Sugerencia de menús para este fin de semana

SÁBADO

DESAYUNO

Yogur con dulce de leche y frutos rojos



INGREDIENTES (4 personas) :

  • 4 yogures sin azúcar y naturales
  • Un vaso (200 ml) de dulce de leche
  • 4 galletas
  • 100 gramos de frutos rojos del bosque (pueden ser deshidratados, congelados etc)

Si queréis hacer vosotros mismos el dulce de leche podéis visitar este enlace. Es fácil de hacer, al igual que es fácil encontrarlo en cualquier supermercado.

Hacéis un par de agujeros en la tapa de cada yogur y les dais la vuelta, colocados sobre un vaso que recoja el suero. Una vez todo el suero ha desaparecido, vaciáis el contenido en un bol y los batís un rato para hacerlos cremosos. Ya tenéis yogur griego.

En una batidora incorporáis el yogur batido, el dulce de leche y las 4 galletas. Se bate hasta que queda una masa fina.

Se incorpora esta masa a cuatro copas de helado o en vasos y encima se coloca un puñado de frutos rojos. Se llevan al frigorífico y al cabo de una hora ya se pueden servir. Si el día es frío, se come tal cual, dejándolo reposar una hora en un sitio de la casa con poca calefacción (la cocina, habitualmente).

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ALMUERZO

ENTRANTE

Verduras salteadas a la oriental


¿Harto siempre de comer las verduras cocidas? He aquí una receta que se prepara en wok preferiblemente o bien en una sartén honda, si no disponéis del primero. El wok es una gran invención. Permite cocinar los alimentos brevemente de manera que no pierden sus propiedades, lo cual es perfecto para que las verduras lleguen a la mesa con el máximo de vitaminas.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 2 zanahorias ralladas
  • 1 pimiento verde sin semillas y cortados en tiras
  • 1 brócoli pequeño cortado en ramitas muy pequeñas
  • 100 gramos de brotes de soja
  • Medio vaso de caldo de ave
  • 2 dientes de ajo machacados
  • Jengibre fresco picado
  • Media cucharadita de sal
  • Un pellizco de pimienta negra molida
  • 2 cucharadas de salsa de soja
  • 1 cucharadita de azúcar moreno
  • Aceite de sésamo o en su defecto de girasol

En un wok o sartén grande y honda calentamos el aceite (2 cucharadas) a fuego medio. Cuando está caliente se agregan los ajos, el jengibre, la sal y la pimienta. Salteamos durante un minuto, revolviendo constantemente.

Entonces incorporamos las zanahorias, removiendo durante otro minuto.

Agregamos el pimiento y el brócoli y salteamos durante otros 3 minutos, sin parar de remover. Transcurrido el tiempo incorporamos los brotes de soja a los que dejamos hacer durante otro minuto.

Es el momento de añadir el caldo de pollo, la salsa de soja y el azúcar moreno. Cubrimos y dejamos hacer durante unos 4 minutos. Se retira del fuego y se sirven las verduras inmediatamente. Con una cocción tan breve, y aunque parezca mentira, estarán tiernas pero sin haber perdido nada de sus propiedades.

PLATO PRINCIPAL

Merluza a la Koskera


Recibe varios nombres : merluza a la koskera, merluza a la vasca o en salsa verde según donde se sirva. Las recetas que tienen tanta aceptación en tantos lugares - originalmente del país vasco, pero disponible desde La Coruña hasta Almería - suelen sufrir muchas variaciones locales que sin embargo no han afectado a este plato. Lo encuentres donde lo encuentres, nunca faltan los productos del mar - merluza y almejas - y los del campo - espárragos y guisantes -, además de un huevo cocido que da un colorido especial sobre el verde dominante.

La razón de este éxito se debe a la singularidad del plato. Si tienes un restaurante o una humilde casa de comidas, tu preocupación es la misma : servir platos vistosos de fácil realización y que permitan calcular raciones individuales perfectas para una compra ajustada. Si cada día sirves 100 raciones, con la merluza a la vasca es fácil calcular cuánto has de comprar. Cada plato, generalmente servido en cazuelita de barro, tendrá una rodaja ancha de merluza, al menos media docena de almejas, uno o dos espárragos gruesos y un buen puñado de guisantes, aparte del consabido huevo cocido. Todo eso lo multiplicas por 100 y ya sabes de cuánto has de disponer en el almacén antes de ofertarlo en la carta. Así que la satisfacción es total, tanto para el cliente como para el que le sirve.

