Rame di Napoli, unas galletas espectaculares

El nombre de estas galletas se podría traducir como Cobre de Nápoles y haría referencia a una tipo de moneda en circulación durante el imperio borbónico al que se asemejaba. Bueno, esa es una de las teoría que circulan al respecto aunque no hay nada confirmado al respecto. 

El llamado por los italianos "imperio borbónico" se refiere al reino que fundó una rama menor de dicha dinastía la cual, para diferenciarse de la borbónica francesa, añadía tras un guión la frase "Dos Sicilias". Los borbones-dos sicilias gobernaron un reino de la fragmentada Italia que incluía el sur de la península y la isla de Sicilia, con la corte localizada en Nápoles.

Los Rame di Napoli, a pesar del nombre, no son un dulce típico de Nápoles si no de la ciudad de Catania, en Sicilia. Por cierto, que las "catanias", unos dulces de almendra recubiertos con polvo de chocolate, no son originarias de la ciudad ni su nombre tiene nada que ver con ella. En realidad se crearon en Villafranca del Panadés, una ciudad al sur de Barcelona y el nombre hace referencia a un asunto local. Otro día os daré la receta de estos dulces.

Los Rame di Napoli se suelen regalar a los niños el Día de Difuntos (2 de Noviembre). Se trata de galletas blandas de tamaño apreciable que se glasean con chocolate negro y se coronan con pistachos triturados. Este sería el "modelo" básico pero como en el turrón o los panellets, la fantasía del confitero ha creado toda una serie de variedades como los Rame rellenos de mermelada o hechos con Nutella. También son habituales los de chocolate blanco rellenas de crema de pistacho.

INGREDIENTES

Para la masa 

  • 500 gramos de harina de fuerza
  • 200 gramos de azúcar
  • 150 gramos de mantequilla sin sal
  • 300 ml de leche
  • 100 gramos de cacao en polvo sin azúcar
  • 1 sobre de levadura de panadero (alrededor de 20 gramos)
  • 1 cucharada colmada de miel
  • 1 cucharadita de clavo molido
  • 1 cucharadita de canela molida
  • La ralladura de la piel de una naranja

Para la cobertura de chocolate

  • 300 gramos de chocolate negro al 70%
  • 50 gramos de mantequilla
  • 100 gramos de pistachos


En primer lugar vamos a poner la levadura en medio vaso (100 ml) de leche tibia. La dejamos reposar 15 minutos. Con esto conseguimos que "engorde".

Mientras vamos a derretir la mantequilla en el microondas y a continuación mezclamos con la miel, hasta que ésta se diluya en la mantequilla fundida.

Añadimos a esta mezcla el resto de la leche poco a poco, removiendo bien para que se mezcle totalmente. Finalmente añadimos la leche donde hemos disuelto la levadura, mezclando bien.

Es el momento de añadir todos los ingredientes secos de la masa (harina, azúcar, clavo molida, cacao en polvo, canela molida y la ralladura de la piel de la naranja). Es muy importante tamizar la harina antes de añadirla. 

Mezclamos bien con la ayuda de una cuchara de madera. Si disponéis de una mezcladora-amasadora es el momento de utilizarla. Debe quedar una masa muy homogénea.

Dejamos reposar la masa durante unas dos horas o hasta que doble el volumen, en un zona cálida, oscura y sin corrientes de aire.

Una vez transcurrido el tiempo lo mejor es meter la masa en el frigorífico durante media hora más o menos. Así será más fácil trabajarla.

Una vez han pasado los treinta minutos, extraemos del frigorífico y comenzamos a separar bolas de masa, dándoles una forma de elipse. Al hornear doblará de tamaño, así que pensad que vienen a tener un tamaño de unos 7 u 8 cm de diámetro, así que hacedlas de la mitad.

Precalentamos el horno a 180 grados e introducimos las galletas sobre un papel de hornear, debidamente separadas para que al crecer no se toquen. Con un horneado de unos 25 minutos será más que suficiente.

Mientras se hornean las galletas vamos a hacer la cobertura.

Derretimos el chocolate negro al baño maría y cuando está fundido le añadimos la mantequilla, mezclando bien. Reservamos, sin dejar que se enfríe.

Extraemos las galletas, las dejamos enfríar un poco y a continuación, con la ayuda de una cuchara, las vamos bañando en el glaseado.

Trituramos los pistachos y con un pellizco de los mismos vamos adornando cada una de las galletas antes de que la cobertura enfríe para que así queden pegados.

Dejamos enfríar hasta que el glaseado endurezca.

Una auténtica delicia para el paladar.