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Desayunos orientales : no busquéis croissants en Turquía

El aire olía a petroleo. Entonces recordé. Cuando las tropas de Irak abandonaron Kuwait incendiaron más de medio millar de pozos de extracción. De esa manera trataban de destruir la economía del Emirato y dejar la nada en manos de los americanos. Se había tardado años en apagar todos los incendios. En 1997, el año en que por primera vez visité Kuwait, ya no ardía ningún pozo pero el aire seguía impregnado de la pestilencia. Llegué a finales de Julio cuando la temperatura alcanzaba con facilidad los cincuenta grados. El país sesteaba y no iba a ser un extranjero como yo quien lo despertara del sueño. La poca actividad comenzaba muy temprano para cesar alrededor de las once de la mañana y reanudarse de

foto : kuwait towers

nuevo al atardecer, prologándose hasta medianoche. Nada fuera de lo normal en los países del Golfo durante el largo verano.

foto : Recepción Sheraton Kuwait

Me alojaba en un vacío hotel Sheraton. Antes de entra en el ascensor me fijé en unas fotografías colgadas de la pared. Mostraban el hall donde ahora me encontraba completamente destruido. Un breve texto en inglés elogiaba a los trabajadores que habían conseguido poner en marcha el hotel tras la destrucción. No se mencionaba ni a Sadam Hussein, ni a la guerra ni a Irak. El Sheraton había sido el cuartel general del ejército iraquí durante la ocupación del Emirato. Como los pozos, como los supermercados, como todo aquello de valor y estimable, había sido semidestruido cuando abandonaron vencidos el país. Eso al menos es lo que difundieron los medios occidentales. Aparte de aquellas fotografías no había ningún otro vestigio de la guerra. foto : recepción Sheraton Kuwait

El hotel, como todo Kuwait, había preferido olvidar. Me levanté temprano con ganas de desayunar. Mi empresa me escatimaba las dietas así que había preferido no cenar para no arriesgar el poco dinero suelto que me quedaba. El restaurante estaba vacío. En el centro un gran y alargado expositorio a modo de autoservicio exhibía todo lo bueno de la cocina árabe : labneh, hoummous, torshy, pepinos, aceitunas... Empecé a babear de inmediato. Un solícito camarero de Bangladesh me saludó con una amplia sonrisa conduciéndome a continuación a una mesa individual.

-Am I alone (¿estoy solo?) .- pregunté haciéndome el simpático.

-Yes Sir (sí señor).- respondió sin levantar la vista de su cuadernillo.

Le pedí té e hice ademán de levantarme para empezar del festín. Interrumpió mi gesto con vehemencia, casi de forma autoritaria. Volví a sentarme desconcertado.

- Should not serve myself? (¿no me debo servir yo mismo?)

- Do not worry Sir, I do it. (no se preocupe señor, lo hago yo).

Resignado le empecé a cantar la lista de platos que quería me sirviera mirando con temor las pequeñas dimensiones de la mesa donde me sentaba. Me miró tan seriamente que interrumpió mi hambriento listado :

- No Sir, you are european so you have to take an european breakfast. (no señor, usted es europeo y ha de tomar un desayuno europeo).

Pensé que se trataba de una broma. Después de un viaje de 3 semanas por las gastronomías de medio mundo árabe aquel individuo parecía dispuesto a largarme un croissant y un bollo con mantequilla. Protesté pero de nada sirvieron mis quejas. Pensé que tal vez mi reserva sólo contemplaba un desayuno europeo o quizás era que en su inflexible Mundo cada cual tenía su rol y el mío era el de ser y comportarme como un europeo, quisiera o no. Tenía prisa, hambre y pocas ganas de discutir así que engullí un horrendo croissant - ¿por qué llaman croissant a un incomestible hojaldre por el solo hecho de haberle dado forma cornuda ? - mientras miraba resignadamente los platos árabes que me estaban vedados y que parecían destinados a nadie porque si no había nadie cuando llegué al restaurante tampoco lo hubo al marchar.

Pedí en recepción que llamaran a un taxi. Después del desagradable trato con el camarero del restaurante traté de establecer una conversación con el recepcionista pakistaní :

-I saw the photographs near the elevator. Have you been here then? (vi las fotografías cerca del ascensor. ¿Estaba usted aquí entonces?)

- No. - respondió sin levantar la vista de los papeles que ojeaba.

