Souffle de Chocolate


Un postre francés que encanta a los muy chocolateros. Consiste en hacer una base de chocolate a la que se agrega claras montadas y luego se hornea. Es muy fácil de hacer siguiendo unas pocas reglas básicas.

INGREDIENTES (4 personas)

  • 200 gramos de chocolate negro (mínimo al 70%)
  • 150 gramos de azúcar glass
  • Medio litro de leche
  • 5 huevos
  • 50 gramos de cacao en polvo

Lo primero que debemos hacer es precalentar el horno a 200 grados. Es muy importante que ya esté a la temperatura correcta cuando introduzcamos el souffle.

En primer lugar ponemos al fuego un olla grande con agua. En una olla más pequeña que la anterior introducimos la tableta de chocolate hecha en trozos con la leche y la metemos en la primera (cuidado con que el agua no desborde). Así la fundimos, al baño maría. Aunque la cantidad de azúcar a introducir dependerá de la que lleve la tableta, en principio vertemos unos 80 gramos de azúcar glass.  Removemos bien para que se mezcle, ahora ya a fuego muy bajo.

Separamos las claras de las yemas.

Batimos las yemas con las varillas y añadimos el cacao en polvo. Incorporamos las yemas al chocolate fundido al baño maría, mezclamos bien y ya podemos retirar del fuego. Reservamos.

Ahora vamos a montar las claras.

Batimos las claras con las varillas y para que monten más rápido añadimos unas gotas de zumo de limón y un pellizco de sal.  A medio montar añadimos los restantes 70 gramos de azúcar. Deben quedar muy bien montadas, de manera que al girar el bol las claras no caigan.

Ahora vamos a mezclar las claras montadas con el chocolate. Con movimientos suaves de arriba a abajo y empleando una paleta ancha vamos introduciendo las claras montadas en el chocolate - nunca al revés - hasta que quedan bien integradas. Reservamos.

En un molde de silicona de unos 20 cm de diámetro u otro de aluminio desechable muy engrasado, introducimos la masa obtenida. Debe quedar lleno en unas tres cuartas partes para que no desborde demasiado (lo hará, pero no caerá por los lados).

Introducimos en el horno exactamente 30 minutos, ni uno más ni uno menos. Y nada de abrir para comprobar cómo está. Si lo hacéis se vendrá abajo y en lugar de souffle tendréis una especie de empanada.

Se sirve de inmediato, no se deja enfriar (como mucho se permite que quede a una temperatura suficiente para manipularlo sin problemas).

Un auténtico festín.