Acabo de hacerme con un pato de 1,2 Kg al sorprendente precio de 8 euros. Por si había un error en el etiquetaje, lo he pagado en la caja del supermercado con prisas y he salido furtivamente del establecimiento casi como si lo hubiera robado.
Luego en casa, con más calma, he estado evaluando varias recetas que manejo para el pato, la mayoría de las cuales mezclan la carne con rellenos o condimentos dulces tipo "pato a la naranja" o "pato relleno de nueces y ciruelas". Ocurre que no todos los comensales se muestran igual de predispuestos a consumir una receta que mezcla lo dulce con lo salado. Para evitar estos problemas lo mejor es cocinar el pato a la manera tradicional y a partir de él obtener una guarnición dulce : quien la quiera comer, que se sirva, y el que no puede optar por algún acompañamiento más tradicional.
INGREDIENTES (4 pax) :
Un pato del peso necesario según número de comensales (calculad 250 gramos por cada invitado)
En mi caso con 1.2 Kg, descontando la grasa, tengo para 4 invitados.
2 zanahorias
2 cebollas tiernas
2 dientes de ajo
4 peras pequeñas de carne dura
4 terrones de azúcar moreno
Medio vaso de vino tinto
Medio vaso de agua
Sal
Pimienta negra en polvo
El pato es un ave de corral con bastante grasa. Con la que desprenda vamos a caramelizar las peras además de ayudarnos a dar un color más bonito a la piel.
En primer lugar vamos a lavar bien por dentro y por fuera el ave. Seguidamente vamos a hacer algunos cortes a lo largo de su piel, especialmente en el área de la pechuga, donde insertaremos láminas de ajo.
A continuación lo salpimentaremos bien incluyendo el interior.
Colocamos el pato en una fuente honda donde habremos dispuesto una cama de cebollas tiernas y zanahorias cortadas en juliana. La fuente también debe ser honda para recoger la grasa que se desprenda durante la cocción.
Añadimos medio vaso de vino tinto y otro medio de agua.
Precalentamos el horno a 180 grados e introducimos el ave durante una hora y media, aproximadamente. Si disponéis de termómetro estará hecha cuando alcance los 80 grados.
Durante el tiempo que dure el horno debemos ser bastante activos. Cada cuarto de hora y con la ayuda de un cucharón iremos regando el pato para que no quede seco y la piel adquiera un color dorado intenso. Así mismo la debemos dar la vuelta al menos una vez.
Cuando el pato está hecho lo retiramos del horno y lo dejamos descansar unos veinte minutos para que la carne se muestre al punto.
El caldo que quedará en la fuente estará formado por los residuos del vino, las verduras y la grasa del ave. Lo pasamos todo por la batidora eléctrica y la salsa la llevamos a una sartén o un cazo hondo. Si es una sartén cortaremos las peras peladas en mitades y si es un cazo y podemos cubrirlas las haremos enteras.
Las llevamos a fuego medio añadiendo cuatro terrones de azúcar - uno por pera - y media cucharadita de sal. En media hora estarán perfectamente caramelizadas gracias a la grasa del pato.
Y como ya digo, a quien le guste mezclar dulce con salado que coja peras y a quien no le guste que acompañe el pato con verduras, patatas asadas o cualquier cosa que le agrade. También es posible caramelizar manzanas en lugar de peras. Como ya he dicho, al gusto.
Eso sí, esta receta es muy elegante y no pasará inadvertida.