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Pollo a la Parmesana (Chicken Parmesan)


El Chicken Parmesan, también conocido como "Chicken Parmigiana", es un plato estadounidense con claras influencias italianas. Se ha convertido en un clásico de la cocina italoamericana el cual hunde sus raíces en la receta tradicional italiana llamada "Parmigiana di Melanzane" o berenjenas a la parmesana.

El plato tradicional, que utiliza berenjenas en lugar de pollo, se originó en el sur de Italia, particularmente en la región de Sicilia y Campania. Consiste en rodajas de berenjena, cubiertas con salsa de tomate y queso, y luego horneadas.

La adaptación estadounidense con pollo es el resultado de la influencia de los inmigrantes italianos que llevaron consigo sus recetas tradicionales. Se cree que la versión con pollo surgió en Estados Unidos en la comunidad italoamericana, específicamente en la ciudad de Nueva York o en áreas con una fuerte presencia de descendientes italianos.

La versión con pollo reemplaza las berenjenas por pechuga de pollo rebozada, cubierta con salsa marinara y queso derretido, y luego horneada para unir los sabores. A lo largo del tiempo, el Chicken Parmesan se ha convertido en un plato icónico en la gastronomía estadounidense, presente en numerosos menús de restaurantes italianos y casas de familia, ya sean de origen italiano o no.

INGREDIENTES (4 personas)

  • 4 pechugas de pollo deshuesadas, enteras y sin piel
  • Sal y pimienta al gusto
  • 1 vaso de pan rallado
  • 1 vaso de harina de trigo
  • 2 huevos batidos
  • Aceite de oliva para freír
  • 1 vaso de salsa de tomate marinara*
  • 1 vaso de queso mozzarella rallado
  • ½ vaso de queso parmesano rallado**
  • Albahaca fresca o perejil para decorar

Los vasos referidos son los habituales para beber agua, de unos 200 ml.

* La salsa de tomate marinara es una salsa italiana básica y muy versátil que se utiliza comúnmente en platos de pasta y como base para diversas recetas. Su receta varía, pero por lo general se compone de tomates frescos, ajo, cebolla, hierbas como albahaca, orégano y a veces se le agrega un toque de vino tinto.

A menudo, se cocina a fuego lento para que los sabores se mezclen bien, creando una salsa espesa y sabrosa. Es una salsa roja, relativamente espesa, y puede tener una textura que va desde algo más líquida hasta más densa, dependiendo de la preparación específica.Se utiliza como acompañamiento para pastas, pizzas, pollo, mariscos, verduras etc.

Más abajo podéis ver la receta por si no podéis encontrarla ya hecha.

** El queso parmesano es bastante caro, así que podéis emplear menor cantidad para no encarecer la preparación, sustituyéndolo en parte con grana padano u otro queso curado de vuestra elección.


En primer lugar precalentamos el horno a 200°C. Aplanamos las pechugas de pollo con un rodillo para que tengan un grosor uniforme (ya sabéis que hay una parte que es más ancha que la otra)

A continuación las vamos a rebozar.

Preparamos tres platos hondos de sopa o recipientes poco profundos: uno con harina, otro con huevos batidos y el tercero con pan rallado.

Pasamos cada pechuga de pollo primero por la harina, luego por los huevos batidos y finalmente por el pan rallado, asegurándonos de que estén completamente cubiertas.

Calentamos aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto. En el mismo freímos las pechugas de pollo empanizadas hasta que estén doradas por ambos lados, aproximadamente 4-5 minutos por cada lado.

Retiramos el pollo de la sartén y lo depositamos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite. Esto es muy importante para que no quede un plato de apariencia y gusto graso. 

Ahora vamos a hornear.

Colocamos una capa fina de salsa de tomate marinara en el fondo de una bandeja que pueda ir al horno y que, por aspecto, la podamos sacar sin problema a la mesa. Situamos las pechugas de pollo sobre la salsa. Cubrimos cada pechuga con más salsa de tomate. Espolvoreamos el queso mozzarella y parmesano rallado sobre las pechugas.

Horneamos durante 15-20 minutos, o hasta que el queso esté burbujeante y dorado. Vigilad que la pechuga esté bien hecha.

Extraemos del horno, decorando con hojas de albahaca fresca o perejil antes de servir.

Se puede servir este Chicken Parmesan con pasta, ensalada o pan de ajo.

Es un plato que gusta a todo el mundo y si cuidáis la presentación, es un preparación festiva y si se quiere, hasta navideña. Nadie protestará, eso seguro.

Receta de salsa de tomate marinara:

INGREDIENTES:

  • 2 latas (800g) de tomates triturados o tomates pelados en lata
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cebolla, finamente picada
  • 4 dientes de ajo, picados y sin el germen verde central
  • 1 cucharadita de azúcar (opcional, solo si el tomate es demasiado ácido)
  • Sal y pimienta al gusto
  • Hierbas frescas o secas (orégano, albahaca, tomillo), al gusto

En una cazuela grande, calentamos el aceite de oliva a fuego medio. Agregamos la cebolla y la pochamos hasta que esté transparente, durante unos 5 minutos más o menos. Añadimos el ajo picado y salteamos durante 1 minuto más, procurando no quemarlo.

Incorporamos los tomates triturados a la olla y revolvemos bien. Si los tomates no están triturados, se puede usar una cuchara de madera para romperlos mientras cocinan. Añadimos la cucharadita de azúcar (esto ayuda a equilibrar la acidez de los tomates, pero es opcional) y sazonamos con sal y pimienta al gusto. Introducimos entonces las hierbas frescas o secas, según disponibilidad. Si son hierbas secas, utilizamos alrededor de una cucharadita de cada una.

A continuación reducimos el fuego dejando que la salsa hierva a fuego lento durante aproximadamente 20-30 minutos para permitir que los sabores se mezclen.

Mezclamos ocasionalmente para evitar que se pegue en el fondo de la olla.

Esta salsa tiene innumerables usos, así que se puede hacer cierta cantidad y usarla en la receta que hemos visto del Chicken Parmigiana, como fondo para la pizza o aderezo para pasta.