Nuevo libro

Mish-mash búlgaro (миш-маш)


Esta es una receta muy tradicional e icónica de los búlgaros. Aunque se puede tomar a cualquier hora, lo cierto es que se suele reservar para el desayuno, guardando cierto parecido con otras tortillas de la zona como el menemen turco o con la, culturamente muy alejada, tortilla campesina alemana.

El significado de la palabra compuesta mish-mash es "mezcla" o "revuelto" y en efecto, eso es lo que es. Se trata de una tortilla poco cuajada o revuelto, según se mire, compuesto por verduras, tomate, queso y huevo. En cualquier caso es un chute de energía para empezar la mañana.

La cocina búlgara es deudora de las cocinas orientales y griega, aparte de su propia ideosincrasia. 

Los búlgaros son eslavos, al igual que los serbios, croatas, checos o polacos, entre otros. Sin embargo en su origen la élite guerrera procedía del centro de Asia, probablemente emparentados con los antiguos hunos. Nadie sabe muy bien que significa la palabra "búlgaro". Parece descartado que proceda del río Volga, aunque durante mucho tiempo habitaron sus orillas.  Es posible que sea una denominación general que se daba a tribus nómadas, como los on-ogur (luego húngaros) siendo que "ogur" significa flecha. Así el nombre procedería de "bul-ogur" no siendo claro si el "bul" anterior es un número (tal vez el cinco), igual que en on-ogur , "on" es diez, o cualquier otra cosa. En cualquier caso, eso no significa que los húngaros tuvieran 10 flechas y los búlgaros, solo 5. La "flecha" se referiría al número de tribus de la confederación es decir, que los húngaros estaban formados por diez tribus y los búlgaros, por cinco. Así tiene algo más de sentido.

Estos guerreros seminómadas se asentaron al norte del Imperio Bizantino y fundaron un estado que llegó a amenazar a los griegos hasta que fueron sometidos por estos. El proceso de asimilación incluyó su aceptación del cristianismo (en su rama ortodoxa) así como la adopción del idioma eslavo como el propio del país. Así los guerreros asiáticos de ojos rasgados se diluyeron en el pueblo al que habían sometido, no quedando prácticamente nada de ellos, ni siquiera los genes en un gran porcentaje de la población búlgara actual.

Luegos llegaron los turcos que los sometieron durante 500 años y por eso en la cocina búlgara hay mucha reminiscencia de la cocina otomana. Ellos también son muy adictos a los mezze y poseen recetas similares al borek o al menemen, como esta que vamos a ver.

INGREDIENTES (4 personas)

  • 5 huevos grandes XL
  • 400 gramos de queso Sirene*
  • 2 pimientos verdes para asar **
  • 2 pimientos rojos para asar **
  • 3 tomates rojos maduros, pelados y sin semillas
  • 1 cebolla morada (dulce) cortada en juliana
  • 2 dientes de ajo
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Aceite virgen extra de oliva ***

* El queso Sirene es la versión búlgara del queso feta griego. Se puede emplear este último sin problemas.

** Los pimientos deben ser asados al horno o al fuego y luego pelados. Como ese proceso no es muy compatible con la velocidad que requiere un desayuno, se puede emplear pimiento rojo y verde para freír.

** Aunque el aceite de oliva se emplea en la cocina búlgara, se suele emplear más habitualmente el procedente de semillas como el girasol o el de maíz. Esto es igual que en el norte de Grecia, donde por climatología y capacidad de producción, los aceites vegetales ganan de goleada al de oliva.

Cortamos los tomates en dados y los incorporamos a una sartén a fuego medio con una cucharada de aceite de oliva junto a la cebolla y los dientes de ajos picados, sin el germen verde (hay gente que fríe enteros los ajos pero luego los desecha, para no atosigar a nadie en el metro o el autobús).

Pochamos hasta que la cebolla empiece a transparentar. Entonces añadimos los pimientos cortados en tiras finas y dejamos hacer  5 minutos con la sartén cubierta.

Levantamos la tapa y añadimos el queso Sirene o Feta desmigado. Estos quesos no funden, no vayáis a pensar que se va a formar una especie de costra de queso burbujeante.

Añadimos inmediatamente los huevos batidos y removemos bien, añadiendo media cucharadita de sal y pimienta negra. Dejamos que cuaje levemente (no es una tortilla sólida, si no más bien un revuelto) y lista para servir bien caliente.

No os preocupéis si queda algo de líquido en la sartén. Procede de las verduras y es normal. Hay gente que lo deja o otros que lo eliminan, va a gustos.

Eso sí, si os aficionáis al mish-mash estaréis deseando que llegue la mañana para degustarlo. Si no la de los días laborables, al menos la de los festivos.