Pollo a la vasca


Una preparación procedente del país vasco francés cuya receta, tal y como se hace en Francia,  damos a continuación. Las versiones que se hacen en el lado español tienen menos ingredientes pero hemos elegido esta por ser muy gustosa.

INGREDIENTES (4 personas)

1 pollo cortado en trozos (como si fuera a hacerse al ajillo, es decir, hacer dos mitades longitudinales y de éstas dos mitades trasversales,  para finalmente hacer otras dos mitades, es decir, 8 trozos)
800 gramos de tomates tipo corazón de buey
400 gramos de pimientos (una combinación de rojos y verdes es lo mejor)
1 diente de ajo
2 cebollas moradas (dulces) o frescas
2 hojas de laurel
2 ramitas de tomillo
100 gramos de jamón serrano en taquitos
Un vaso (200 ml) de vino blanco
Aceite de oliva virgen extra
25 g de mantequilla
Sal
Pimienta negra molida

El tomate corazón de buey es un tomate rojo intenso, grande, con forma irregular y que suele tener pocas semillas y una piel fina. Si no los encontráis podéis utilizar tomates rojos maduros.

En primer lugar en una cazuela grande vertemos un chorro generoso de aceite de oliva y la mantequilla. En la misma, a fuego medio, freímos los trozos de pollo hasta que se doran. Retiramos y reservamos.

En la misma cazuela donde hemos frito el pollo procedemos a incorporar las cebollas y los pimientos, todo bien picado. Añadimos el diente de ajo también picado y sin el germen verde - que repite - y los taquitos de jamón, además de una pizca de sal para que la cebolla sude. Dejamos hacer hasta que el sofrito liga (unos diez minutos a fuego medio-bajo debería ser suficiente).

A continuación incorporamos el vaso de vino y dejamos reducir hasta la mitad. Añadimos los tomates pelados y sin semillas, cortados en dados pequeños, además del tomillo y el laurel.  Incorporamos el pollo previamente frito y dejamos hacer durante 30 minutos rectificando de sal y pimienta cinco minutos antes de terminar la cocción. Removemos de vez en cuando.

En este caso la cocción del pollo se debe hacer con la cazuela tapada, aunque si al final queda demasiado líquido se puede terminar con la cazuela abierta para que evapore.

Se suele servir con arroz blanco cocido.