Durante los meses de verano soy un adicto al gazpacho. Tranquilamente me podría alimentar del mismo sin probar otro tipo de alimento (no lo hago porque sería una dieta desequilibrada). Además el saber que es una adicción más que saludable reconforta. Si bien los gazpachos envasados que encontramos en los supermercados tienen un sabor conseguido y la mayoría no utilizan ni conservantes ni colorantes sigo prefiriendo el gazpacho hecho en casa por varias razones. La primera, conozco de primera mano la calidad del producto y en segundo lugar el coste es ligeramente inferior. Os voy a dar una receta muy rápida que obvia la parte más pesada, (cocer, pelar y quitar las semillas del tomate) para poder hacer gazpacho en minutos y tener litros de provisión a lo largo de la semana. No os pongais las manos en la cabeza, ya se que no es el método tradicional, pero genera un buen sucedáneo.
INGREDIENTES :1 lata de 1 Kg de tomate triturado
3/4 pepinos pequeños o dos grandes
1 cebolla grande morada tipo "Figueres"
1 diente de ajo
1 limón
4 trozos de pan
1 pimiento verde para freir grande ( de piel fina)
Sal
Vinagre de vino
Agua embotellada fria
En una olla grande vertemos el contenido de la lata de tomate. Pelamos los pepinos y los cortamos en trozos, añadiéndolos a continuación. Pelamos la cebolla y el diente de ajo y los incorporamos. Cortamos el pimiento verde para vaciarlo de semillas y los partimos antes de echarlo en la cazuela. Exprimimos el limón e incorporamos el jugo. Echamos una cucharadita de sal y los trozos de pan, además de un chorro generoso de vinagre de vino. Finalmente llenamos de agua fria de manera que el volumen final sea el doble del volumen de los ingredientes. Es decir, si todos los ingredientes ocupaban dos dedos de altura de la cazuela, haremos que el volumen final sean cuatro dedos. Hemos de pensar que el tomate y el pepino aportan también gran cantidad de agua.
Ahora pasamos por la batidora eléctrica hasta que quede un puré líquido muy fino. Si espesa demasiado añadiremos más agua fria. Lo probamos y rectificamos de sal y vinagre, si bien conviene que este último sea el propio comensal el que lo ajuste a su paladar. Y ya está, listo para consumir o guardar en la nevera un máximo de 5 días. La conservación depende bastante de la acidez del gazpacho, por eso hemos incorporado el jugo de un limón y el vinagre. También conviene indicar que se ha omitido el pimiento rojo por una razón. Los pimientos rojos que habitualmente encontramos en los supermercados tienen una piel bastante gruesa que no destruye totalmente la batidora. Si incorporamos pimiento rojo el puré se debería filtrar a no ser que no nos importara encontrar 'pellejos' que son muy molestos. El resultado sin pimiento rojo es un color menos bonito y un poco de pérdida de sabor, nada más. El pimiento verde para freir tiene una piel menos fuerte que con la acción de la batidora se elimina.