Las recetas griegas que publico en este blog suelen ser las más vistas, prueba que esta gastronomía es una de las más populares a nivel mundial. Para los mediterráneos y latinos en general los productos empleados en la cocina griega son muy cotidianos pero a la vez tienen ese toque tan oriental que los hace muy exóticos a nuestro paladar. Unas aceitunas negras de Kalamata no saben igual que las aceitunas negras nacionales, a pesar de ser en esencia el mismo producto.
Lamentablemente el país heleno está pasando un momento horrendo así que ojalá que cada lectura de una receta griega se conviertiera en algunos euro que en concepto de "derechos de autor" se debieran aportar a Grecia. Y no digamos si países tan altaneros como Alemania estuvieran obligados a pagar un canon por conceptos como "democracia", "política", "economía" y otras "fruslerías" que sus despreciados griegos inventaron. En fin, de desagradecidos el mundo está lleno.
El bouyourdi es un plato muy sencillo que se suele servir en los mezze (colección de aperitivos) griegos aunque también en los desayunos o como receta acompañante. Si se desea puede hacerse picante utilizando guindillas rojas. El bouyourdi se suele preparar en recipientes de barro individuales de un palmo de ancho y dos dedos de profundidad que también se emplea para confeccionar el saganaki. En España se puede emplear las típicas cazuelas de barro individuales en que se sirve la crema catalana. Eso sí, las de mayor tamaño.
INGREDIENTES (4 raciones)
400 gramos de queso feta
4 tomates maduros
4 guindillas rojas (o pimientos verdes o rojos si no se desea picante)
Aceite virgen extra de oliva
Sal
Orégano
4 cazuelitas de barro
400 gramos de queso feta
4 tomates maduros
4 guindillas rojas (o pimientos verdes o rojos si no se desea picante)
Aceite virgen extra de oliva
Sal
Orégano
4 cazuelitas de barro
La cantidad de ingredientes se debe repartir equitativamente entre los cuatro servicios. Así cada cazuela dispondrá de 100 gramos de feta, un tomate y una guindilla roja.
En cada cazuela de barro vertemos una cucharada de aceite de oliva. A continuación cubrimos la base con láminan de queso feta (50 gramos). Sobre la base de queso depositamos el tomate pelado cortado en rodajas. Cortamos la guindilla roja en láminas o bien la rayamos espolvoreando sobre el conjunto. Salamos el tomate pero muy poco, ya que el feta es muy salado. El resto del queso lo cortamos de nuevo en láminas colocándolo sobre el tomate. Finalmente espolvoreamos una pizca de orégano sobre la cazuela (el orégano es el condimento más habitual de la cocina griega. Se emplea en casi todas las recetas si bien no siempre de forma apropiada).
Precalentamos el horno a 190 grados, introduciendo las cazuelas hasta que el queso funde (entra 5 y 10 minutos). Sacamos y ya está listo para ser servido, bien caliente en invierno, templado en verano.