Nuevo libro

Cuadrados Wellington


Este dulce es muy popular en Reino Unido e Irlanda, donde se suelen hacer para contentar a los pequeños de la casa o para servir a la hora del té en cafeterías y pubs. Se componen de tres capas : una base de bizcocho, una especie de toffee o caramelo y un topping de chocolate. Vamos, para salir rodando. Una demostración de que en contra de lo que muchos creen, en Inglaterra también hay gastronomía (aunque en realidad pertenecen a la gastronomía escocesa).

Es el tipo de receta que podéis hacer con vuestros hijos porque el resultado les va a encantar (algo que no ocurre, no se por qué , cuando cocináis juntos acelgas con patatas).

INGREDIENTES :

Base de bizcocho :

350 gramos de harina
225 gramos de mantequilla sin sal
110 gramos de azúcar glass (impalpable)
20 gramos de levadura química (tipo Royal)
5 gramos de sal

Capa "toffee":

400 ml de leche condensada
230 gramos de azúcar glass (impalpable)
230 gramos de mantequilla sin sal
5 cucharadas de jarabe de ágave o miel o miel de caña (opcional)

Topping (capa superior):

250 gramos de chocolate de cobertura o negro al 70% (al gusto) 

En primer lugar vamos a hacer la base de bizcocho. Para ello mezclamos los componentes secos y luego adicionamos la mantequilla a punto de pomada (muy blanda pero no líquida). Trabajamos con una cuchara de madera hasta que queda todo bien mezclado e integrado.

Disponemos esta masa y la vertemos en un molde rectangular que pueda ir al horno, de una longitud aproximada de 40 cm. Bueno, lo de verter es un decir. Hay que sacarla con la cuchara y aplanarla hasta formar una capa uniforme en el fondo.

Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos el bizcocho 20 minutos o hasta que parezca dorado. Retiramos y dejamos enfriar.

Para hacer la segunda capa, la que parece un toffee de caramelo, derretimos la mantequilla en una cazuela, agregando a continuación el azúcar, el jarabe de ágave o miel y la leche condensada. Dejamos hacer a fuego bajo durante 45 minutos hasta que adquiere un color marrón y se vuelve muy denso (la leche condensada se convierte en un dulce de leche espeso). 

Vertemos este dulce de leche sobre el bizcocho y dejar que enfríe.

Ahora solo resta fundir el chocolate y de nuevo verterlo sobre el caramelo. Dejamos enfríar a temperatura ambiente (no lo metáis en el frigorífico) y una vez esto ocurra lo podéis dividir en porciones cuadradas. 

Uno de esos dulces que solo con escribir cómo se hacen dan ganas de hacer de inmediato.