Postre de Gijón


Gijón tiene muchos dulces pero dos de ellos se disputan el honor de ser la tarta "oficial" de la ciudad: la Charlota y el Postre de Gijón. Este último se creó a principios de los años 80 del siglo pasado y consiste en un bizcocho mojado en almíbar sobre el que se monta una especie de turrón gelatinizado - en realidad un praliné de almendras -  que después se tuesta como si fuera una crema catalana. El Postre de Gijón es fácil de hacer si evitáis hacer el bizcocho por vuestra cuenta. Hay gente que además ahorra mucho tiempo utilizando una barra de turrón de Jijona y con eso hace el praliné. No hay problema, menos tiempo tardaréis en hacer el postre. Os explico también cómo hacer el praliné porque pasada la Navidad resulta complicado encontrar turrón de Jijona según en qué mercados.

Es imprescindible contar con un molde de base removible porque no es posible desmoldar si utilizáis un molde de silicona o similar. Si no lo tenéis no se puede hacer. Naturalmente el molde debe ser del mismo tamaño del bizcocho que hayáis comprado. La mayoría son de 22 cm, aseguraos que si compráis un bizcocho ya hecho sea de esta circunferencia. Si hacéis el bizcocho en casa entonces no hay problema.

INGREDIENTES :

Para la base :

Podéis hacer un bizcocho, pero os recomiendo comprar uno ya hecho que no sea muy grueso y así ahorrar trabajo. En cualquier supermercado encontraréis bizcochos ya hechos para que lo decoréis y rellenéis a vuestro gusto.
50 gramos de azúcar
50 ml (un cuarto de vaso) de agua
1 limón

Para el praliné :

150 gramos de almendras tostadas enteras
50 gramos de azúcar
400 ml (2 vasos) que son aproximadamente 450 gramos de nata para montar (entre 35 % y 38% de MG)
100 gramos de mantequilla
6 hojas de gelatina

Para decorar :

3 ó 4 cucharadas de azúcar blanca granulada

En primer lugar os explico las 2 maneras posibles de hacer praliné de almendras.

1. La "oficial" :

En un cazo - a ser posible con un mango largo y que sea fácil de mover - a fuego medio-bajo vertemos el azúcar hasta que se convierte en caramelo. No metáis una cuchara ni nada para remover porque se pegaría y no interesa. Incorporamos las almendras tostadas y moviendo el cazo - nada de cuchara - lo vamos moviendo para que impregne bien las almendras. Cuando se forma una masa oscura - que no quemada, atención con esto - la retiráis del fuego para verterla en un papel de los que se utilizan para hornear. Se deja que enfríe y una vez hecho esto podréis desmenuzar el praliné para llevarlo a una batidora de vaso, una picadora o una termomix (lo que tengáis que pique cosas duras).

Se tritura bien hasta que se forma una pasta. La picadora queda hecha un asco pero bueno, es lo que hay con el praliné. Retiráis y reserváis.

2. La "no oficial" :

Se compran unos 150 gramos de turrón de Jijona (el blando) y se mezcla en un vaso de batidora con medio vaso de leche (100 ml). Ya tenemos praliné de almendras. Es más rápido.

Ahora vamos a hacer la parte principal de la tarta, la gelatina.

En primer lugar ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría.

En segundo lugar mezclamos el praliné que hemos hecho con la mantequilla a pomada (unos 5 segundos en microondas o bien la sacáis del refrigerador al menos 2 horas antes de empezar la faena)

Separáis medio vaso de nata y lo calentáis en el microondas para que se ponga tibio. Deshacemos las hojas de gelatina en las mismas y una vez están bien disueltas, las mezcláis bien con la mantequilla y el praliné. 

Montáis la mitad de la nata restante con las varillas eléctrica. La parte que resta de nata la mezcláis tal cual, sin montar, con el praliné y la mantequilla. La nata que se ha montado se mezcla ahora con el resto de la masa con cuidado. Ya tenemos la parte de arriba de la tarta preparada. Antes de verterla sobre el bizcocho vamos a mojar éste con un almíbar.

Para hacer el almíbar vertemos en un cazo a fuego bajo el agua y el azúcar con unas gotas de zumo de limón (para que no cristalice). Removemos con una cucharada de madera hasta que espesa y en ese momento retiramos. Dejamos que enfríe o al menos temple y se vierte por toda la superficie del bizcocho, siendo que este ya está dispuesto dentro del molde base removible.

Sobre el bizcocho vertemos la masa de praliné y con una paleta de silicona o similar aplanamos. Dejamos enfriar y llevamos al refrigerador para que se haga gelatina. Recomiendo hacerlo de un día para otro o al menos con 6 horas de distancia a la comida, por lo cual puede llevaros algún madrugón.

Una vez ha fraguado lo sacamos del refrigerador y retiramos el aro del molde. Espolvoreamos abundante azúcar  por encima y entonces con una placa caliente como la empleada para la crema catalana, un soplete de cocina o simplemente una cuchara calentada al fuego y sujeta con cuidado, quemáis la superficie.

Lista para servir y para degustar. Una auténtica maravilla.

A veces se hacen dos pisos de bizcocho, sobretodo si compráis la tarta en la confitería, pero el proceso es similar, es decir : base de bizcocho borracho en almíbar, praliné gelatinizado, otro bizcocho encima también borracho y finalmente una capa de praliné que se quema antes de servir.