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Halloumi y Saganaki

El Halloumi es un queso blanco originario de Chipre. Compuesto por leche de oveja y cabra actualmente se puede encontrar confeccionado a partir de leche de vaca, aunque sus características difieren del original. El sabor es parecido al de la mozzarella aunque más acentuado por ser bastante más salado.
El Halloumi se puede cocinar y gracias a su alto punto de fusión, a diferencia de la mayoría de los quesos, no se funde. Esto lo hace muy atractivo para muchos platos ya que incluso se puede hacer a la parrilla. Cuando se cocina de esta manera a la boca muestra los matices propios de queso, se muestra más salado y presenta al morder un crujido característico. Personalmente me gusta a la parrilla acompañando algún plato de carne (cordero, conejo o cerdo) pero también es un festín dentro de un bocadillo caliente acompañando panceta o salchichas.

Que yo sepa no hay productores locales en España y por tanto nos hemos de conformar con las importaciones que son sensiblemente más caras, sobretodo si comparamos con el precio del producto en origen. La primera vez que consumí halloumi fue en la parte griega de Nicosia en un pequeño restaurante dentro del recinto amurallado y recuerdo que quedé muy impresionado por su sabor.


El Halloumi o sucedáneos se consume en gran parte de Oriente Medio y por tanto se han dado bastantes recetas que lo emplean. Pero de todas ellas probablemente la más famosa es la del saganaki.

El saganaki es muy popular en Grecia y de confección muy sencilla. Es probable que en alguna receta lo veaís realizado con queso kefalotyri. El kefalotyri es la versión griega del halloumi chipriota, pero por características es similar (al menos en la composíción y el punto de fusión).





INGREDIENTES :

Queso halloumi cortado de manera que tenga cierto grosor (1/2 cm es lo correcto)
aceite de oliva (1 vaso)
huevo
agua (1/4 de vaso)
harina de trigo (1/4 de vaso)
En primer lugar hacemos una especie de salsa con el huevo, el agua y la harina. Debe quedar sin grumos. Si nos hemos pasado de harina añadiremos un poco más de agua.

Tal y como si fuéramos a hacer un rebozado mojaremos las piezas de halloumi, siendo aconsejable dejarlo en la salsa un rato. Observareis que no ponemos sal, ya que como he mencionado antes el halloumi es bastante salado por sí mismo.

En un cazo hondo calentamos el aceite y freímos el halloumi rebozado, siendo suficiente con que se dore por un lado para dar la vuelta inmediatamente después. La fritura debe ser rápida y con muchas "burbujas" ya que el queso se hace inmediatamente. Luego se sacan y se llevan a un papel absorbente para quitar el exceso de aceite.

El saganaki se sirve rociándolo abundantemente con zumo de limón.