Lo mismo sirve para vuestro hogar a la hora de calcular la ración. En ese sentido es un plato agradecido.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • Una rodaja grande de merluza por persona 
  • 300 gramos de almejas
  • 4 huevos grandes
  • 2 espárragos blancos gordos por persona (8 en total)
  • 200 gramos de guisantes congelados finos (tardan menos en ablandar que los frescos, en 10 minutos están hechos)
  • 100 ml de vino blanco (txakolin o similar por si lo queréis étnico)
  • 100 ml de caldo de pescado
  • 2 dientes de ajo
  • Un manojo de perejil
  • Harina de trigo blanca
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Aceite virgen extra de oliva

La noche anterior or recomiendo que metáis las almejas en agua fría con un puñado de sal para que purguen la arena.

Vertemos en una cazuela - a ser posible de barro - un chorro generoso de aceite de oliva y en el mismo freímos un diente de ajo cortado en láminas.

Cuando han dorado freímos en el mismo aceite y sin retirar los ajos las rodajas de merluza salpimentadas y rebozadas en harina (un minuto como mucho por lado)

Incorporamos la almejas y el vaso de vino. Con el calor se deberían abrir las que no estén todavía abiertas. Las que no se abran las retirais porque significa que cuando se recolectaron ya estaban muertas y es posible que no sean 100% frescas.

Con el diente de ajo restante y las hojas - solo las hojas - del manojo de perejil hacemos una picada en el mortero. Incorporamos de inmediato al caldo. 

A partir de ahora nada de meter la cuchara para mover los ingredientes. Espolvoreadlos bien y moved la cazuela en movimientos de dentro afuera, porque de no hacerlo así la pieza de pescado se rompería y no quedaría bien.

Si usamos espárragos de conserva, los podemos incorporar de inmediato, al igual que los guisantes congelados finos.  Hay gente que echa también el caldo de pote de espárragos pero prefiero hacer un caldo ligero de pescado en su lugar. Va a gustos. El problema, desde mi punto de vista, es que ese caldo es a veces demasiado salado.

Si los espárragos blancos son frescos al igual que los guisantes, lo mejor es cocerlos aparte con los guisantes porque el tiempo de cocción supera al del pescado. Una vez cocidos se incorporan a la cazuela. 

Cocemos durante 12 minutos - a contar desde que hierven, o unos 6 minutos si los queremos algo pochados - los huevos con un chorro de vinagre y una cucharada de sal. Llevamos al chorro de agua fría del grifo y pelamos, cortando por la mitad.

Dejamos cocer alrededor de 10 minutos removiendo la cazuela con movimientos circulares. Comprobamos que las verduras están blandas y el punto de sal.

Si todo es correcto procedemos a emplatar.

Generalmente se hace en cazuelitas de barro pero hacedlo donde os plazca. Se coloca la rodaja de merluza en el centro, una abundante provisión de almejas, un par de espárragos y bastante guisantes. Se riega con el caldo y añadimos el huevo partido por la mitad.

Un plato de lujo, y no porque sea caro.

POSTRE

Fruta del Tiempo

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CENA

ENTRANTE

Ensalada Griega de Berenjena


Una ensalada muy curiosa que se realiza con dos de los productos más populares en Grecia : el yogur y la berenjena.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 3 berenjenas
  • 4 tomates maduros grandes
  • 4 tarrinas de 125 gramos de yogur cada una (500 gramos de yogur, preferiblemente griego)
  • 1 cebolla morada grande dulce o bien fresca
  • 1 limón
  • Harina de trigo
  • Orégano
  • Perejil
  • Pimienta negra molida
  • Sal
  • Aceite virgen extra de oliva

Cortamos las berenjenas en tacos de tamaño medio. Los colocamos en un bol con agua fría y un puñado abundante de sal. Este método sirve para reducir el amargor. Permanecerán así durante una hora.

