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Pollo del General Tso


Esta receta, de clara reminicencias asiáticas,  forma parte de la gastronomía norteamericana. Aunque algunos traten de enlazarla con alguna receta similar de la provincia de Hunan, en China, lo cierto es que con toda probabilidad fue inventada en la década de los 70 del siglo pasado en algún restaurante de la zona de Nueva York. Parece ser que se sirvió por primera vez en 1973 en un restaurante donde el chef Peng de Hunan trabajaba, el cual ha quedado como creador de la receta. Antes de esa fecha no consta en ninguna carta de ningún lugar del mundo pero tampoco es seguro que fuera él quien realmente lo creara.

Se trata de un plato agridulce ligeramente picante (o mucho, según el gusto del cocinero) , con ingredientes baratos y muy fácil de realizar, lo cual hace inexplicable por qué en los Estados Unidos se sirve con un sobreprecio con respecto a otras recetas de cualquier restaurante chino. Tal vez se deba a que es muy popular y la demanda fija un precio alto, no el valor intrínseco de la preparación.

INGREDIENTES (4 personas) :

4 muslos de pollo con muslos (debe ser obligatoriamente carne obtenida de los muslos, nunca de la pechuga)
50 ml de salsa de soja (un cuarto de vaso)
50 ml de vinagre blanco de vino, manzana o arroz (un cuarto de vaso)
1 huevo
1 diente de ajo
1 cucharada de maízena
1 cucharadita de jengibre picado
Guindillas picantes picadas (las rojas, la cantidad depende del grado de picante que deseéis)
Aceite vegetal (maíz, girasol o canola)

En primer lugar hay que deshuesar los muslos en crudo (a veces los podéis encontrar ya deshuesados en vuestra pollería habitual). Se debe desechar la piel y eliminar nervios y otras impurezas. Cada muslo se debe cortar en pedazos de 1 cm, aproximadamente.

En un bol mezclamos el huevo batido con la maizena y en esa mezcla introducimos los pedazos de pollo. 

Ahora debemos freír el pollo, preferiblemente en wok pero si no disponéis del mismo se puede emplear una sartén pesada. Vertemos una cucharada de aceite vegetal y freímos los trozos de pollo que ya están empapados de la mezcla de huevo y maizena.

Debemos freírlos hasta que quedan dorados.

Mientras esto ocurre mezclamos en otro bol la salsa de soja, el vinagre, el diente de ajo picado sin el germen verde - responsable de que éste repita - y la raíz de jengibre picada.  También se añade el picante al gusto. 

Cuando el pollo ya está dorado añadimos la salsa y reducimos durante 2 minutos a fuego moderado. 

Y ya está, se sirve bien caliente acompañado de arroz blanco cocido o bien de una témpura de verduras. Más fácil no podía ser.

Por cierto, el General Tso existió realmente. Vivió durante el siglo XIX y fue muy admirado en su tiempo. El plato tomó su nombre pero él jamás lo probó ni en realidad nadie en China lo ha hecho, a menos que viajara en algún momento de su vida a los Estados Unidos.