- During the war, I mean. (durante la guerra, quiero decir.) - insistí.

- What war? (¿qué guerra?).- replicó sin inmutarse mientras mojaba la punta de su índice para pasar página.

Le observé unos segundos buscando la ironía pero si algo de broma hubo en aquel hombre desde luego no me la dedicaba a mí. Así que desistí. Por alguna razón mis dotes comunicativas fallaban y ya me estaba replanteando si era el día propicio para visitar un cliente.

Mientras esperaba mi taxi observé a un sonrosado norteamericano grande como un camión, el único cliente presente en el otro extremo del vestíbulo. Parecía que se hubiera caído directamente desde un árbol al sofá. A grito pelado me preguntó, confundiéndome con un conciudadano, si también iba a no se qué reunión sobre no se cuál tema. Le dije que no y entonces se dio cuenta que no era estadounidense. Algo más educado que él, me aproximé unos pasos y le expliqué que era español y estaba en Kuwait en busca de negocios. Se rió de buena gana. Iba a preguntarle a qué venían las risas cuando me anunciaron que mi taxi había llegado. Abandoné el hotel con el eco de las risotadas a mi espalda, con una indefinida sensación de que Kuwait se estaba burlando mí.

Le comenté a mi cliente, un palestino que residía en Kuwait desde 1973, la aparente apatía sobre la guerra del Golfo que notaba en todos ellos. Arqueando las cejas y suspirando, pareció lanzarse a la enésima explicación que daba a un occidental sobre "la verdad" de la Guerra :

- Los iraquíes no destruyeron Kuwait. Ellos entraron aquí para integrar el emirato en Irak y no iban a destruir parte de su propio país. Es cierto que se cometieron tropelías y no es menos cierto que los kuwaitíes, los originales de este país, fueron los que peor lo pasaron, pero para nosotros, los extranjeros que trabajamos en este país, la ocupación no tuvo mayor significado que el cambiar de amo. Naturalmente los kuwaitíes iban a perder su status, todas sus prebendas, pero nosotros - y se encogió de hombros - proseguimos con nuestro trabajo como si no ocurriera nada. - Y mientras largaba esta sorprendente perorata mi cliente miraba de reojo el cuadro que colgaba en su despacho de un kuwaití, nominal propietario de la empresa, que sin embargo jamás había puesto un pie en ella pero sin el cual no hubiera sido posible establecer el negocio. Hizo una pausa de unos pocos segundos para observar mi reacción a sus palabras. Como respondí con silencio prosiguió : - Es cierto que quemaron los pozos pero Israel comete a diario crímenes flagrantes de lesa humanidad y el Mundo calla. ¿Valen más los pozos de petróleo que las vidas de los palestinos? Y claro que se rió el americano de tí. Los americanos siempre se pintan como héroes desinteresados que acuden al rescate de los países necesitados. Nada hay menos cierto. Antes de la guerra aquí trabajaban empresas francesas, holandesas, italianas, japonesas, de todas las nacionalidad. Ahora los americanos, en pago a su ayuda "desinteresada" - hizo un gesto claro de entrecomillar la palabra - obligan a que todos los contratos recaigan en empresas americanas. Ningún otro país trabaja en Kuwait ni lo hará durante años. Y tú tienes suerte que hay ese proyecto - ser refería al proyecto de un Hospital que me había llevado a visitarle - no les interese.

No supe si todo lo que me decía era cierto. Abbas era palestino y mostraba un inveterado odio hacia Israel. Y no había sido un secreto que Yasir Arafat había apoyado en la invasión a Sadam Husein contra los norteamericanos. Haber iniciado una discusión política con él me habría llevado a terreno pantanoso así que opté por responder con silencio, asintiendo no porque mis ideas estuvieran en sintonía con las suyas, sino simplemente indicando que le escuchaba. Pareció satisfecho con mi silencio. En Inglaterra, para desviar un tema se habla del tiempo, invariablemente malo. En Oriente se habla de comida. Así que le expliqué mi desafortunado desayuno. Se rió con ganas, probablemente aliviado porque también quería cambiar de tema.

- Amigo mio, - me dijo agarrándome por el hombro para zarandearme - estás más preocupado por tu estómago que por los negocios. Eso es bueno.

Y dicho esto me llevó a un restaurante a servirme un desayuno árabe como Dios manda.

