¿Qué tienen en común la salsa española, el footing, la salsa holandesa, la ensalada griega, la salsa napolitana y las casas de alto standing? La respuesta es fácil : todas son expresiones equivocadas. La palabra "footing" no existe en inglés. Para hablar del hecho de correr como deporte y sin ánimo de competir los anglosajones hablan de jooging. Así que "footing" fue una de las primeras palabras inglesas inventadas en España. Lo mismo ocurre con la expresión "alto standing", utilizada para describir una casa de lujo. En efecto, no hace falta decir que ante esta expresión un inglés reconoce un termino "anglofilizado" pero sin sentido. Otra muestra de la imaginación española para crear palabras de un idioma que todos se empeñan en estudiar pero pocos terminan dominando.
Con la ensalada griega el apelativo es demasiado general. Los extranjeros que visitaban Grecia llamaban ensalada griega a una mezcla de tomate, cebolla, queso feta, aceitunas negras y orégano. Tal vez porque encontraban difícil pronunciar el nombre original, "horiatiki", tal vez porque era la ensalada más singular y por tanto la única que recordaban. Pero si visitáis Grecia no se os ocurra pedir una ensalada griega porque no saben de qué hablamos. ¿Y la salsa holandesa? Pues que se trata de una invención francesa y nadie sabe a ciencia cierta por qué le atribuyeron ese nombre. Desde luego los holandeses no lo saben. Con la salsa española el origen es España aunque fueron los franceses quienes la popularizaron. Mientras que aquí la olvidamos, ellos la continuaron cocinando y si la hubieran llamado salsa australiana la verdad es que nos hubiera dado lo mismo.
Bien, pues la salsa napolitana existe en todas partes menos en Italia. La denominación que más se le aproxima en la cocina transalpina es "salsa di pomodoro a la napoletana" y desde luego no se parece en nada a la que se hace en el resto del Mundo. Para nosotros la salsa napolitana es una mezcla de tomate y verduras. Para un italiano la salsa di pomodoro a la napoletana (que no salsa napoletana, denominación ante la que se encogería de hombros) es una mezcla de tomate con ajo, albahaca y perejil. Os voy a dar ambas recetas, la internacional y la comprensible para un italiano.
Salsa di pomodoro a la napoletana
INGREDIENTES
1 Kg de tomates maduros
1 ó 2 diente de ajo
Albahaca fresca (2 ó 3 hojas)
Perejil fresco (un puñado de hojas sin el tallo)
Sal
Pimienta
Aceite virgen extra de oliva
Pelamos y quitamos las semillas a los tomates, cortándolos en dados. Picamos un diente de ajo - dos, si nos gusta fuerte -. En una olla de barro con un chorro de aceite de oliva y a fuego fuerte incorporamos el ajo y los tomates hasta que hierva. Cuando ésto ocurra incorporamos las hojas de perejil y albahaca y bajamos el fuego para cocinar durante media hora más (la idea es eliminar el exceso de agua del tomate, así que si se seca excesivamente podemos retirar de fuego. Mientras habremos añadido la sal y la pimienta. A continuación pasamos por el chino para obtener una salsa grumosa pero no fina. Se añade a los platos de pasta incorporando un poco de aceite crudo virgen extra o bien un poco de mantequilla.
Salsa napolitana (internacional)
INGREDIENTES
1 Kg de tomates maduros
1 ó 2 diente de ajo
1 cebolla morada tipo "Figueres"
1 zanahoria
1 puerro
OréganoSal
Vino blanco (opcional)
Pimienta
Aceite virgen extra de oliva
Pelamos y quitamos las semillas a los tomates, cortándolos en dados. Picamos un diente de ajo - dos, si nos gusta fuerte -. En una sartén con un chorro de aceite de aliva freímos la cebolla y el ajo picados. Cuando la cebolla empieza a dorarse añadimos el tomate, la zanahoria rallada y el puerro cortado en juliana. Algunas recetas añaden medio vaso de vino blanco. Llevamos a ebullición y luego bajamos el fuego, manteniendo la cocción durante media hora. Rectificamos de sal y pimienta y al final añadimos el orégano picado. La cocción tiene por misión reducir el contenido de agua, así que si la salsa se espesa demasiado la retiramos aunque no haya transcurrido media hora. Pasamos la salsa por la batidora o el chino para hacerla grumosa pero en ningún caso demasiado fina.
La salsa napolitana se sirve aparte y el comensal la vierte sobre el plato de pasta, acompañada casi siempre de queso rallado.