No se si la traducción de Pommes Dauphines en Patatas Delfinas es la más acertada pero mi francés no da para más.
En mi excusa puedo argumentar que no será una traducción de largo recorrido y por tanto intrascendente. En cambio otras siguen siendo, siglos mediante, de lo más bochornoso.
Es lo que ocurrió con el cartógrafo español que siglos atrás tradujo el nombre que daban los franceses al canal que los separa de Inglaterra como "La Mancha" cuando en realidad "La Manche" se traduciría como "La Manga". Así que si te preguntas por qué algo que nos es tan alejado y tan ajeno guarda el mismo nombre que las tierras pisadas por Don Quijote, que sepas que es un simple error de traducción. Y de los gordos.
Las patatas delfinas son una mezcla de pasta choux, la misma que se emplea para hacer los profiteroles, con masa de patata. Luego se pasan por una manga pasteleras para freírse en abundante aceite. Se emplean, al igual que las patatas Duquesa o las Lorette para acompañar, de forma elegante, platos de carne y estofados.
INGREDIENTES :
- Medio kilo de patatas
- 250 ml de agua (un vaso y cuarto)
- 125 gramos de harina
- 4 huevos grandes
- 100 gramos de mantequilla
- Sal
- Pimienta negra molida
- Nuez moscada (opcional)
- Aceite de girasol, maíz, canola etc
- Una manga pastelera, con boquilla ancha y sin estrías
En primer lugar cocemos las patatas con piel hasta que están tan blandas que podemos clavarles un tenedor y con el mismo cruzarlas de parte a parte.
Se pasan por agua fría, se pelan y pasan por un pasapurés para obtener un puré fino. Reservamos.
Ahora vamos a hacer la pasta choux.
En un cazo incorporamos los 250 ml de agua, una cucharadita de sal, un par de vueltas del molinillo de pimienta, la mantequilla a trozos y si nos gusta el sabor, un pellizco de nuez moscada. Removemos bien.
Cuando la mantequilla se ha fundido del todo, incorporamos de golpe los 125 gramos de harina (es recomendable pasarlos antes por el colador para evitar grumos).
Removemos vigorosamente con una cuchara de madera a fuego medio-bajo hasta que la masa se desprende de las paredes de la cazuela.
Es el momento de incorporar los huevos.
Lo vamos haciendo de uno en uno, removiendo bien para que se integre con la masa. No pondremos un nuevo huevo hasta que el anterior no se haya integrado bien.
Una vez ocurra esto, incorporamos el puré de patatas con media cucharadita de sal y mezclamos bien.
La masa resultante la cargamos en la manga pastelera o, si tenéis maña, usando dos cucharas también se puede hacer la forma.
Disponemos una sartén grande con un dedo de profundidad de aceite de girasol.
Cuando esté bien caliente vamos depositando en la superficie bolas que iremos extrayendo de la manga pastelera de un tamaño parecido al de una nuez. No os preocupéis por si parece pequeña, ya que con la fritura la pasta choux aumenta de tamaño a casi el doble.
Colocamos tantas bolas como nos permita el tamaño de la sartén. La fritura comenzará de inmediato con un burbujeo vivo y nosotros, con la ayuda de una cuchara de madera, haremos que se dore por todas partes. Esto no lleva más allá de 2 ó 3 minutos.
Se extraen del aceite, se colocan en una rejilla o sobre papel absorbente y listas para comer. Están de vicio.