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Tarta de queso japonesa


Os voy a enseñar a hacer una tarta de queso japonesa. Básicamente es igual que casi todas las tartas de queso salvo que no lleva una base de galletas trituradas, no se corona con una capa de mermelada y en lugar de hacerse como una tarta convencional, se hace como un souffle. El resultado es una tarta inflada pero muy ligera, perfecta para terminar una copiosa comida navideña sin tener la sensación de que no cabe ni una cucharada más.

INGREDIENTES (4 personas)

  • 200 gramos de queso crema (filadelfia, quark etc)
  • 3 huevos XL
  • 30 ml de leche
  • 30 gramos de harina para bizcochos
  • 60 gramos de azúcar granulada blanca (la normal)
  • 1 pellizco de sal
  • Zumo de limón

En primer lugar precalentamos el horno a 190 grados. Al ser un souffle, es importante que la temperatura sea esa y no introduzcamos la tarta cuando aún no se ha alcanzado. Dentro del horno introducid una bandeja con agua y tamaño suficiente para que entre el molde que vais a emplear. Que de agua esté hasta la mitad, ya que al introducir el molde ascenderá y no debería entrar en la masa de la tarta. La tarta se hace al baño maría, así que es importante que el agua se caliente a la vez que lo hace el horno.

A continuación introducimos el queso crema en un bol y lo calentamos en el microondas 1 minuto. Es para trabajarlo mejor a temperatura ambiente. Reservamos.

Separaramos las yemas de las claras y reservamos las segundas en el frigorífico hasta el momento de usarlas para hacer el merengue.

A ser posible con una espátula de silicona, removemos bien el queso crema para que quede suave.

Ahora vamos a ir agregando las yemas de huevo una a una e integrándolas bien en el queso antes de añadir la siguiente.

A continuación añadimos la harina bien tamizada para que no forme grumos y mezclamos con la espátula.

Finalmente añadimos la leche y volvemos a remover bien. Debe quedar una masa homogénea y sin grumos. La dejamos a un lado, en un lugar fresco.

Es el momento de montar las claras.

Para ello incorporamos las mismas a un bol grande y les incorporamos un pellizco de sal y unas gotas de zumo de limón. De esta manera montarán mejor.

Batimos con las varillas - o a mano, si no queda más remedio - hasta que las claras montan y quedan tan firmes que al dar la vuelta al bol no caen abajo (haced esta prueba con precaución por si acaso la firmeza no era tanta como imaginabáis). A medio montar debéis añadir la azúcar, haciendo que se integre bien.

Ahora es el momento de añadir el merengue a la crema de queso. Se hace de esta manera.

Disponemos un molde circular mediano y lo forramos con papel de hornear. Si es un molde de silicona no hace falta, bastará con engrasarlo ligeramente con mantequilla.

Vertemos en el molde el queso crema, lo alisamos, y sobre el mismo vamos agregando el merengue. Con un movimiento de espátula de arriba hacia abajo suave, vamos mezclando merengue con el queso hasta que queda bien integrado. La idea es que no pierda el aire y quede bastante inflado.

Horneamos a 190 grados durante 15 minutos para luego abrir la puerta del horno y dejar escapar el vapor. Luego se cierra la puerta y se baja la temperatura a 110 grado para hornear por otros 60 minutos.

Transcurrido el tiempo se extrae, se deja enfriar a temperatura ambiente y entonces se tira del papel de hornear para sacar la tarta (o se voltea con un plato si estás utilizando un molde de silicona).

Se puede guardar en el frigorífico o comer del tiempo. Ya veréis qué maravilla.