Mientras en un bol vamos a preparar la salsa. Mezclamos medio vaso de aceite, media cucharadita de sal, un pellizco de pimienta negra, los yogures y el zumo de un limón. Batimos bien para que quede cremoso.

También pelamos y quitamos las semillas de los tomates y cortamos en cuadrados pequeños.

Una vez ha transcurrido la hora en que las berenjenas han estado en reposo las vamos a escurrir, salar y enharinas para freírlas en abundante aceite de oliva. Cuando se han dorado las dejamos escurrir sobre un papel absorbente y dejamos que se enfríen.

Ahora vamos a montar la ensalada. Mezclamos los tomates con las berenjenas y sobre ellos vertemos la salsa de yogur. Espolvoreamos el orégano por encima y ya está lista para comer.

En algunas recetas de esta ensalada no se emplean tomates y la salsa no baña las berenjenas, sino que se sirve a un lado para que el comensal moje las berenjenas a su gusto.

PLATO PRINCIPAL

Bocadillo Cubano


Esta preparación, con casi dos siglos de historia, fue revitalizada y popularizada mundialmente por el exilio cubano en Florida con elementos originales y otros tomados de la gastronomía norteamericana. El resultado es un bocadillo ecléctico que salvo algunos ingredientes, puede reproducirse en la mayoría de cocinas del mundo.

El bocadillo cubano contiene queso emmental (el de agujeros), jamón cocido ahumado, carne de cerdo, pepinillos en vinagre y una salsa suave de mahonesa y mostaza, todo ello encerrado en un pan cubano característico que se tuesta en la sartén.

De todos estos ingredientes en España es difícil encontrar el pan cubano y la carne de cerdo asada que se emplea. El primero parece por su textura un pan de molde con el aspecto de una barra de pan convencional que sería difícil de vender en nuestro país porque carece de una corteza dorada y crujiente. Es un pan "blando", por tanto. La carne de cerdo asada sí que es fácil de obtener pero para ello hay que hacer un asado de cerdo previo, desmigando la carne a continuación. Por fortuna para ambos tenemos alternativas.

INGREDIENTES (para 1 bocadillo cubano) :

  • 1 pan de aceite o una torta de Aranda*
  • 8 lonchas de queso emmental
  • 8 lonchas de jamón cocido ahumado
  • 50 gramos de lacón deshuesado de paleta*
  • 2 pepinillos en vinagre grandes cortados en tiras longitudinales
  • 4 cucharadas de mahonesa
  • 4 cucharadas de mostaza dulce

* Ambos productos los he encontrado en el Carrefour :


Las cantidades reseñadas son aproximadas, así que tomadlas como referencia. Para algunos quedarán cortas, para otros se será demasiado.

En primer lugar mezclamos la mostaza y la mahonesa a partes iguales. 

Abrimos el pan y untamos ambas caras internas con la mezcla de mahonesa y mostaza.

A continuación colocamos en una de las hojas el queso en lonchas, hasta cubrir toda la superficie. Encima colocamos el jamón cocido.

Seguidamente, colocamos el lacón que previamente habremos calentado en el microondas. Debe cubrir toda la superficie del jamón cocido.

Encima los pepinillos en rodajas finas y longitudinales (los venden así a menudo). Encima de los pepinillos si queremos ponemos más jamón cocido y finalizamos con lonchas de queso cubriendo todo esto con la otra mitad de pan.

En una sartén vertemos un poco de aceite, a fuego medio. Colocamos el bocadillo encima con un peso encima - puede ser un plato, otra sartén - hasta que se tuesta. Con 1 minuto ó 2 debería ser suficiente. Damos la vuelta y repetimos la acción. Así el queso se fundirá.

Se come caliente. Es un bocadillo superlativo, al primer bocado os daréis cuenta.

