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Cocas de vidrio


Típicas del este español donde toman diferentes nombres según la localidad, las cocas de vidrio son un producto dulce típico de panaderías que raramente se encuentra en las confiterías. De hecho hace años, cuando en las panaderías y tahonas se servía solo pan, era lo único dulce que podías encontrar. Se trata de una coca de aspecto poco refinado, no muy dulce, pero con un fuerte sabor muy gustoso propiciado por el anís que incorpora.

INGREDIENTES :

250 gramos de harina de fuerza
50 ml de leche entera
30 ml de licor de anís
25 ml de aceite de oliva virgen extra
25 gramos de mantequilla
25 gramos de azúcar blanca granulada (la habitual)
10 gramos de levadura de panadero (de la seca)
1 cucharadita de sal

Para el cubrimiento anterior y posterior al horneado :

Piñones o almendra fileteada (alrededor de 30-40 gramos)
Licor de anís
Aceite de oliva virgen extra
Azúcar

En un bol mezclamos la harina tamizada con el aceite, la leche, el licor de anís, el azúcar y la cucharadita de sal, mezclando muy bien y luego amasando durante al menos 20 minutos En ese momento añadimos la mantequilla a punto pomada y trabajamos la masa hasta que se integra. Disolvemos la levadura en un poco de agua y la incorporamos cuando la masa se ha homogeneizado con la mantequilla, amasando otros 10 minutos.

Dejamos levitar la masa en un lugar seco  y oscuro, cubierta por un paño. Dejamos reposar media hora.

Transcurrido el tiempo de reposo  hacemos dos mitades de la masa - para conseguir dos coca de alrededor de 100 gramos cada  una - y con el rodillo les damos una forma ovalada.

Depositamos las cocas sobre un papel para hornear y las pintamos con aceite, espolvoreando además azúcar y añadiendo los piñones o almendras fileteadas.

Dejamos reposar 15 minutos y mientras precalentamos el horno a 220 grados.

Introducimos en el horno y dejamos hacer durante 10 minutos (vigilad que no se ennegrezcan demasiado, aunque en los bordes siempre hay ese peligro para algunos "lo bueno" de este tipo de coca).

Recién salidas del horno las pintamos con anís. El alcohol del licor, en contacto con una coca tan caliente, se evaporará de inmediato, así que no hay peligro de emborrachar a nadie.