Valga este largo preámbulo para que os explique cómo son los desayunos en Oriente Medio. El desayuno es allí y debería ser en todas partes la comida más importante del día. El desayuno nos da fuerza y energía para afrontar el quehacer cotidiano y como todas las comidas debe ser ajustado a la actividad que desarrollamos así como perfectamente equilibrado.

foto : labneh

El desayuno "standard" de Oriente Medio se basa en pan pita o de otro tipo, aceitunas negras o verdes, algunos vegetales como tomates verdes maduros cortados en gajos y regados con aceite virgen de oliva, sal y menta, así como pepinos pelados y cortados en porciones aderezados con un poco de sal. También es común servir diferentes tipos de quesos y labneh. El labneh se obtiene salando yogur y filtrándolo para eliminar el suero. El labneh se sirve en un plato y en el centro se echa aceite virgen extra de oliva con menta u otra especie. El comensal puede comerlo con cubiertos pero lo habitual es cortar una porción de pan y pellizcar labneh con un poco del aceite del centro. A veces se sirve en los desayunos hoummous , un excelente paté de garbanzos que se sirve y consume como acabo de describir con el labneh. Aunque es opcional, generalmente se come sin la ayuda de cubiertos. Las aceitunas se pican con los dedos y los productos que mancharían los dedos se pellizcan ayudados con una pequeña porción de pan. Con el desayuno se toma té o café turco, aunque también se está generalizando últimamente tomar zumo de naranja.

Esto sería el desayuno más corriente pero cada país de la zona tiene sus variantes. Así por ejemplo en Turquía se consume también una tortilla semi cuajada con "tropezones" vegetales denominada Menemen y empanadas con pasta filo denominadas Börek , además de suçuk (pronúnciese suchúk) que es una especie de salchicha que se corta en rodajas

y se fríe en aceite de oliva o mantequilla. En Turquía raramente se incluye hoummous para desayunar así como labneh. Tampoco el café turco es corriente a esa hora de la mañana, aunque a veces sí se emplea

foto : börek

para hacer una especie de café con leche de consumo rápido. En Turquía en los desayunos se toma té o bien Ayran , aunque también es corriente beber zumo de naranja, de melocotón o de cerezas.



f erry frente a Agia Sofia


Los turcos también conocen el síndrome occidental del desayuno "aquí te pillo aquí te mato" que consiste en no tener tiempo para tomarlo y comer cualquier cosa de pie o corriendo. Los trabajadores que a diario cruzan el Bósforo en ferry para ir a sus oficinas o industrias de la parte Europea (en Asia se vive, en Europa se trabaja, o al menos así ocurre en Istanbul) cuentan con vendedores ambulantes de salep que ofrecen una taza bien caliente a los viajeros. El salep es una bebida realizada con una orquídea muy aromatizante y que se sirve en los crudos días de invierno. Para comer algo de forma rápida los turcos echan mano del simit, un pan circular de tamaño mediano decorado con semillas de sésamo. Es muy común ver en Istanbul puestos ambulantes de simit por todas las calles. En Grecia existe una variante muy parecida denominada koulouri.

Otro producto que consumen los turcos en el desayuno, así como los árabes, griegos y algunos países balcánicos se denomina Pekmez. Se trata de una especie de jarabe que se obtiene a través de la reducción de zumos de uva, moras o higos generalmente, y tras hervirlos con un coagulante . Con este jarabe se unta el pan como si se tratara de una mermelada si bien el tipo que conozco - y que por cierto aborrezco - es aquel que consiste en una mezcla de este jarabe con tahini (pasta de sésamo). Esta combinación produce una crema de color beige, muy dulce y empalagosa hasta límites insospechados que de nuevo se emplea para untar pan. Por poner un ejemplo sería en Oriente Medio lo que la crema de cacahuete en Estados Unidos o la "nocilla" en España. El Pekmez no se suele confeccionar en el hogar sino que se adquiere en las tiendas de alimentación en cómodos potes de cristal. En los países árabes el pekmez se denomina diba y se realiza con jugo de dátiles.

En Arabia Saudita, aparte de lo visto como "desayuno standard árabe" se sirven también una especie de gachas realizadas con dátiles, sémola y mantequilla aromatizados con cardamomo, aunque no es habitual encontrarlo fuera de los desayunos familiares.

