Las Carolinas de Bilbao son un dulce muy típico de la ciudad homónima, probablemente el más popular. Dice la leyenda que las creó un pastelero para agasajar a su hija el día de su cumpleaños la cual, como no podía ser de otra manera, se llamaba Carolina. Puesto que el dulce favorito de la niña era el merengue italiano, básicamente es un merengue al que se añade hojaldre, crema pastelera y una decoración de cobertura de chocolate y dulce de yema.
No es por tanto un dulce complejo pero sí muy laborioso, por lo que no sería adecuado usarlo si la comida que le precede es complicada. Pero si lo simplificamos y compramos ingredientes ya hechos, se vuelve una tarea muy sencilla.
INGREDIENTES :
Para el merengue italiano
- 4 claras de huevo
- 250 gramos de azúcar glass (impalpable)
Para la base de hojaldre
- 1 placa de hojaldre (da para una docena de Carolinas, más o menos)
- Medio litro de leche entera
- 150 gramos de azúcar blanca granulada
- 3 yemas de huevo*
- 50 gramos de maizena (fécula de maíz)
- 1 limón
En este caso no haremos cobertura de chocolate ni dulce de yema para simplificar.
Primero vamos a construir la base de hojaldre que rellenaremos de crema pastelera. Haremos los dos en el horno.
Como molde podemos comprar moldes cóncavos que van todos unidos o bases para magdalenas de silicona.
Cortamos con un vaso vuelto del revés círculos en el hojaldre y los vamos colocando sobre las bases dándoles la forma. No os preocupéis si no llegan hasta el fondo ya que el peso de la crema hará el resto. eso sí, pinchadlos con un tenedor para que no suban demasiado.
Ahora vamos a por la crema pastelera.
Batimos las yemas y el azúcar hasta que éste queda bien diluido.
Diluimos la maizena en medio vaso de leche que hemos retirado del medio litro asignado a la crema pastelera y el resto de leche la ponemos al fuego con la piel del limón (sin la parte blanca que amarga). Cuando hierva reducimos el fuego e incorporamos la yemas con el azúcar y la maizena que hemos mezclado con el medio vaso de leche. Removemos un poco y dejamos enfriar (no importa que no esté hecha del todo, se acabará de hacer en el horno). Cuando está fría se coloca en una manga pastelera si la tenemos (si no pondremos la crema con una cuchara o similar) y con ella vamos rellenados las bases de hojaldre.
Precalentamos el horno a 160 grados e introducimos los hojaldres llenos de crema durante 20 minutos, o hasta que veamos que los hojaldres están dorados y la crema está firme.
Sacamos del horno y dejamos enfriar el todo (tanto los hojaldres como el horno, luego os explico el por qué).
Ahora es el turno de los merengues.
Nada más fácil que hacer merengues puesto que se componen de dos únicos ingredientes : azúcar y clara de huevo.
Hay dos tipos de merengue : los duros, que se hornean rápidamente y a muy alta temperatura, y los blandos, que partiendo del horno frío se hornean durante un periodo largo de tiempo a baja temperatura. Para las Carolinas se necesita la receta "blanda" que también se conoce como merengue italiano. Seguid mis consejos y veréis lo fácil que resulta.
Recomiendo que utilicéis claras de huevo pasteurizadas que son fáciles de encontrar en cualquier supermercado. Hay dos razones para ello : 1) están libres de cualquier tipo de bacteria o contaminante y 2) no contiene trazas de yema que dificultan montar las claras.
En un bol vertéis las claras con un pellizco muy pequeño de sal y un par de gotas de zumo de limón. A mano, nunca con la batidora, montar las claras a la mayor velocidad que os permita el brazo.
Cuando las claras estén firmes, NUNCA ANTES, añadir el azúcar glass y batir para que mezcle. Hacedlo suavemente porque un exceso de batido una vez ya se ha alcanzado la firmeza puede bajar la masa (perder aire).
Si tenéis una manga pastelera la cargáis con la mezcla y con ella hacéis la especie de "montaña" que veis en la foto SOBRE LAS BASES QUE ANTES HABÉIS HORNEADO. Si no tenéis manga pastelera va a ser algo más complicado hacer la misma forma.
Lleváis los merengues al horno FRÍO (NADA DE PRECALENTAR) y colocáis la temperatura a 130 grados durante una hora.
Y, aunque os parezca mentira, cuando abráis la puerta del horno ya estarán ahí unos magníficos merengues SIEMPRE Y CUANDO no se os ocurra abrir la puerta del horno antes de tiempo, porque se aplastarían. Y tampoco se os ocurra guardarlos en la nevera PORQUE NO NECESITAN REFRIGERACIÓN. Es más, si los metéis en el frigorífico se estropearían.
Y listos. Cuando estén a temperatura ambiente, ya se pueden comer. Y aunque hemos retirado las líneas habituales de chocolate y yema que desde el "pico" de la montañita llegan a la base de hojaldre, os prometo que os sabrán igual de bien.
Se comen en un par de bocados y causan glotonería. Avisados estáis.