POSTRE

Fruta del Tiempo

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DOMINGO

DESAYUNO

Café con leche o Leche chocolateada con Galletas Campurrianas


Hay gente que cree que "Campurrianas" es la denominación comercial de unas galletas comercializadas por Cuétara pero en realidad se trata del gentilicio de los habitantes de Campoo, comarca repartida entre el norte de Palencia y el sur de Cantabria. Por tanto galletas campurrianas serían aquellas que tienen su origen en el área. Se da la curiosa circunstancia que durante mucho tiempo el 90% de las galletas que se consumían en España procedían de la zona y aún hoy en día existen tres fabricantes, la mayoría con sede en Aguilar de Campoo (entre otras Gullón y Siro, la última de las cuales adquirió las instalaciones de Fontaneda cuando Nabisco adquirió la firma trasladando la producción a otros lugares).

Generaciones de españoles debemos a esta comarca desayunarnos con las famosas galletas María (creadas por Fontaneda) o darnos un festín con las galletas campurrianas que nos ocupan en este post. Las nuevas generaciones están perdiendo esta sana costumbre de manera que ahora consumimos la mitad de galletas que hace 20 años.

Las campurrianas son galletas rústicas y contundentes, de gran sabor, fáciles de hacer e ideales para acompañar el café o la leche fría. Sobre esto último he mantenido diversas discusiones. Hay gente que no concibe comer una galleta sin mojarla mientras que otros piensan que se trata de una aberración y que la galleta se debe comer seca y crujiente y, si ya se quiere, juntarla con los líquidos en la boca o el estómago. Se coma como se coma, nadie discute la calidad de las campurrianas.


INGREDIENTES :

  • 250 gramos de harina de repostería
  • 125 gramos de mantequilla sin sal
  • 125 gramos de azúcar
  • 1 huevo grande (ó 2 pequeños)
  • Una cucharadita de levadura química (tipo Royal)
  • 1 pellizco de sal

Dejamos la mantequilla fuera del frigorífico hasta que se ponga a punto de pomada. También se puede ablandar con unos pocos segundos en el microondas en posición de descongelar (vigilad este proceso porque no es conveniente que se torne líquida).

Trabajamos la mantequilla con una cuchara de madera y añadimos el azúcar y el pellizco de sal, removiendo bien. Si podéis trabajarla con las varillas eléctricas, es el momento de hacerlo. Incorporad los huevos y la levadura química.

Añadimos entonces la harina bien tamizada y cuando amasarla no sea posible con los medios disponibles (a menos que tengáis robot amasador o similar), hacedlo con las manos bien enharinadas.

Cuando tengamos una masa homogénea, hacemos bolitas del tamaño de una nuez, más o menos. Como me gusta mojar las campurrianas en la leche, las hago de forma que al hornearse se aplastan un poco pero el diámetro nunca es mayor que el del vaso de leche. Así entran sin tener que partirlas.

Depositamos las bolas sobre el papel para hornear, a una distancia de unos 10 cm entre ellas porque al hornear crecen por la parte central pero se aplastan por los lados.

Precalentamos el horno a 200 grados y horneamos durante unos 15 minutos o hasta que las veamos bien doradas.

Extraemos y dejamos enfriar, contemplando como su superficie se agrieta un poco, signo de que están bien horneadas.

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ALMUERZO

ENTRANTE

Sopa de Cebolla



La sopa de cebolla es originaria de Francia aunque probablemente su origen sea muy anterior. Considerada desde siempre como una sopa "de pobres" no fue hasta mediados del siglo XX que volvió a popularizarse, incluso como sopa de calidad. Hoy en día es muy raro que la Soupe à l'oignon falte en las cartas de invierno de los restaurantes de nuestro país vecino.

Básicamente se trata de caramelizar la cebolla y a continuación añadir un caldo de carne, a ser posible vacuna.



INGREDIENTES (4 personas):

  • 2 cebolla moradas medianas tipo Figueres
  • 3 cucharadas de mantequilla
  • Caldo de ternera
  • Sal 
  • Pimienta 
  • Aceite virgen extra de oliva
  • Pan
  • Una cucharadita de azúcar moreno (opcional)
  • Queso para gratinar (opcional)
  • Harina de trigo (opcional)
En primer lugar vamos a caramelizar las cebollas. Se puede hacer a la manera tradicional, que es indudablemente la mejor, o bien tomar un atajo para reducir sensiblemente el tiempo de cocción. Si lo hacemos por el método tradicional cogeremos las cebollas y la cortaremos en juliana. La pondremos en una cacerola de barro pequeña con aceite de oliva que la cubra y la situaremos al fuego mínimo removiendo cada diez minutos. Con el calor lento la cebolla saca el azúcar propio y se va autocaramelizando hasta tornarse de un color morado muy oscuro casi negro. 

