimos también la carne que corresponda. Vertemos entonces el caldo de pollo con soja bien ardiendo. Con esto escaldaremos las verduras. Lo mantenemos así hasta que podamos coger el bol con las manos (alrededor de 5 minutos). A continuación cortamos un huevo por la mitad y lo colocamos en el bol.

Listo para servir.

Si os parece demasiado salado (la salsa de soja lleva mucha sal) se suele añadir una cucharadita de azúcar pero no suele ser necesario. En todo caso, previendo el problema si no os gustan las cosas demasiado saladas, echad solo 80 ml de salsa de soja. 

Postre

Fruta del tiempo

CENA

Entrante

Sopa de tortellini


Una sopa italiana tradicional realizada con tortellini, verduras y hortalizas. 

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 300 gramos de tortellini (con el relleno que os apetezca)
  • 250 gramos de espinacas
  • 400 gramos de tomates rojos y maduros
  • 1 litro de caldo de pollo
  • 2 cebollas frescas
  • 1 diente de ajo
  • Aceite virgen extra de oliva
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Orégano (opcional)
  • Queso rallado

En una cazuela grande vertemos un chorro generoso de aceite de oliva. Incorporamos un diente de ajo y lo freímos hasta que queda bien dorado. En eso momento lo retiramos.

Picamos las cebollas bien finas y las vertemos en la cazuela. Freímos hasta que transparentan.

Incorporamos a la cazuela el libro de caldo de pollo, las espinacas bien lavadas y los tortellini (si son secos), así como los tomates pelados, sin semillas y troceados. Dejamos hacer el tiempo que marque el fabricante para los tortellini. Si éstos son frescos, coceremos tomates y espinacas alrededor de 10 minutos y luego añadiremos los tortellini para un extra de cocción de 3 ó 4 minutos.

5 minutos antes de terminar la cocción rectificamos de sal y pimienta. Se sirve bien caliente espolvoreando un pellizco de orégano y queso rallado. 

Plato Principal

Risoles


Hoy vamos a aprender a hacer risoles, una receta que a menudo se confunde con las croquetas. Mientras que la croqueta es una bechamel espesa que adereza un ingrediente básico - carne picada, jamón etc -,  luego cubierta de harina y huevo que se fríe en aceite, el risole es una masa rellena de un ingrediente cualquiera que así mismo se fríe, pero donde resulta más importante el envolvente que el contenido. Por decirlo más simplemente, el risole sería una croqueta con una 'costra' bien gruesa. Si dicha costra no tiene buen sabor, el risole no vale nada.

Por la razón indicada anteriormente, el proceso de realizar un risole consistirá en hacer una masa y luego adicionarle el relleno. Se pueden rellenar de carne, pescado, patata o queso, pero si el producto requiere cocinado (carne, pescado o patata) se requerirá cocinarlo previamente ya que la fritura no es suficiente para hacerlo por si sola.

En esta receta que a continuación os indico empleo queso como relleno porque es uno de los pocos que no requieren cocinado previo y por tanto para empezar os resultará más sencillo. Empleo dos tipos de queso : uno barato como la mozzarella y otro más caro pero de sabor fuerte como el parmesano. No hay problema en hacer los risole sólo con mozzarella o emplear otro queso adicional que no sea parmesano como el manchego, el cheddar etc.

INGREDIENTES (para 6 comensales aprox) :

Para la masa

  • 400 gramos de harina de trigo blanca
  • 400 ml de leche entera
  • 200 ml de agua
  • 3 cucharadas de mantequilla o margarina (al gusto)
  • 1 cucharadita de sal *
  • 1 pastilla de concentrado de caldo de ave o de carne (al gusto)

* atención ! a menudo las pastillas de concentrado de caldo son muy saladas, así que tal vez deberéis hacer sólo una cucharadita rasa o incluso media de sal.

