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Tortas andaluzas de aceite

La calidad de algunas recetas depende - y mucho - de algunos ingredientes concretos y por tanto no es sensato escatimar en la calidad de los mismos. Ese es el caso de la tortas andaluzas de aceite. Por si no las habéis probado se trata de tortas planas, ligeramente hojaldradas, finas como un papel y muy crujientes. En ellas domina el sabor del aceite y del anís, así que cuanto mejores sean estos, mejor será el resultado. Sobretodo cuidad qué aceite se emplea, aquí solo se admite aceite de primerísima calidad.

INGREDIENTES 

( para obtener aproximadamente  media docena de tortas de aceite) :

  • 250 gramos de harina para hacer pan (generalmente llamada "de fuerza")
  • Medio vaso (alrededor de 100 ml) de aceite de oliva. En este caso hemos empleado, con un resultado inmejorable, aceite "La Española" con un grado de acidez máximo de 0.4º
  • Medio vaso de agua (100ml)
  • Media cucharadita de sal (2.5 gramos)
  • Una cucharadita de granos de anís (alrededor de 3 gramos)
  • 100 gramos de azúcar
  • 1 sobre de levadura de panadero rápida*
  • Un huevo


* La levadura puede ser también fresca pero entonces los tiempos de levado son mayores. Dado que se trata de hojaldrar pero no esponjar como si se tratara de un pan, la levadura seca es perfectamente admisible. Cada sobrecito son aproximadamente unos 7-9 gramos de levadura.

En un bol mezclamos la harina con el vaso de aceite, el de agua, la sal, los granos de anís y la mitad (50 gramos) del azúcar además de la levadura. Mezclamos y amasamos bien - recomiendo veinte minutos - hasta que queda bien homogénea. Si tenéis una panificadora con función de amasado y fermentado podéis emplearla. Depende de cada modelo de panificadora pero es una opción que suele tomar alrededor de 90 minutos.

Disponemos la masa sobre una superficie limpia y seca para aplanarla con el rodillo. Con la ayuda de algún molde de cortar, cuenco o lo que sea, hacemos obleas de unos diez centímetros de diámetro. Los recortes que queden los podemos amasar en bolas y hacer una nueva oblea simplemente pasándola por el rodillo. Separamos las obleas y las colocamos en una bandeja que pueda ir al horno sobre un papel para hornear que impida que se peguen. Dejamos reposar durante media hora en un lugar oscuro, templado y seco.

Transcurrido el tiempo las pintamos con el huevo para que queden doradas y las espolvoreamos con el azúcar restante.

Precalentamos el horno a 220 grados y las mantenemos en él durante 15 minutos o hasta que se muestren doradas. Como son tan delgadas, conviene vigilarlas constantemente para evitar que se quemen (ya sabéis, cada horno es un mundo...)

Quedan casi igual que las tortas que se venden en los comercios y están de vicio. Las tortas resultantes serán buenas cuando huelan a anís pero tengan sabor del buen aceite de oliva