El problema es que para conseguir una caramelización completa podemos tardar tanto como queramos ya que dependerá de la potencia de fuego, pero 4, 6 y hasta 12 horas podrían ser gastronómicamente lógicas. Como no solemos disponer de tanto tiempo hay otra manera que produce unos resultados aceptables. Cortamos igualmente la cebolla en juliana y la cubrimos lo justo en aceite virgen de oliva. Incorporaremos una cucharadita de azúcar moreno y removemos constantemente a fuego medio y en media hora las cebollas estarán caramelizadas.

Si hemos hecho un buen caramelizado la cebolla estará entera y compacta, sólo que muy oscurecida. Para esta receta en particular nos interesa que no acabe de hacerlo del todo, por lo cual la retiraremos cuando todavía esté bastante rubia. Esto puede suponer algo menos de veinte minutos del método rápido.

Si le queremos dar un toque "francés" emplearemos mantequilla en lugar de aceite de oliva. Si habéis probado esta sopa en Francia echaréis de menos la mantequilla si optáis por el aceite ya que el sabor no es el mismo. Otra cosa es lo "cardiosaludable" que pueda ser la receta. También cabe decir que la cebolla carameliza mejor en una grasa saturada como la mantequilla. Antes de que acabe la cocción se debe añadir la cucharadita de brandy esperando unos cinco minutos para que se evapore el alcohol. Si deseamos que la sopa sea espesa añadimos a las cebollas una cucharadita de harina de trigo y si la deseamos casi cremosa una o dos cucharadas. Hemos de trabajar la harina para que quede marrón y sin grumos. 

Ahora añadimos el caldo de ternera. Para cuatro comensales precisamos un litro. También es posible añadir caldo de pollo o incluso de verduras, pero el más ortodoxo es el caldo de vacuno. Salpimentaremos al gusto. Ahora dejaremos a fuego medio durante 20 o 30 minutos, espacio que aprovecharemos para freír en aceite de oliva unas rodajas de pan (cada plato deberá ser decorado con un par de ellas). La sopa se sirve tal cual, no olvidando ni las rodajas de cebolla ni tampoco el pan. En el más crudo invierno muchos restaurantes franceses gratinan la sopa del comensal que se sirve en los mismos cuencos - a menudos ramekin - donde se ha cocido al horno. En estos casos "extremos" la sopa se suele cubrir de queso rallado que funde con el calor formando una costra que mantiene el calor hasta llegar a la mesa.

Un plato magnífico que recomiendo cuando llega el frío del invierno.

PLATO PRINCIPAL

Pollo a la Vasca


Una preparación procedente del país vasco francés cuya receta, tal y como se hace en Francia,  damos a continuación. Las versiones que se hacen en el lado español tienen menos ingredientes pero hemos elegido esta por ser muy gustosa.

INGREDIENTES (4 personas)

  • 1 pollo cortado en trozos (como si fuera a hacerse al ajillo, es decir, hacer dos mitades longitudinales y de éstas dos mitades trasversales,  para finalmente hacer otras dos mitades, es decir, 8 trozos)
  • 800 gramos de tomates tipo corazón de buey
  • 400 gramos de pimientos (una combinación de rojos y verdes es lo mejor)
  • 1 diente de ajo
  • 2 cebollas moradas (dulces) o frescas
  • 2 hojas de laurel
  • 2 ramitas de tomillo
  • 100 gramos de jamón serrano en taquitos
  • Un vaso (200 ml) de vino blanco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 25 g de mantequilla
  • Sal
  • Pimienta negra molida

El tomate corazón de buey es un tomate rojo intenso, grande, con forma irregular y que suele tener pocas semillas y una piel fina. Si no los encontráis podéis utilizar tomates rojos maduros.

En primer lugar en una cazuela grande vertemos un chorro generoso de aceite de oliva y la mantequilla. En la misma, a fuego medio, freímos los trozos de pollo hasta que se doran. Retiramos y reservamos.