Para el relleno

  • 400 gramos de queso mozzarella
  • 200 gramos de queso parmesano (manchego también vale)

Para la fritura : 

  • aceite de girasol y aceite de oliva
  • leche
  • pan rallado

En una cazuela grande a fuego medio vamos a verter la leche, el agua, la mantequilla, la cucharadita de sal y la pastilla de concentrado de carne. Lo llevamos a hervir, vigilando que todo quede bien disuelto.

Cuando la leche ya ha hervido bajamos el fuego al mínimo y añadimos la harina bien tamizada para que no forme grumos. Con una espátula de madera removemos bien hasta que se forma una masa que ha absorbido la totalidad del líquido y prácticamente se separa de las paredes de la cazuela (os daréis cuenta que está hecha cuando al presionar con el dedo le cuesta retomar la forma inicial que tenía).

Se saca la masa de la cazuela, se deposita sobre la tabla de madera y se amasa hasta que queda elástica y homogénea.

En otro bol preparamos la mezcla de ambos quesos bien rallados. 

Ahora es el momento de formar el risole. Agarramos una bola pequeña de masa y la aplanamos sobre la palma de la mano.  El tamaño correcto es ese, la extensión de la palma de la mano sin ser demasiado gruesa, lo que se llama una "galleta".

En el interior depositamos un poco de queso y cerramos la masa sobre el mismo, dándole la forma de media luna (es la forma habitual de los risoles, pero si queréis les dais la forma cilíndrica de las croquetas).

En una sartén vertemos dos dedos de aceite de girasol y un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. Con esta mezcla hacemos que el aceite de girasol tarde más en quemarse.

Mojamos los risoles en leche y luego los pasamos por pan rallado (suena raro pero se hacen así, no se emplea huevo).

A fuego no muy fuerte freímos los risoles hasta que se doran ligeramente. Cuando estén bien hechos la prueba será que al abrirlos, tal y como muestra la foto que acompaña a este artículo, la costra será crujiente y el interior se habrá semi fundido. 

Están de vicio, os los recomiendo ya sean de queso o con cualquier otro relleno. Acompañados de ensalada  hacen una cena completa.

Postre

Fruta del Tiempo

DOMINGO

Desayuno

Leche con café o leche con chocolate y Colineta de Avellanas


Una colineta es un tipo de bizcocho que se hace con huevos, azúcar y harina de almendra o avellana. Y nada más, ni siquiera levadura. Son muy típicas del norte de España - la tarta de Santiago gallega podría clasificarse como tal - y aunque su nacimiento se debió a otras circunstancias derivadas de la disponibilidad de ingredientes, en la actualidad son útiles para todos aquellos que tienen intolerancia al gluten ya que no lo contienen en absoluto. En esta afirmación cabe hacer un inciso porque a menudo, si las compráis en los comercios, llevan una cierta cantidad de harina de trigo para abaratar costos. Si vosotros tenéis intolerancia al gluten o sois directamente celíacos y queréis ahorrar costos, lo mejor es emplear harina de maíz mezclada con la harina de almendra o avellanas. La harina de maíz, al igual que otros cereales de regadío, no contiene gluten.

Esta colineta es típica de Teberga, un precioso municipio al sur de Asturias, colindante ya con León, y ubicado en plena sierra de Sobia, en el parque natural de Las Ubiñas. Un sitio al que has de ir si visitas Asturias.

INGREDIENTES :

  • 250 gramos de harina de avellanas tostadas (si lo preferís de almendras, aunque la receta de Teberga se realiza con avellanas)
  • 250 gramos de azúcar
  • 6 huevos
  • 1 limón
  • 1 pellizco de sa
  • Opcional : azúcar glass (impalpable) para decorar

En primer lugar separamos la yema de la clara de los huevos. Con la clara, una vez la montemos, haremos las veces de levadura.

