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La comida de media mañana para los niños en la escuela

Después del desayuno matinal a los niños se les suele dar algo para comer a la hora del patio. Dicho acontecimiento suele suceder dos o tres horas después de la primera comida del día y el horario, así como la actividad que va a realizar el niño son importantes a la hora de planificarlo.
Si el desayuno ha sido copioso y la hora del patio acontece a menos de tres horas vista es lógico que el niño se enfrentará con poca hambre a lo que le hayamos preparado. Nuestra estrategia debería consistir en productos de bajo valor calórico y a ser posible complementarios del desayuno. 
Por ejemplo, durante el desayuno el niño ha tomado poca fruta. Una solución de la comida a media mañana sería proporcionarle una banana o plátano : es una fruta llena de vitaminas y minerales pero además aporta carbohidratos de fácil digestión. Un plátano de 100 gramos proporciona 120 calorías aproximadamente. 
Otra solución ante la comida del descanso matutino consiste en un bocadillo pequeño. El contenido calórico del mismo varía mucho según el contenido del mismo, pero oscila entre las 150 y las 300 calorías. 
Es importante indicar que debemos estar atentos a la actividad que va a desarrollar el niño después del patio. No es lo mismo ir a clase de gimnasia que encerrarse tres horas en un aula.
Pero aunque vaya al patio muy temprano jamás deberemos omitir darle algo para comer. Como ya se ha repetido con insistencia en este blog, lo ideal sería que los humanos comiéramos poco pero a menudo, siendo tres horas el espacio temporal adecuado entre cada ingesta. Con los niños ocurre lo mismo. Se ha de comer algo, preferiblemente sano, de manera que el metabolismo basal adquiera un ritmo saludable. Una manzana, algunas galletas integrales etc son una buena opción.
Si la hora del patio se encuentra temporalmente más alejada del desayuno es necesario aumentar el número de calorías pero sin pasarse. Un buen desayuno por la mañana dura prácticamente todo el día, así que se debería aumentar ligeramente las cantidades consumidas, sin que ello signifique tomar más grasa o carbohidratos refinados.

¿Qué deberían tomar los niños por la mañana en el colegio?

Principalmente bocadillos, fruta y lácteos (aunque no siempre es posible llevar al colegio alimentos líquidos). El pan a ser posible integral y los lácteos sin azúcar. Para beber algo tan simple como agua, aunque también sirven zumos sin azúcar v batidos lácteos o de soja sin endulzar. Por supuesto la verdura o las hortalizas son más que bienvenidas, pero dudo mucho que sin supervisión dichos alimentos sean consumidos por la gran mayoría de los niños. Vamos a mantenernos en una línea realista.

¿Qué NO deberían tomar los niños por la mañana en el colegio?

Sorprendentemente la lista de alimentos que no deberían tomar es más larga que la de alimentos aceptables. Deberían estar prohibidos los productos de bollería, ya fuera industrial como "artesanal". Por desgracia las tahonas de barrio aprenden muy pronto los trucos empleados por las grandes panificadoras y recientes estudios demuestran que sus productos no se diferencian en cuanto a aditivos a las primeras. Así que nada de ensaimadas, croissants, napolitanas....su aporte calórico es enorme (el doble que un bocadillo) y alimentan mas bien poco.
El azúcar debería estar ausente. Nada de galletas, golosinas, zumos o yogures que contengan dicha substancia. El azúcar es un carbohidrato de rápida absorción, es adictivo, y provoca en los niños cierta euforia que los profesores estarán encantados de erradicar de las aulas. Los adultos no lo notamos, pero los cuerpos de los niños - y en particular sus cerebros - son muy sensibles a substancias que a nosotros no nos afectan. No siempre ha sido así. Cuando los árabes introdujeron el azúcar en Occidente, más de un escrito de los médicos de Al Andalus calificaban al azúcar de droga puesto que la euforia que provocaba en los cerebros poco acostumbrados de la época era similar a la de la cocaína actual.
No hace falta decir que ni se os ocurra darles bebidas refrescantes azucaradas, y esos tipos de bebida no deberían estar al alcance de los niños en ninguna escuela.
Respecto a las porciones de quesitos, cabe indicar que contienen mantequilla así que con moderación. Lo mismo se puede decir de según qué tipo de embutidos. Respecto a estos últimos SIEMPRE eligiremos para los niños aquellos que vienen indicados como EXTRA, y a ser posible bajos en sal y grasa. No es un capricho : la denominación "EXTRA" viene a indicar que el producto etiquetado como tal es el que más se aproxima a un ideal del mismo. Vamos, que el jamón york extra por ejemplo, contiene menos fécula que otro que no es EXTRA.
Poca sal. Los niños deberían tomar entre 2 y 3 gramos de sal al día como mucho, y dichas cantidades ya las contienen y de sobra los alimentos procesados o las comidas que ingieren. Así que si les dáis pan con tomate o con aceite con el embutido, nada de añadir un poco de sal. Lo mismo se puede decir del queso que según que tipos contiene hasta un 2% de sal. Así que 50 gramos de queso medio contiene 1 gramo de sal.
Respecto a emplear mantequilla para embadurnar el pan del bocadillo, es una práctica que desaconsejo por el exceso que ello supone de grasas saturadas. Ojo que no digo que no se deba comer mantequilla, pero con moderación. Pensad que un niño no debe tomar más de 50 gramos de grasas A LO LARGO DE TODO EL DIA.
La miel - para hacer una tostada - está bien, pero no se la déis a niños muy pequeños porque podría haber problemas de botulismo. La mermelada está bien, pero elegid poca cantidad del tipo "light", y no de forma regular ya que contiene demasiada azúcar.
Respecto a las porciones de queso que se presentan con un formato similar al yogur, tened en cuenta que llevan mucho azúcar.
El pan siempre debería ser integral. El pan blanco muy refinado se debería evitar.
Y por supuesto nada de patatas fritas, cortezas de cerdo o similares.