En la misma cazuela donde hemos frito el pollo procedemos a incorporar las cebollas y los pimientos, todo bien picado. Añadimos el diente de ajo también picado y sin el germen verde - que repite - y los taquitos de jamón, además de una pizca de sal para que la cebolla sude. Dejamos hacer hasta que el sofrito liga (unos diez minutos a fuego medio-bajo debería ser suficiente).

A continuación incorporamos el vaso de vino y dejamos reducir hasta la mitad. Añadimos los tomates pelados y sin semillas, cortados en dados pequeños, además del tomillo y el laurel.  Incorporamos el pollo previamente frito y dejamos hacer durante 30 minutos rectificando de sal y pimienta cinco minutos antes de terminar la cocción. Removemos de vez en cuando.

En este caso la cocción del pollo se debe hacer con la cazuela tapada, aunque si al final queda demasiado líquido se puede terminar con la cazuela abierta para que evapore.

Se suele servir con arroz blanco cocido.

POSTRE

Quesada Pasiega


De la Quesada Pasiega encontraréis decenas de recetas, todas distintas. A pesar de las diferencias, la mayoría se basan en cuajar una masa láctea compuesta de leche, nata y yogur o cuajada. Se considera que la Quesada auténtica lleva únicamente leche (o nata), cuajada, huevos y harina. Otros añadidos como queso (o requesón) son posteriores, así como el hecho de substituir la cuajada por el yogur. Esta que os presento es mi receta que se prepara (sin contar el tiempo de horneado) en unos diez minutos.

INGREDIENTES :

  • 125 gramos de harina (del tipo para bizcochos)
  • 250 gramos de azúcar
  • 1 tarrito de cuajada (de 125 gramos)
  • 250 ml de nata líquida
  • 250 ml de leche entera
  • 100 gramos de mantequilla
  • 3 huevos
  • opcionales (saborizantes) : ralladura de piel de limón y canela en polvo

Si utilizáis la batidora de vaso, introducid todos los elementos (reservando un poco de mantequilla para engrasar el molde) en la misma y batid hasta que quede una masa homogénea sin grumos. Si no tenéis batidora de vaso emplead la típica de batidora de varillas, mezclando lentamente la harina en las nata/leche tratando de eliminar los grumos.

Una vez obtenemos la masa homogéna, podemos incorporar la ralladura de la piel de un limón o bien una cucharada de canela en polvo. Sin los saborizantes la Quesada tambien está bien buena. Vertemos la masa en un molde engrasado con mantequilla. Es preferible emplear uno de unos 22 cm de diámetro y dos o tres de alto (para que quede forma de pastel)

Precalentamos el horno a 180 grados e introducimos la Quesada durante una hora, calor arriba y abajo zona media. Ni un minuto más, ni uno menos, El postre estará terminado cuando introduciendo un palillo este aparezca seco. Conviente tener en cuenta que no empleamos levadura, así que al principio la masa subirá para luego bajar en cuanto se enfríe. Otro dato a tener en cuenta es que al sacar la Quesada del horno no parecerá que ha cuajado. Cuando esto ocurre la gente suele dar un tiempo extra de horno esperando que cuaje. No lo hagáis. Precisamente el cuajo se producirá cuando la Quesada enfríe, no por la acción del horno. Al cabo de un rato enfriándose a temperatura ambiente, la masa cuajará perfectamente.

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CENA

Triángulo de Patata y Queso Feta con Pipirrana


Esta es una receta que precisa de pasta brick.

La pasta brick es muy parecida a la pasta filo pero no es tan difícil de trabajar como la segunda, siendo menos delicada y más difícil que se rompa al freírla como pudiera ocurrir en esta receta que nos ocupa si empleáramos pasta filo. Además es muy fácil de encontrarla en la mayoría de supermercados.

Dicho esto veamos esta receta que es muy fácil de preparar y acompañada de una buena ensalada constituye una comida completa y bastante ligera.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • Hojas de brick (para hacer al menos un pastel por comensal)
  • 8 patatas medianas (2 patatas por comensal)
  • 300 gramos de queso feta
  • Perejil picado
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite virgen extra de oliva o aceite de girasol/maíz

En primer lugar pelamos las patatas y las hervimos enteras hasta que se ablanden.