Batimos la yemas y sin dejar de batir vamos añadiendo el azúcar poco a poco hasta que veáis que la mezcla no admite más y os cuesta disolverla. Debe quedar como la espuma, así que si tenéis unas varillas eléctricas es el momento de usarlas.

Una vez tenéis bien batidos los huevos con el azúcar, añadimos la harina de avellanas tostadas poco a poco. A veces es complicado encontrar este tipo de harina - no así la de almendras, que es más común - por lo que a menudo se deben comprar avellanas tostadas y picarlas con la picadora eléctrica o incluso en vaso de la termomix o batidora (si tiene las cuchillas adecuadas) para conseguirlas. Queda una harina un poco gruesa pero la podéis tamizar con un colador o bien usarla tal cual, tampoco queda mal.

Una vez tenemos la masa de harina de avellanas bien batida pasamos a montar las claras. Para ello las disponemos en un bol con un pellizco de sal y 3 gotitas (literal, 3 son suficientes) de zumo de limón. Batimos con las varillas o las varillas eléctricas hasta que montan de manera que al dar la vuelta al bol el merengue no cae. Hacedlo despacio, de arriba a abajo, de manera que no se pierda el aire.

Es el momento de verter el contenido en un molde. Dada las características de la colineta, es preferible usar un molde de base removible. Si no lo tenéis, usad uno bien engrasado y poned un papel de hornear para que la extracción sea fácil. Si no lo hacéis así la colineta se romperá, es bastante frágil. El molde de base removible debe ser el normal de 22 cm (tamaño plato convencional).

Precalentamos el horno a 200 grados y horneamos durante 20 minutos o hasta que lo veáis dorado y al clavar un palillo en el centro salga totalmente seco.

Extraéis, dejáis enfriar y quitáis la banda lateral del molde con cuidado. Si queréis darle un aspecto más apetecible, espolvoread por encima un poco de azúcar glass.

Si os gustan las avellanas, este dulce os encantará.

Almuerzo

Entrante

Ensalada de Col

 

La ensalada de col es muy habitual en los Estados Unidos. Se suele servir acompañando a recetas de carne que se han preparado al grill o la barbacoa. También se suministra como una ensalada standard en restaurantes de comida rápida lo que la han convertido en una acompañamiento muy popular.

Se puede preparar una ensalada de col muy sana pero es esencial disponer de una mandolina. Con este aparato se consigue cortar la col en láminas muy finas que son más fáciles de mojar con la salsa que viste esta ensalada.

Aunque encontraréis muchas recetas de coleslaw, la tradicional solo lleva col (repollo) y zanahoria, aderezadas con dos tipos de salsas diferentes : una vinagreta (si la queremos baja en calorías) y una mayonesa que le da un aspecto cremoso y blanquecino del que solo destaca el naranja de la zanahoria. Esta salsa con mayonesa es bastante más popular pero menos tradicional y también más calórica.  Os voy a dar ambas y elegís la que más os convenga.

INGREDIENTES (4 comensales) :

  • 1 col (repollo) *
  • 1 zanahoria grande

* A veces se emplean a la vez coles blancas y moradas, simplemente para dar un cierto colorido a la ensalada. 

Para la salsa vinagreta:

  • 3 cucharadas de vinagre de manzana
  • 4 cucharadas de aceite de girasol o maíz
  • 3 cucharadas de azúcar blanca
  • Media cucharadita de mostaza francesa (fuerte)
  • Un cuarto de cucharadita de semillas de apio *
  • Pimienta negra molida
  • Sal

Para la salsa de mayonesa: 

  • Medio vaso de mayonesa (100 ml)
  • 2 cucharadas de vinagre de manzana
  • 2 cucharaditas de azúcar
  • Media cucharadita de semillas de apio*
  • Pimienta negra molida
  • Sal

* Las semillas de apio forman parte de la receta original. Se pueden encontrar en herbolarios pero si no las tenéis o no os queréis complicar la vida no las uséis.