En Egipto se consume el desayuno standard pero también Ful Medames . El Ful Medames es el plato nacional egipcio realizado con habas, que son la legumbre nacional (de hecho el famoso falafel que en todo Oriente Medio se hace con garbanzos en Egipto se cocina con habas). Esta receta es bastante indigesta y pesada - algo que reconocen los propios egipcios - así que se está desterrando paulatinamente de los desayunos. Aún así sigue siendo popular no sólo en Egipto, sino en Palestina, Israel y Somalia.

Foto : Ful Medames

Israel es un país multicultural donde se puede encontrar la mejor gastronomía árabe, sefardí y ashkenazí. Un plato muy típico para desayunar es el shakshuka , una especie de revuelto de huevos y tomate que recuerda vagamente al Menemen turco. Tambien típico de la comunidad judío yemenita de Israel es el jachnun, una especie de rollo de masa horneada durante largas horas y que actualmente no sólo se consume en Israel, sino también constituye el desayuno por antonomasia de los árabe del Yemen - es decir, de todo el Yemen -. Una particularidad de los desayunos judíos es que las cocinas siguen las doctrinas kosher de alimentación. Es bastante complicado explicar todas las reglas que aplican los judios ortodoxos en su alimentación pero una de ellas impide la mezcla de alimentos y por alguna razón que no se explicar no se puede servir carne en el desayuno, sea del tipo que sea.

Ahora es el turno de los desayunos libaneses. Como siempre que me acerco a la gastronomía libanesa hago un punto y aparte porque es, desde mi punto de vista, la mejor del mundo junto a la japonesa. Y naturalmente los desayunos son "estratosféricos".

Aparte de los productos del desayuno standard árabe encontramos algunas especialidades como una especie de bocadillos hechos con pan markouk rellenos de labneh, pepino, tomate y menta (aunque el relleno es a gusto del comensal). El pan markouk es un pan excepcional. Es fino como un papel y de un diámetro de 50 cm, aproximadamente. Se puede comprar en la tahona pero en muchos hogares libaneses se cocina empleando una curiosa máquina denominada saaj. La primera vez que la vi me quedé estupefacto. Es una especie de cúpula metálica de considerable tamaño que se calienta por medio de gas. La masa de pan ya extendida se coloca encima y se cuece, por encontrar un paralelismo, como las crepes bretonas. Otra especialidad libanesa es una mezcla de especias denominada zatar - zumaque, tomillo, sésamo y otras - que mezclada con aceite virgen extra de oliva sirve para mojar pequeños pedazos de pan aunque a menudo se utiliza para aderezar el labneh.

También se consume una especie de pizza denominada Lahm bi' Ajeen, también presente en otras gastronomías de la zona como la armenia y la turca (donde se denomina Lamajacun, pronunciado "lamayún"). Se trata de una masa parecida a la pizza italiana sobre la que se deposita carne, tomates, cebollas, todo muy picado y espolvoreado con perejil picado, piñones y, evidentemente, horneado.

También es posible encontrar desayunos "dulces" pero la pastelería de Oriente Medio no se corresponde con la típica bollería occidental y siempre la he considerado más adecuada para un atardecer que para una mañana.

Esto ha sido un recorrido rápido por la forma y el contenido del desayuno en Oriente Medio. La falta de tiempo y espacio me impide detallar algunos países y productos e indudablemente todo lo que escriba siempre será para mi vago comparado con los recuerdos que albergo de los desayunos árabes. Supongo que he cometido errores y generalizaciones no muy del agrado del oriental - la memoria me flaquea, qué se le va a hacer - pero espero que al menos avive en vosotros, los occidentales, el deseo de conocer. Realmente merece la pena.

¿Y por qué no se han de buscar croissants en Turquía? Los croissants son un invento de los pasteleros austriacos para celebrar la derrota de los turcos frente a las puertas de Viena. La forma semicircular evoca la media luna de los estandartes del Sultán que sigue formando parte de la bandera turca. Una princesa austriaca se casó con un rey francés y llevó este curioso pastelillo a la corte francesa donde se hizo muy popular adquiriendo el nombre definitivo. Los turcos conocen la historia y la burla que esconden los croissants, mira tú, tan inocentes que parecen ellos con su hojaldre, su mantequilla y sus cuernecitos. Y por supuesto no encontraréis ni un solo croissant en toda Turquía.