Rosquillas de l'Empordà



L'Empordà es una de las comarcas más curiosas de Europa, una pequeña Toscana con miles de sitios para visitar y una gastronomía con muchos platos autóctonos. Este que nos ocupa es típico de la Pascua. Se solían consumir el Jueves Santo y en caliente.




INGREDIENTES :


700 gramos de harina para repostería
100 gramos azúcar
50 gramos de levadura en polvo (para panadería)
5 huevos
1/4 vaso de leche
1/4 vaso de agua tíbia
Limón
Anís (opcional)
Sal
Aceite virgen de oliva


Separamos 200 gramos de harina que tamizamos en un bol con la levadura y el cuarto de vaso de agua tíbia. Amasamos hasta que quede flexible. Si hace falta más agua la añadimos simplemente mojándonos la punta de los dedos y salpicando la masa.


Dejaremos reposar en un lugar a temperatura ambiente, cubierto por un paño, hasta que la masa suba el doble de su volumen original.


Cuando esto ocurra - con dos horas debería ser más que suficiente - añadiremos los huevo, la leche, la piel rayada de un limón y si queremos un chupito pequeño de anís. Además incorporaremos sal, sólamente la punta de una cucharilla de café. Amasamos de nuevo y la masa se pegará a nuestros dedos. Con la otra mano vamos incorporando el medio kilo restante de harina pero siempre pasándola antes por el cedazo de malla fina. Se añade harina sólo hasta que la masa se despega con facilidad de nuestros dedos. A veces el medio kilo en suficiente, a veces es necesario un poco más. Lo que sí es importante que detengamos la adición justo en el momento en que la masa no se adhiere. Lo seguimos trabajando - dadle una buena paliza, eso siempre se nota - y cuando la demos por finalizada la dejamos reposar otras dos horas.


Ahora vamos a freir las rosquillas.


Cagemos masa y hacemos unas tiras redondeadas de unos 10 centímetros de largo. Mientras habremos puesto a calentar aceite en una paella grande, con al menos un dedo de fondo. Esto es importante ya que al tenerse que consumir en caliente debemos freir el mayor número posible de rosquillas a la vez y sobretodo que no se pegue al fondo, cosa que ocurriría si hubiera poco aceite.


Cerramos las tiras para dar forma a la rosquilla e inmediatamente las ponemos a freir con un buen burbujeo del aceite. Cuando están doradas damos la vuelta y una vez finalizada la fritada extraemos y dejamos sobre un papel de cocina que absorba el aceite sobrante. Se espolvorea azúcar por encima - nada de azúcar glass, el normal - y ya están listos para comer antes de que se enfrien.