En primer lugar pelamos la zanahoria.

A continuación pasamos el repollo por la mandolina de manera que obtenemos láminas extremadamente finas. Se podría hacer con un cuchillo afilado pero se tardaría mucho más tiempo.

Rallamos la zanahoria con un rallador convencional. 

Para cuatro personas debéis obtener al menos 3 vasos de láminas de col y 1 vaso de zanahoria rallada. Mezclamos ambas hortalizas.

Para hacer la salsa (la que elijamos, tanto la vinagreta como la de mayonesa) mezclamos los ingredientes y salpimentamos al gusto.

Vertemos la salsa sobre las hortalizas y mezclamos bien para que se impregne. Llevamos al frigorífico donde deberá macerar al menos 2 horas.

Cuando extraigamos la ensalada del frigorífico veremos que se ha formado líquido en el fondo del bol. Es normal, es el agua que ha sudado la col, principalmente. Con cuidado inclinamos el bol y la eliminamos.

Una ensalada sencilla y realmente gustosa.

Plato principal

Pollo a l'ast con Loaded Potato

 Mucha gente se pregunta por qué el pollo a l'ast que se compra los domingos es tan bueno. Supongo que no descubro nada nuevo diciendo que el secreto está en el modo de cocinarlo. En las tiendas disponen de asadores verticales donde se acomodan las hileras de pollos. Tras ellos están los fuegos, que pueden ser eléctricos o a gas. Los pollos van ensartados en espetones que giran de forma contínua para conseguir una perfecta cocción. No se les añade más que sal, pimienta y algunas hierbas, regándolos de vez en cuando con sus propios jugos de la cocción. La carne de pollo contiene poca grasa y la que tiene se concentra prácticamente en su totalidad en la piel. Al asarlo esa grasa funde depositándose en bandejas dispuestas para ello. Entonces la piel se dora tomando una tonalidad muy característica del pollo a l'ast. Por tanto, si queremos preparar un pollo a l'ast tal y como hacen las tiendas bastaría con lavarlo, quemar los restos de pluma que le quedaran, volver a lavarlo, rellenarlo con algunas hierbas - provenzales o simplemente con tomillo - y  salpimentarlo abundantemente. Algunos suele echarle por encima un chorro de cognac o brandy, práctica que desaconsejo. Luego al espetón y tras unas cuantas vueltas tendríamos el deseado pollo asado. Como véis nada fuera de lo común.


La cosa se complica y bastante si queremos asar el pollo en casa. Puesto que los asadores de pollos a l'ast cuestan entre 2500 y 8000 euros doy por sentado que no disponéis de los mismos. Algunos hornos eléctricos disponen de una ranura donde es se puede ensartar una varilla y ésta gira de manera que es posible asar el pollo de un modo similar a los aparatos profesionales. Pero son una minoría. En general no disponemos mas que de un horno convencional así que por mucho que nos esforcemos va a ser dificil obtener un resultado similar. Pero podemos quedar muy cerca.

En primer lugar vamos a analizar las características del pollo a l'ast para tratar de imitarlas. La primera más evidente es el color dorado de la piel. Para conseguirla casi idéntica me inclino siempre por embadurnar el pollo con manteca de cerdo. Luego se espolvorea bien con sal y pimienta negra y finalmente, si os gusta el pollo a l'ast a las hierbas, los embadurnáis con hierbas provenzales. La manteca hará que las hierbas se adhieran a la piel. Prefiero emplear manteca de cerdo y no mantequilla que cambia más el gusto de la carne. Ciertamente en los asadores profesionales no se emplea ningún tipo de grasa o aceite, pero por las características de nuestros hornos domésticos nos vemos obligados a emplearlos. 

