Aunque se trata de un tema que no se suele tratar a menudo por cuestiones sociales o pura vergüenza, lo cierto es que los gases constituyen un grave problema para mucha gente que teme el momento en que debe digerir la comida y sobretodo determinados alimentos con los que relaciona sus problemas de digestión y que suele evitar provocando problemas en su salud a medio y largo plazo.
En primer lugar debemos aclarar que es importante acudir a nuestro médico de cabecera si nuestro vientre se hincha y nos duele debido a que producimos más gas del que consideramos normal. Nuestra primera opción siempre debe ser ir al médico y será éste quien atienda nuestra consulta y valore si nos deriva a un especialista o nos hace recomendaciones nutricionales o de otro tipo. Dicho esto veamos cuáles son las causas más comunes de aparición de gases.
Los gases son parte del proceso normal de la digestión y una muestra fehaciente de que nuestro metabolismo funciona. Al digerir los alimentos producimos gas y los debemos evacuar. Pero hay veces en que es tal la acumulación de los mismos que nos producen auténtica incomodidad. A menudo solucionar esta situación es bastante simple.
1. La masticación
La masticación de los alimentos forma parte de la digestión y no simplemente por el hecho de fragmentar los alimentos : la saliva contiene enzimas esenciales para facilitar la posterior absorción de los nutrientes. Una enzima es una substancia que permite acelerar las reacciones químicas y sin las cuales nuestro metabolismo tal y como lo conocemos no existiría.
Para que las enzimas actúen es preciso masticar a conciencia los alimentos pero esto, que facilita el trabajo posterior del estómago y los intestinos, no va a servir de nada si masticamos con la boca abierta. Porque en efecto, si lo hacemos con la boca abierta entra aire y ese aire va directamente al sistema digestivo, no a los pulmones. Los seres humanos cierran el canal del aire cuando deglute y esa estrategia evolutiva implica que todo el aire que absorbamos por la boca mientras comemos vaya hacia el sistema digestivo, generando gases. Lo más importante siempre para reducir gases es masticar la comida a conciencia y hacerlo con la boca cerrada. Las comidas que se hacen deprisa y corriendo son por tanto una fuente importante para la posterior generación de gases.
2. La ropa
Si llevamos ropa muy ajustada es más probable que tengamos problemas digestivos al impedir la normal circulación de los gases por nuestros intestinos. Estos se acumularán en determinadas zonas provocando incluso dolor. Es recomendable no llevar ropa ajustada y si lo hacemos intentar que apriete lo menos posible en la zona del vientre. Aflojar el cinturón durante y tras una comida, sobretodo si es copiosa, es una buena manera de aliviar los síntomas.
3. Las intolerancias no detectadas
Aunque de toda la vida hayamos consumido leche eso no significa que no podamos sufrir una intolerancia a la misma incluso a edad avanzada. La intolerancia a la leche en realidad es intolerancia a la lactosa, el azúcar natural de la misma, y uno de los primeros síntomas es que se genera una molesta cantidad de gases. Y no solo se puede producir intolerancia a la lactosa, si no a múltiples alimentos.aunque los más comunes son al gluten y al histamina (presente en el queso, el vino, los friambres, encurtidos y algunas verduras y frutas como las fresas, los cítricos y los frutos secos, entre otras). A menudo las intolerancias van acompañadas de otros desagradables síntomas como los vómitos o la diarrea, aunque no siempre es así. Lo mejor que podemos hacer en estos casos es eliminar temporalmente el alimento del cual tenemos sospechas y ver si mejoramos.
Conviene indicar que una intolerancia no es una alergia. La primera afecta a la metabolización de un alimento o ingrediente particular del mismo mientras que la segunda, mucho más peligrosa, afecta al sistema inmunológico.
4. Evitar las bebidas gaseosas
Esto es tan lógico que seguramente ya lo habéis hecho si tenéis el problema. Si hemos dicho anteriormente que la ingesta de aire con la masticación es responsable del aumento de gases en nuestro sistema digestivo, tomar bebidas con gas evidentemente agrava el problema.
5. La goma de mascar y el tabaco
Si habitualmente masticáis chicle y tenéis problemas de gases es recomendable abandonar esta costumbre. La masticación de chicle suele implicar "tomar" gran cantidad de aire y eso genera gases por las razones expuestas anteriormente. Lo del tabaco también es obvio : aparte de los problemas de salud que implica, también supone inhalar aire.
6. ¿Evitar tomar algunos alimentos que aumentan los gases?
Esta medida es problemática porque a menudo los gases se producen debido a la poca ingesta de los mismos : si nunca comemos legumbres cuando lo hagamos de forma esporádica o casual es probable que padezcamos gases. Lo grave no es por tanto que un alimento genere más o menos gases, si no que un alimento que es bueno para nuestra alimentación nos genere gases porque nunca o casi nunca lo ingerimos.
Se sabe que algunos alimentos nos hacen más propensos a sufrir gases. Los carbohidratos que contienen fructosa, la lactosa, la fibra y el almidón fermentan en el intestino grueso y como resultado de dicha fermentación, generan gases. Pero NO podemos eliminar estos alimentos porque pondrían en riesgo nuestra salud. Sin fibra tendríamos problemas de estreñimiento, por ejemplo.
Las frutas y verduras a menudo también pueden causar gases, pero comer varias porciones de frutas y verduras al día es más importante que eliminar gases. No es recomendable por tanto reducir su consumo si no comerlas más a menudo en porciones más reducidas. Tras una primera etapa en que "sufriremos" las consecuencias se minimizarán bastante.
Otros en cambio abogan por eliminar las más problemáticas y sustituirlas por otras con menor cantidad de azúcares complejos. Estas frutas y verduras problemáticas son las siguientes :
Alubias, vegetales de hoja verde como repollo, coles de Bruselas, brócoli y espárragos. Estas verduras contienen azúcares complejos que son difíciles de descomponer para el cuerpo.
Cbollas, peras y alcachofas. Todos estos alimentos contienen mucha fructosa, un ingrediente productor de gas.
Frutas con mucha fibra, salvado de avena y guisantes. Todos estos alimentos contienen mucha fibra insoluble.
Alimentos ricos en almidón, como patatas, pasta, maíz y productos que contienen trigo. Hay varios trucos para quitar el almidón, al menos en parte, como mantener en remojo las patatas o consumir pasta de trigo duro.
7. Mejora tu sistema digestivo
Hay tres acciones que puedes tomar para mejorar la digestión. La primera es tomar más agua. Eso favorecerá la metabolización de los alimentos y ayudará a evitar el estreñimiento. El ejercicio físico moderado también ayuda, sobretodo después de la ingesta de alimento. Dar un pequeño paseo ayuda y mucho a la digestión. Finalmente se debe evitar el estreñimiento tomando agua - como se ha indicado - y productos ricos en fibra.
8. Toma de enzimas y productos probióticos
Aunque debe ser controlado por el médico, la ingesta de compuestos enzimáticos ayudan a la descomposición de proteínas y carbohidratos complejos. Si dicha descomposición se realiza en el intestino delgado se producirá mucho menos gas.
Los probióticos son alimentos que contienen bacterias beneficiosas para la descomposición de los alimentos. No obstante al comenzar a usarlos - y están fácilmente disponibles como agregados de algunos alimentos, sobretodo yogures - es posible que se generen aún más gases. Este efecto desaparece a medida que hacemos un uso diario de los mismos, generando a partir de entonces un efecto positivo.
9. Medicación
Si todo lo anterior no funciona y los síntomas por tanto persisten, probablemente el médico recetará algún preparado, generalmente basado en dimeticona, para paliar los efectos adversos.