La gracia de este pastel o mejor dicho bizcocho es que debe quedar algo tierno en el centro gracias al agua que desprenden las zanahorias. De esta manera resulta más jugoso y tierno sin dejar de ser un pastel. Además es muy fácil de hacer.
INGREDIENTES :
2 vasos de harina para respostería
2 cucharaditas de canela en polvo *
1 vaso de aceite de girasol**
3 vasos de zanahoria rallada
2 vasos de azúcar ***
4 huevos
2 cucharaditas de levadura química (tipo Royal)
* la canela sirve para dar sabor. Si preferís otro sabor, podeis utilizar vainilla por ejemplo.
** el sabor del aceite de girasol es bastante neutro, pero podeis utilizar de maíz.
***el azúcar puede ser convencional pero sería recomendable de tipo glass, impalpable o pulverizado, como querais llamarlo.
Rallais las zanahorias hasta conseguir los tres vasos (con 350 gramos yo he tenido suficiente). Tenéis que batir con fuerza el aceite con los huevos hasta que quede una salsa homogénea. Ahora añadid el azúcar, la canela molida, la zanahoria rallada, la levadura química y, esto es importante, la harina bien tamizada. Se ha de trabajar la masa un mínimo de media hora. Colocáis en un molde de pastel bien untado de mantequilla y espolvoreado con harina para que no se pegue. Precalentáis el horno a 180º. Con 45 minutos de horneo será suficiente. Evidentemente por la acción de la levadura química el bizcocho quedará inflado.