El sabor tan característico del pollo se obtiene con la sal, la pimienta y sobretodo las hierbas provenzales. Las llamadas hierbas provenzales son una mezcla de diversas hierbas, generalmente tomillo (farigola en catalán), orégano, estragón, laurel, lavanda, albahaca y romero. Se suele vender en una especie de ramillete atado o bien en forma de picada. Si alguna de estas hierbas - su olor o sabor - os desagrada basta con poner al menos tomillo, que es la fragancia que más define el pollo a l'ast. Si no queréis poner hierbas por fuera, colocad el ramito o la picada de hierbas provenzales en el interior limpio del pollo. -Cuando lo hayáis hecho, cerrad la abertura con palillos. Algunos rellenan también con medio limón, pero no es necesario.

Ahora viene el delicado tema de asar la pieza. Lo mejor es colocar la pieza en vertical sobre una fuente de barro, como si el pollo estuviera sentado. Para conseguirlo, si no es estable, lo que hago en pasar un par de palillos por la punta de las alas y clavarlas en los muslos. La fuente de barro sirve para recoger los jugos que se van desprendiendo durante la cocción y con ellos regar el pollo.

Primero precalentamos el horno a 200 grados y colocamos la pieza hasta que se dore (15 a 20 minutos). Luego bajamos a 180 grados durante una hora y ya tenemos el pollo a l'ast : crujiente por fuera, tierno por dentro y muy aromático.

INGREDIENTES :


  • 1 pollo entero eviscerado
  • Manteca de cerdo
  • Hierbas provenzales (o al menos unas ramas de tomillo)
  • Sal 
  • Pimienta

1. Lavamos el pollo. 
2. Eliminamos con fuego o manualmente los restos de plumas o cañones que pudieran quedar.
3. Volvemos a lavar.
4. Nos cercioramos que el interior está limpio de víscera. Lo lavamos.
5. Frotamos con manteca toda la piel del pollo.
6. Salpimentamos concienzudamente.
7. Si queremos podemos pasar el pollo por una bandeja con hierbas provenzales desmenuzadas.
8. Echamos un puñado de hierbas en el interior y cerramos con palillos.
9. Conseguimos una fuente de barro o de vidrio que pueda ir al horno y "sentamos" el pollo. Para asegurar la estabilidad clavamos las puntas de las alas en los muslos con la ayuda de mondadientes.
10. Precalentamos el horno a 200 grados y doramos durante 15-20 minutos.
11. Horneamos a 180 grados durante una hora.

Trinchar, servir y a disfrutar !

Loaded Potato

El nombre en inglés "norteamericano" es baked loaded potatoe , que se traduciría como "patata cargada asada". Lo de "cargada" se refiere a todo lo que se añade a la patata una vez asada y que le añade como 3000 calorías, por lo menos. 


En los Estados Unidos las barbacoas suelen ir acompañadas de ensaladas y de estas patatas que se esperan aunque nadie las haya anunciado, es decir, son una añadido que todos esperan. 

La forma de asarlas suele ser al grill, en la misma barbacoa donde se hace la carne, aunque en este caso se suele tapar la misma para alcanzar la temperatura adecuada que consiga reblandecer la enormes patatas que se emplean.  Esta forma de cocinar la patata es compleja y lenta, por lo que recurriremos al horno convencional.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 4 patatas muy grandes*
  • 4 lonchas de bacon
  • Una docena de cebollinos
  • 1 cebolla fresca grande
  • 250 ml de crema agria**
  • 200 gramos de queso cheddar
  • 60 gramos de mantequilla
  • Sal
  • Pimienta negra molida

* Las patatas que se emplean en los Estados Unidos son las llamadas Russet. Son grandes, de piel rugosa y de pulpa fácil de hornear. En España podemos emplear las llamadas patatas nuevas aunque tendremos problemas para encontrar una bien grande. Escoged las de mayor tamaño y que sean todas iguales, así el tiempo de horneado será similar.

