AL HORNO
Hay muchas manera de preparar boniatos pero la que mejor queda es el horneado directo. La razón es que el horneado permite que el azúcar propio del tubérculo caramelice muy bien, dejándolo con un sabor muy dulce y sabroso.
Lavamos el tubérculo pero no lo secamos, de manera que esté algo húmedo. Si tiene alguna raíz la retiramos. No se debe quitar la piel externa.
Hacemos dos o tres cortes profundos en lugares opuestos y distantes del boniato. Esto sirve para que el boniato pueda "respirar" y también para que podamos ver cuando empieza a sacar una sustancia oscura por los mismos. Esta sustancia oscura son los azúcares propios del boniato y cuando salen es que ya está casi cocido.
Precalentamos el horno a 190 grados. Introducimos los boniatos y dejamos hacer durante una hora. Una buena señal de que ya está hecho, o queda poco, es cuando empieza a rezumar azucar por los cortes realizados.
Si queremos comprobar si está hecho, deberemos clavar de nuevo un cuchillo que debería entrar en la carne como si esta fuera mantequilla. Y ya está, no hacen falta más florituras ni explicaciones.
AL MICROONDAS
Hacer boniatos al microondas no es especialmente difícil. El resultado será más o menos satisfactorio dependiendo de la dulzor de los tubérculos. Cuando se hacen al horno el azúcar del boniato se potencia, pero en el microondas (basado en la agitación de las moléculas del agua) esto no ocurre de forma tan evidente. De esta manera en el horno un "mal" boniato puede salir bastante comestible mientras que en el microondas saldrá igual de malo que entró precisamente por esta falta de potenciación del dulzor. Por otro lado hacer un boniato al microondas es mucho más rápido y se gasta muchísima menos energía que hacerlo al horno. En estos tiempos que corren, no es un tema poco importante.
Limpiad bien de tierra el boniato lavándolo con abundante agua. No los sequéis de manera que estén húmedos. No retiréis la piel externa.
Con un tenedor haced algunas incisiones QUE NO SEAN PROFUNDAS en la piel. Esto se hace para que el vapor que se generará en el interior no rasgue la piel provocando que el tubérculo explote.
Se envuelve cada boniato en papel de cocina absorbente. Puesto que está húmedo, el papel absorberá dicha humedad. Esto se hace para facilitar la cocción del boniato.
Se introduce el boniato en el microondas. A 700 watios se precisan 12 minutos , a 800 watios alrededor de 10 minutos y con 1000 watios unos 8 minutos.
Si se introduce más de un boniato se ha de incrementar el tiempo de microondas en un 50%. Esto es, con un horno microondas de 700 watios, que requiriría 12 minutos para un solo boniato, para dos precisaría 18 minutos, para tres 27 minutos y para cuatro 40 minutos (considerando mismo tamaño de los tubérculos y dependiendo claro está del tamaño de los mismos).
No se debe pasar el tiempo de forma continua. Es preciso hacerlo en saltos de 5 minutos con un tiempo de reposo entre medio de 1 minuto. Esto es, para dos boniatos a 700 watios se deberá hacer primero 5 minutos y dejar reposar 1 minuto. Luego otros 5 minutos con otro minuto de reposo. Luego otros 5, de nuevo 1 de reposo y finalmente 3 minutos. En cada intervalo presionaremos para comprobar si está blando (cuando lo esté por todos lados significará que está listo) y para darle la vuelta, de manera que favorezcamos que las radiaciones penetran por igual por todos lados.
Si seguís los pasos anteriores podréis disfrutar de boniatos de una manera muy fácil. Sobretodo precaución al manipularlos, que pueden llegar a estar muy calientes.
Eso sí, indicar que a pesar de que su consumo en España está muy limitado a las fechas que rodean el día de Todos los Santos, se trata de un tubérculo muy rico en fibra, carbohidratos, minerales y vitaminas, por lo que se debería consumir a lo largo de todo el otoño. Nuestra salud lo agradecería.
COCIDOS
Otra forma de preparar el boniato consiste en cocerlos. Es, después del microondas, la que menos energía consume y la más fácil de preparar. La caramelización del tubérculo es intermedia, peor que en el horno pero mejor que en el microondas. Cuanto más lenta sea la cocción, mejor caramelizará.
Lavamos el boniato y no le hacemos ningún corte o perforación.
Introducimos el boniato o boniatos en una cazuela con tapa, cubriendo con agua hasta un poco menos de la mitad del tubérculo. Colocamos a fuego bajo o muy bajo y dejamos hacer, con la tapa cubriendo la cazuela, hasta que se ablanden del todo. Si vemos que el agua se agota, añadimos un poco más sin rebasar el nivel indicado.