Pontedeume es una pequeña población coruñesa situada en la ría de Betanzos, a escasos 40 km de La Coruña. Posee una distintiva gastronomía, fruto de su situación privilegiada en la ría con una fuerte disponibilidad de productos marinos y de carne.
Esta tarta es, junto a la prolla, los melindres y el manguito, uno de los dulces más característicos de Pontedeume aunque a menudo se confunde con la tarta de Santiago, con la que guarda similitudes y diferencias. Las similitudes se refieren al empleo de la almendra pero sobretodo a que se espolvorea la superficie con azúcar glass creando un dibujo que suele ser el escudo de la villa u otro motivo, nunca la cruz de Santiago.
La diferencia principal es la abundancia de yema que se emplea, lo que a menudo hace que se la denomine "tarta de yema". Es muy fácil de hacer si optáis por comprar la base de pasta quebrada.
INGREDIENTES (4 personas) :
- 400 gramos de azúcar
- 300 ml de agua
- 300 gramos de almendras crudas
- 7 yemas de huevo
- 1 hoja de pasta quebrada (la que no sube)
- Azúcar glass (opcional)
- Unas gotas de zumo de limón
En una cazuela a fuego bajo vertemos el azúcar y el agua además de unas gotas de zumo de limón (para que el almíbar no cristalice). Removemos continuamente hasta que se forma un almíbar espeso.
Trituramos las almendras crudas y las añadimos al almíbar. Aquí hay disparidad sobre lo fina que debe ser la harina obtenida. Los hay que prefieren un grano grueso, parecido al de la Tarta de Santiago, y otros una harina muy fina. Lo habitual es uno medio, parecido al cus-cus.
Añadimos las yemas batidas y mezclamos bien con las varillas hasta obtener una crema líquida pero densa.
Precalentamos el horno, calor arriba y abajo, a 190 grados.
Forramos una base de aluminio desechable de unos 22 cm de diámetro (el tamaño de un plato normal) y unos 2 cm de altura con la pasta quebrada.
Vertemos la crema sobre la pasta quebrada y llevamos al horno. Mantenemos durante media hora aproximadamente o hasta que al clavar un palillo este aparezca seco. Algunos gustan también que la capa superficial esté tostada y dura, va a gustos.
Extraemos, dejamos enfriar y desmoldamos con cuidado cuando esté fría.
Decoramos la superficie con azúcar glass y si queremos usamos una plantilla para hacer el dibujo que nos apetezca.
Se sirve a temperatura ambiente y si la preferís a la tarta de Santiago no os extrañe, a mucha gente le pasa al dar el primer bocado.