** Podéis encontrar crema agria aunque os será más fácil hacerla en casa con ingredientes más comunes. Para hacer crema agria basta con disponer de unos 250 ml de nata para cocinar (MG del 18% aproximadamente) y añadirle el jugo de un limón. Se deja reposar durante una hora y ya tenéis la crema agria.

En primer lugar lavamos a conciencia las patatas porque se asan con la piel. Deben de quedar bien limpias, sin rastro de polvo o tierra.

A continuación las envolvemos una a una en papel de aluminio de manera que la parte brillante quede hacia dentro, hacia la patata, y la parte sin brillo del aluminio hacia fuera. Precalentamos el horno a 190 grados e introducimos. El tiempo de horneado variará según el tamaño de la patata. Una patata grande pero de medidas normales se puede hornear en 40 minutos mientras que una extra-grande puede tardar hasta una hora y media. Con un palillo ir pinchando de vez en cuando y cuando se clave hasta el centro de la patata con facilidad, ya estará lista.

Mientras se hacen las patatas freímos el bacon con una cucharadita de aceite hasta que queda crujiente (también se puede hacer en el mismo horno en que estamos asando las patatas). Cortamos el bacon en trocitos, al igual que hacemos con los cebollinos.

Una vez esto ocurra se recogen las patatas del horno (no lo apaguéis) y con la mano enfundada en un guante de protección, rebanamos la piel de un lado largo de la patata y con una cucharilla procedemos a vaciarla dejando al menos medio centímetro de pulpa pegada a la piel. Es imposible hacer esto si la patata está fría, así que lo mejor es hacerlo con sumo cuidado de no quemarse.

La pulpa extraída la troceamos simplemente con un tenedor y mezclamos con los trozos de bacon (reservamos unos cuantos que usaremos para decorar), el cebollino (lo mismo que con el bacon, dejamos unos pocos para decorar), la cebolla bien picada, la crema agria, la mantequilla fundida y el queso cheddar rallado, del cual dejaremos también un poco para coronar las patatas. Además se añade sal (media cucharadita por patata debería ser suficiente) y pimienta negra molida al gusto.

Mezclamos bien hasta obtener una especie de pasta con la que iremos rellenando cada patata. Una vez rellenas, esparcimos por encima un poco del bacon sobrante, los cebollinos y un puñado de queso rallado.

Volvemos a introducir las patatas en el horno, dejamos unos 10 minutos y listas para comer.

Se sirven al comensal bien calientes, aún envueltas en el papel de aluminio y se comen con la piel.

Si se quiere y estáis haciendo carne o pescado al grill, una vez horneadas se dejan sobre el mismo unos minutos para que queden marcadas.

Un acompañante que a menudo está más bueno que la carne a la que acompaña.

Postre

Haupia

 ¿Habéis cocinado alguna vez una receta de Hawaii? Pues aquí tenéis vuestra oportunidad porque la Haupia requiere solo tres ingredientes que son muy fáciles de encontrar estéis donde estéis, así que no necesitáis buscar ingredientes raros propios de latitudes muy, muy lejanas. Guarda similitud con la pannacotta y también con la leche frita, solo que no emplea gelatina como la primera ni se fríe como la segunda. En lugar de leche de vaca emplea leche de coco, que no hay que confundir con el agua de coco. El agua de coco es el líquido incoloro, con características muy similares al suero fisiológico y ligeramente laxante, que guarda la baya en el centro. La leche de coco tiene un aspecto similar a la leche de origen animal obteniéndose la misma al extruir la pulpa blanquecina del fruto. 


INGREDIENTES (4 personas) :

  • 400 gramos de leche de coco (la podéis encontrar fácilmente en cualquier supermercado)
  • 5 cucharadas rasas de maizena
  • 5 cucharadas rasas de azúcar
  • 150 ml de agua

Vertemos la leche de coco en una cazuela a fuego medio. Mientras calienta, en un bol mezclamos la maizena con el azúcar y a continuación añadimos el agua, batiendo con las varillas hasta que los ingredientes secos quedan bien disueltos.

