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"French dressing", salsa para ensaladas

La verdad es que durante los años que pasé viajando me harté de echar "french dressing" a las ensaladas que servían a bordo de los aviones. De hecho llegué a aborrecer aquella salsa dulzona pero a la vez picante. Lo mismo me ocurrió con el goulash y con el hummus, mis platos de día sí y día también cuando estaba en Hungría o en Arabia. Luego dejé de viajar y me reconcilié con el goulash, con el hummus y hasta llegué a añorar la french dressing y los potecitos de leche vaporizada de los aviones.
Este fin de semana he hecho french dressing y por un momento he vuelto a volar. No está tan mal como recordaba. Hasta me ha gustado. En fin, vosotros mismos, una salsa para alegrar la ensalada.

INGREDIENTES :

Medio vaso (100 ml) de mahonesa
3 cucharadas de ketchup 
1 cucharada y media de azúcar moreno
1 cucharada de vinagre de vino blanco o manzana
1 cucharadita de mostaza francesa "de la que pica"
Media cucharadita de salsa Worcestershire (imprescindible, sin ella no es french dressing)
1 pellizco de cebolla en polvo
1 pellizco de ajo molido
1 pellizco de sal
Dos o tres gotas de salsa tabasco

Mezclamos bien todos los ingredientes, procurando que el azúcar quede bien disuelto. Guardamos en el frigorífico al menos un par de horas y lista para ser usada. Con moderación, eso sí, que es bastante calórica.

El término "french dressing" se emplea en muchas gastronomías pero con diferentes accepciones. En algunos países se refieren a una vinagreta clara. La receta que os he dado es más bien una salsa que se podría utilizar para mojar fingers de pollo, nuggets, verduras o, más propiamente, bañar con mesura la ensalada.