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Bizcocho griego de naranja


El nombre griego de este bizcocho es Portokalopita, que se compone de Portokal, que significa naranja y de Pita, que significa pastel o también "plano". Si la palabra Portokal te suena a Portugal estás en lo correcto. Fue Portugal quien trajo la naranja dulce de la China a Europa y en algunos países, como Grecia, el país que hizo de intermediario dio nombre también al fruto. "La fruta de los portugueses" se convirtió, abreviando, en "portuguesa". España también conoció la naranja dulce a través de los portugueses, no de los árabe como se suele creer.  Nosotros no la llamamos "portokal" o algo parecido por otras razones.

El mito de que los árabes trajeron la naranja a España no es que sea falso, es que no corresponde al mismo tipo de fruto. Los árabes conocieron la naranja amarga de los persas y estos a su vez de los indios, donde dicha fruta se denominaba "narang" en sáncrito. Los árabes nos trajeron por tanto los frutos amargos cuyos árboles son decorativos y cuyos frutos sirven para hacer mermerlada. 

Cuando los portugueses importaron a España un fruto muy parecido pero de sabor dulce, la gente simplemente pasó a llamarlas "naranjas" como las amargas. En el siglo XVI los españoles eran muy conscientes de esto y también sabían el origen del fruto, por lo que era normal llamarlas "naranjas de la China". No siempre el origen del fruto está claro en la cultura popular. Mucha gente sigue creyendo que los kiwis proceden de Nueva Zelanda cuando no es en absoluto así, proceden de la China. El fruto fue rebautizado - y en cierto modo apropiado - cuando los neozelandeses lo vieron y les recordó a un ave de la isla, de nombre también "kiwi". La confusión fue aún mayor cuando fue esta nación de Oceanía la que inició la comercialización a nivel mundial del fruto. Todavía es normal que la gente hable de "Kiwis de Nueva Zelanda" cuando en realidad tienen un origen muy distinto.

Por cierto, las naranjas se siguen cultivando en la China pero su precio en origen es muy elevado. De hecho muchos chinos no las prueban hasta que viajan por el Mundo y la pueden adquirir a un precio más que económico.

La portokalopita es un pastel que se realiza con pasta filo, yogur, naranjas (por supuesto) y almíbar.

INGREDIENTES 

  • 400 gramos de yogur griego
  • 1 paquete de pasta filo (necesitamos al menos 8 capas o 250 gramos)
  • 100 gramos de azúcar
  • 100 gramos de aceite de oliva
  • 3 huevos
  • 1 naranja grande + 1 naranja para decorar (opcional)
  • 1 sobre (20 gramos) de levadura química (tipo Royal)

Para el almíbar

  • 1 vaso (200 ml) de agua
  • Medio vaso (100 ml) de azúcar
  • 1 naranja

Primero vamos a hacer el almíbar.

Rallamos la piel de la naranja y luego la exprimimos. Reservamos la ralladura y el zumo.

Vertemos el agua y el azúcar en una cazuela a fuego medio, removemos constantemente hasta que espesa. En ese momento añadimos el zumo y la ralladura de la piel. Reservamos.

Batimos los huevos con el azúcar. A la crema resultante le añadimos el aceite y el yogur. Mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea.

Obtenemos también la ralladura de una naranja y su zumo. Lo agregamos a la mezcla de yogur y también añadimos la levadura química.

Cortamos el paquete de pasta filo y lo cortamos en tiras de 1 cm de anchura, más o menos. Es como si hiciéramos papardelle (pasta ancha italiana) por poner un ejemplo.

En cuanto la cortamos llevamos a un bol (rápido porque se seca enseguida) y vertemos la mezcla de yogur con naranja y huevos. Mezclamos bien que las tiras de pasta filo queden bien impregnadas.

Vertemos todo esto en una fuente que pueda ir al horno, no muy alta, e introducimos en el mismo a 180 grados durante 45 minutos.

Si queréis decorarlo con láminas de naranja, cortamos una muy fina sin quitar la piel. A media cocción se colocan sobre el pastel.

Una vez horneado, extraemos y en caliente vertemos el almíbar por encima. No lo desmoldéis.

Dejáis enfriar a temperatura ambiente y entonces lo lleváis al frigorífico, para que el almíbar se empape bien.

Se extrae al día siguiente, se desmolda o corta de la fuente,  tomándose frío o bien del tiempo.

El sabor a naranja que tiene es increíble, siendo un postre perfecto para terminar una comida con categoría.