Cuando la leche de coco empieza a hervir añadimos la mezcla de agua, maizena y azúcar, batiendo con las varillas hasta que la mezcla espese y se vea algo traslúcida.  Hasta que esto ocurra pueden transcurrir alrededor de 10 minutos. ¿Cuándo debemos dejar de batir? Cuando al pasar las varillas por el fondo se forme un "canal" que divida la masa en dos y tarde unos segundos en ocuparlo de nuevo.

Una vez ocurra esto vertemos en una fuente que tenga un tamaño suficiente para hacer que la masa tome un grosor de 1 centímetro, aproximadamente.  Puede ser cualquier tipo de fuente porque no va a ir al horno, aunque es preferible que sea de tipo rectangular.

Dejamos que la masa se enfríe a temperatura ambiente y luego la llevamos al frigorífico donde deberemos dejar que repose al menos 4 horas (o hasta el momento en que se note solidificada y con una textura gelatinosa). Cuando esto ocurre podemos darle la vuelta para desmoldar o bien cortarla directamente en cuadrados que es la manera en que se suele servir. También se puede dejar enfriar en moldes o copas individuales.

Con la haupia se hacen muchas barbaridades : se rellenan pasteles, se la asocia con chocolate o con mermeladas, pero si hacéis algo así se pierde el suave sabor del coco, así que lo mejor es hacer la receta tradicional (que es esta que os he descrito) para apreciarla mucho mejor.

Si os gusta el sabor del coco, además de los postres ligeros, dulces y refrescantes, la haupia os encantará.

CENA

Plato único

Köfte Çorbasi

sopa kofte
Sopa kofte tradicional (como la descrita aquí)

Esta receta, un tanto reinterpretada para el gusto occidental, es muy popular en Turquía, sobretodo entre los niños. Consiste en realizar pequeñas albóndigas - kofte - y luego añadir caldo o agua para conseguir una sopa  - çorba, pronúnciese "chorba" - muy sabrosa y nutritiva. Hay muchos tipos de Sopa de Kofte. Algunas emplean yogur, otras añaden verduras y patatas. La imaginación no tiene límite, así que vosotros mismos.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 200 gramos de carne picada de ternera
  • 150 gramos de cus-cus
  • 1 cebolla morada (dulce) o fresca
  • 1 cucharada de concentrado de tomate
  • 1 cucharadita de menta molida (opcional)
  • Agua o caldo (1 litro aproximadamente)
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite virgen extra de oliva

En primer lugar vamos a hacer los kofte. Mezclamos la carne picada con el bulgur, la cebolla rallada  y dos cucharadas de aceite de oliva. Con las manos vamos apretando para que compacte la mezcla y cuando esto ocurre empezamos a hacer pequeñas bolas, más o menos del tamaño de un huevo de codorniz. Para este menester suelo emplear la cantidad de carne que recoge una cucharilla de postre. Cuando las hemos hecho todas, las dejamos reposar unos diez minutos.

En una cazuela grande a fuego bajo vertemos un poco de aceite. Si queremos añadir menta picada (u otro saborizante como orégano, perejil etc) es el momento. Le damos un par de vuelta y añadimos la cucharada de concentrado de tomate. Removemos bien y añadimos los kofte. Dejamos hacer unos cinco minutos, sin dejar de remover pero cuidando que no se rompan o desmiguen y cuando se muestran ligeramente hecho añadimos el agua o el caldo de verduras. Dejamos hervir a fuego medio, con la cazuela tapada, durante 30 minutos y listos para ser servidos. 

Como he dicho podéis añadir verduras - judias verdes, guisantes etc -, patatas cortadas a trozos o incluso, para los más atrevidos, un poco de yogur tipo griego sin azúcar. En cualquier caso será un plato completo que gustará a todo el mundo pero especialmente a los niños.

Sopa kofte con yogur

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