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Vibele, los merengues alemanes


En Alemania se escriben Wibele pero al pronunciarlas a los españoles nos suena a "Vibele". El nombre procede del apellido Wibel, el pastelero creador de la receta.

Esta receta procede de la región llamada Franconia que en la actualidad está repartida entre varios estados federales aunque la mayor parte se encuentra en Baviera. La ciudad más importante de Franconia es Nuremberg. En la actualidad las Wibele se consideran una receta de la gastronomía suaba. De hecho se conoce popularmente como Schwäbische Wibele (wibele suabos). 

Este pequeño merengue duro es de apenas unos 2 cm de longitud con una forma de "ocho" muy característica y distintiva. 

Necesitan muy pocos ingredientes y son fáciles de hacer.

INGREDIENTES :  

  • 250 gramos de azúcar glass  
  • 200 gramos de harina blanca de trigo  
  • 5 claras de huevo  
  • 1 cucharada colmada de azúcar vainillado  
  • 1 pellizco de sal  
  • Unas gotas de zumo de limón

En primer lugar batimos las claras con unas gotas de zumo de limón y un pellizco de sal hasta que quedan montadas. Han de quedar muy firmes, de manera que al dar la vuelta al bol las claras queden pegadas al mismo y no caigan. 

Tamizamos el azúcar, la harina y el azúcar vainillado, mezclandolas en un bol. Añadimos entonces las claras montadas y batimos bien para obtener una masa homogénea. 

Llenamos con la masa resultante una manga pastelera, boquilla pequeña, y a continuación sobre un papel sulfurado (o papel de hornear) depositamos una pequeña bolita de masa. 

A continuación, justo al lado de la anterior, depositamos otras bolita del mismo tamaño que se adherirá por cercanía a la primera. Esto formará la típica forma de ocho de estas galletas. Terminamos la masa contenida en la manga pastelera y dejamos reposar toda la noche para que endurezca (8 horas). 

Recordad que la longitud máxima es de unos 2cm. A las 8 horas precalentamos el horno a 180 grados y colocando las galletas en la parte central del horno las dejamos unos 6 minutos.

Se toman frías y son una delicia, lo mejor para acompañar el té o el café.