Supongo que todos nos hemos sentido atraidos por la imagen de tartas cubiertas por enrejados que dejan al descubierto un lujurioso interior de frutas. Dichas tartas son extremadamente fáciles de realizar y tardaréis más tiempo en leer esta entrada del blog que en cocinarlas.
INGREDIENTES
2 hojas de pasta brisé, brisa o quebrada (el tipo de pasta que no sube)
Mermelada o confitura de fresas, albaricoque, ciruelas, melocotón, dulce de leche, membrillo etc y/o frutas en trozos o enteras
Mantequilla
Doy por sentado que compráis la pasta quebrada ya elaborada. Disponéis una hoja sobre una base de tartas no muy alta que pueda ir al horno, de unos 22 centímetros de diámetro con un par de centímetros de borde. La hoja debe quedar bien distribuida y subir por los bordes. Recordad que la base debe haber sido cubierta de mantequilla para favorecer el desmoldado.
A continuación vamos a preparar la mermelada. Es conveniente diluirla un poco en agua para que al hornear no quede demasiado reseca. Cubrimos con ella la totalidad de la base de pasta consiguiendo un cierto grosor (1 cm, aproximadamente). Si queremos, podemos emplear fruta fresca que le dará un aspecto aún más atractivo. Si por ejemplo hemos rellenado con mermelada de fresas, podemos colocar fresas enteras simplemente clavándolas en la confitura.
Ahora vamos a cortar la segunda hoja de pasta para construir el enrejado. Cortáis tiras de 1 cm de grosor y las vais colocando sobre la mermelada de manera que adaptáis el tamaño según en diámetro. Cuando termináis una dirección, iniciás la otra diagonal de manera que se construya un enrejado que a mi particularmente no me gusta que sea demasiado tupido.
Seguidamente cubrís el enrejado con nueces de mantequilla que darán un tono dorado a la cobertura de la tarta.
Introducís en el horno precalentado a 190 grados hasta que la pasta adquiere un tono dorado. Vigilad el horneado porque si os pasáis el relleno se endurecerá de tal manera que se volverá extremadamente duro o con la consistencia de un caramelo pegajoso, siendo muy desagradable de comer. El punto adecuado es aquel en que el relleno está solidificado pero aún se muestra tierno y flexible.
¿A que es fácil de hacer? Y además proporciona una agradable impresión a la vista, lo cual siempre es importante en una comida. Es el tipo de tarta que cuando se coloca sobre la mesa provoca "ohs" y "ahs" admirativos.