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Pão de Ló de Ovar


La primera impresión que se tiene al contemplar un Pão de Ló de Ovar es que se trata de un bizcocho "fallido". No ha subido lo suficiente por el centro, sinónimo de falta de levadura o de harina. Por si fuera poco, el centro parece (y está) poco hecho en contraste con los bordes, totalmente cocidos hasta el punto que parece que no admiten ni un minuto más de horno.

Toda esta primera impresión se desvanece cuando lo pruebas y "comprendes" de qué va. Aunque parece un bizcocho en realidad se trata de un híbrido entre éste y la crema, convirtiéndose lo que parecía "fallido" en uno de los dulces más deliciosos de Portugal y probablemente del Mundo.

Aunque se desconoce quién lo creó, se sospecha de un origen conventual. Lo cierto es que se nombra ya durante el siglo XVIII por cual, cuando menos, tiene más de 200 años. Es típico de la región de Aveiro y concretamente de la ciudad de Ovar. El nombre se podría traducir como Bizcocho de Ovar o Bizcochuelo de Ovar. En cualquier caso, se encuentra en todo Portugal.

El Pão de Ló de Ovar se puede hacer como un bizcocho familiar o bien, bastante más habitual, como dulces individuales. Es la manera en que se encuentra de forma habitual en la mayorías de confiterías lusas.

Algunos detalles a saber :

  1. Lleva muchas yemas de huevo para ser un bizcocho pero las necesarias para ser una crema.
  2. Es fácil de hacer pero requiere que conozcas bien tu horno. El centro del bizcocho debe quedar poco hecho y eso solo se consigue regulando muy bien la temperatura. Se necesita hacer uno para ir regulando con la experiencia cuántos minutos necesita de horneado para conseguir el punto justo. De igual manera cada bizcocho saldrá diferente según dónde se hornee porque, ya sabéis, no hay dos hornos iguales.
Aparte de estos detalles, veréis que es muy fácil de hacer.

INGREDIENTES (6 bizcochos)

  • 12 yemas (sí, ya se, una burrada, pero es lo que hay...)
  • 2 huevos
  • 200 gramos de azúcar
  • 100 gramos de harina de trigo blanca
  • 1 cucharadita de levadura química (tipo Royal)
  • 1 pellizco de sal
  • Papel para hornear y moldes de flanera medianos
  • Mantequilla para untar los moldes

Batimos las yemas con los dos huevos, el azúcar y el pellizco de sal con la batidora de mano a velocidad máxima, hasta que haga espuma. Reservamos.

En un bol mezclamos la harina con la levadura química, ambos previamente tamizados.

Vertemos en el bol de harina los huevos poco a poco, mezclando con una espátula, hasta obtener una masa homogénea.

Ahora disponemos 6 moldes metálicos o de silicona para hacer flanes, de tamaño mediano.

Colocamos sobre la abertura un trozo de papel de hornear y lo untamos de mantequilla para que sea fácil de desmoldar. Si no tenéis pensado desmoldar, si no servir tal cual, no hace falta engrasar.

Vertemos sobre el papel la parte proporcional de masa sin que llegue arriba del todo (3/4 partes).

Precalentamos el horno a 180 grados, calor arriba y abajo.

Introducimos los moldes y mantenemos 30 minutos.

Estarán hechos cuando al clavar un palillo en los bordes salga seco mientras que al hacerlo en el centro, atención a esto, salga húmedo. No esperéis a que salga seco por el centro porque entonces toda la gracia del bizcocho se perdería.

Se extrae, se deja enfriar y listo para comer.

Al probarlo ya comprenderéis por qué los portugueses lo consideran el mejor dulce de su país.