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Patatas Anna


Esta curiosa receta francesa se puede hacer con tres ingredientes básico : sal, patatas y mantequilla aunque a menudo se añade también pimienta negra y ajo. Se trata de una masa compacta de rodajas de patata cuyo aspecto final es muy parecido al de una tortilla de patatas española. Se suele usar sobretodo como acompañamiento para carnes y pescados aunque no hay problema en consumirla como un entrante. Es muy fácil de hacer y sobretodo muy gustosa.

INGREDIENTES (4 personas) :

4 ó 5 patatas grandes
100 ml de mantequilla líquida, preferiblemente clarificada
Pimienta negra
Sal

En primer lugar clarificamos unos 130 gramos de mantequilla, esto es, los fundimos en una cazuela a fuego bajo y retiramos con una espumadera la capa superficial. Decantamos el resto y la parte final, depositada en el fondo de color blanquecino la descartados. El  líquido decantado es la mantequilla clarificada. Si no queréis hacer mantequilla clarificada podéis fundir al microondas unos 100 gramos de mantequilla y utilizarla tal cual.

Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas muy finas. Si tenéis mandolina es el momento de usarla. La mejor rodaja es aquella casi transparente. A medida que las vayáis cortando las depositáis en un papel absorbente de cocina para retirar el exceso de agua.

Ahora vamos a comenzar a montar la capas de este pseudo-pastel. Para ello lo mejor es tener una sartén capaz de ir al horno (con el mango de metal). Si no la tenéis tendréis que hacer toda la receta en el horno. Os explico la manera de hacerla en ambos casos.

Con sartén que puede ir al horno : 

En este caso vertemos un par de cucharadas de mantequilla líquida en el fondo y movemos la sartén para que la impregne toda. Colocamos las rodajas de patata en el fondo de manera que se solapen ligeramente hasta cubrirlo en su totalidad. 

Pintamos con mantequilla esta capa de patatas usando una brocha para cocinar y a continuación salpimentamos (una cucharadita de sal y pimienta negra molida al gusto). Encima de esta capa colocamos otra y repetimos la operación consistente en pintar con mantequilla y salpimentar. Terminamos con una capa de rodajas que igualmente pintamos con mantequilla y salpimentamos. Ahora debemos colocar encima una sartén o un plato, cualquier cosa, que nos permita presionar las capas de patata para facilitar su cohesión.

Colocamos sobre el fuego y dejamos hacer durante unos 10 minutos, moviendo de vez en cuando la sartén en círculos de manera que nos aseguremos que las patatas no se pegan al fondo. Cuando la mantequilla comienza a burbujear y se empieza a oler la fritura de la patata es el momento de hornear.

Precalentamos el horno a 250 gramos y llevamos la sartén al mismo, presionando de nuevo sobre las capas (hay gente que coloca un peso encima y lo mantiene durante el horneado, aunque no suele ser necesario).

Mantenemos 30 minutos en el horno, comprobando que las patatas quedan blandas. Si no es así, aumentamos el tiempo comprobando cada 5 minutos.

Una vez estamos seguros que las patatas están bien hechas retiramos del horno y con la ayuda de un plato damos la vuelta. La cara que tocaba el fondo ahora será la superior y se mostrará bien dorada, lista para comer.

Con una fuente porque no tenemos sartén que pueda ir al horno :

En este caso el proceso es similar, solo que no realizamos la fritura previa al fuego sino que llevamos directamente la fuente que tengamos, montada de la misma manera, al horno a 250 grados. Durante los primeros 20 minutos se debe cubrir con una tapa o papel de aluminio. Luego retiramos y dejamos hacer descubierta durante 30 minutos adicionales. 

Se sirve bien caliente y en porciones, igual que haríamos con una tortilla de patatas a la española. Las rodajas habrán compactado perfectamente.

Recordad salpimentar cada capa o quedará dulce. Si queréis añadir ajo, lo tenéis que laminar fino e incluir en cada capa de patata.

Es una de esas recetas tontas que repites a menudo por lo fácil que es y lo sabrosa que queda.