Una vez hervidas las dejamos escurrir pasándolas a continuación por el pasapurés. Mezclamos un par de cucharadas de perejil picado, media cucharadita de sal - no os paséis de sal, el queso feta es muy salado - y un pellizco de pimienta.

Cortamos cuadrados grandes de pasta brick - cubridlas con un paño húmedo a continuación para evitar que se sequen -. Los cuadrados deben ser de tal tamaño que ocupen un plato - tal y como se ve en la imagen - pero si os parecen demasiado grandes haced dos empanadas de la mitad de tamaño.

Sobre cada cuadrado incorporáis una buena cantidad de puré de patatas y varios trozos de queso feta. Cerráis el cuadrado para formar una triángulo - llevando una de las aristas hacia la arista contraria - y superponiendo los bordes para evitar que la masa escape.

Con cuidado lleváis el triángulo a una sartén con abundante aceite. A esta empanadilla no se le puede dar la vuelta, así que el aceite debe cubrirla en su totalidad. Estará lista cuando se formen burbujas en la masa y adquiera un bonito color dorado.


La pipirrana es un tipo de ensalada muy típica del sur de España. Se consume especialmente durante el verano y algunos la han dado a llamar "gazpacho seco" por la similitud con los ingredientes empleados en la receta del gazpacho tradicional. 

Hay muchas variantes locales en cuanto a la confección y los ingrediendes empleados. La base de la pipirrana es casi siempre la cebolla, el tomate y el pepino aunque en Jaén, por ejemplo, se prescinde de la cebolla y el pepino para emplear pimiento verde. En la mayoría de las regiones se sirven las hortalizas cortadas en trozos muy pequeños pero en otras se pasan por el mortero (se majan) para hacer un puré espeso.

Se puede añadir proteína como el huevo cocido o ventresca de atún para complementar la hortaliza. Vosotros mismos, es cuestión de gustos.

Cualquiera que sea la variante que escojáis es importante disponer de pan en abundancia ya que esta ensalada se consume "pinzando" con rebanadas de pan. De esta manera, la verdura, la proteína y el pan (hidratos de carbono) proveen una nutrición completa y por tanto podría constituir plato único si consuminos fruta de postre. No hace falta decir que debido a la composición en crudo de las hortalizas estamos consumiendo todas las vitaminas posibles y es, como en el caso del gazpacho, una receta más que recomendable durante todo el año.


INGREDIENTES :

  • 1 cebolla tierna mediana o morada
  • 4 tomates maduros medianos
  • 2 huevos
  • 1 pimiento verde para freír (de carne blanda)
  • 1 pepino mediano
  • 1 diente de ajo
  • 100 ml (menos de la mitad de un vaso) de aceite virgen extra de oliva
  • 50 ml de vinagre de vino tinto o de Jerez
  • 1 cucharada de sal

  • Opcionales : ventresca de atún en aceite, comino

Cortamos la cebolla tierna en dados muy pequeños.

Quitamos la piel y las semillas de los tomates y los cortamos también en cubos pequeños. Lo mismo con el pimiento verde y con el pepino (sin piel pero dejando las semillas). Los mezclamos en un bol.
Hervimos los huevos durante 12 minutos hasta que estén duros. Los pelamos y separamos la clara de la yema. Reservamos esta última. Cortamos las claras tal y como hemos hecho con las hortalizas. Mezclamos con el resto de los ingredientes. Si queréis podéis añadir una lata pequeña de atún o ventresca en aceite de oliva.

En un mortero incorporamos el diente de ajo, las yemas, el aceite virgen extra, el vinagre y la sal. Si es de vuestro gusto se puede añadir un poco de comino. Majamos hasta obtener una pasta bastante líquida. Echamos esta especie de vinagreta por encima de la ensalada para que empape y la dejamos en el frigorífico un mínimo de 2 horas. Como ya he dicho, olvidaos de los cubiertos y a comer con cubiertos "de pan".


POSTRE

Fruta del Tiempo