La gastronomía húngara es una de las más desconocidas de Europa, a excepción del goulash que es lo menos sofisticado que poseen. Es una lástima porque tiene recetas que realmente merece la pena conocer. A los húngaros les gusta mucho el dulce y dicha afición la heredaron pueblos cercanos que durante mucho tiempo estuvieron bajo el dominio o influencia de los húngaros, principalmente austriacos y rumanos.
Hay dulces húngaros convencionales, como los kremes, pero otros como la Tarta Dobos o la impronunciable Kürtőskalács son bien curiosas.
Kürtő significa chimenea y Kalács es pastel (aquí más bien tendría el significado de dulce). El nombre procede tanto de la forma - un cilindro hueco - como de la forma en que se realizaba, generalmente sobre las brasas de la chimenea o de una barbacoa a la que los húngaron son muy aficionados. Es decir, cuando habían consumido la carne que habían asado, aprovechaban los rescoldos de la madera o el carbón para cocinar los Kürtőskalács de la manera como veis en la imagen inferior colgándolos sobre las mismas.
En la actualidad se sigue haciendo de esta manera pero también se usa el horno - que es como lo vamos a hacer nosotros - y hasta existen aparatos especiales que, para que os hagáis una idea, son parecidos a las estufas que se emplean en el döner kebap solo que a una escala mucho menor y en horizontal.
El Kürtőskalács es el antecesor de muchos otros dulces huecos que se encuentran en Alemania, Polonia, Chequia, guardando parecido con las espectaculares tartas-árbol que sin embargo requiren mucha más habilidad para ser confeccionadas.
INGREDIENTES
- 500 gramos de harina
- 250 ml de leche tibia
- 50 gramos de azúcar
- 10 gramos de levadura de panadero (seca)
- 50 gramos de mantequilla derretida
- 1 pellizco de sal
- Azúcar granulada y canela en polvo (para el recubrimiento)
En un bol grande, disolvemos la levadura seca en la leche tibia. Agregamos una cucharadita de azúcar y mezclamos bien. Dejamos reposar durante unos minutos hasta que la levadura se active y comience a formar espuma en la superficie.
En otro bol grande, mezclamos la harina, el azúcar y la sal (los ingredientes secos).
Agregamos la mantequilla derretida a la mezcla de levadura activada y revolvemos.
Añadimos gradualmente la mezcla de harina a la mezcla líquida, amasando bien hasta obtener una masa suave y elástica. Se puede hacer a mano o utilizando una batidora de pie con el accesorio de gancho para amasar.
Cubrimos el bol con un paño limpio y dejamos que la masa repose en un lugar cálido durante aproximadamente una hora, o hasta que duplique su tamaño.
Preparamos una superficie de trabajo limpia y la espolvoreamos con harina. Dividimos la masa en porciones más pequeñas y extendemos cada porción en una tira larga y delgada.
Espolvoreamos generosamente cada tira de masa con azúcar granulada y canela en polvo.
Ahora viene "la magia" de la preparación.
Enrollamos la tira de masa alrededor de un cono* de metal o madera, comenzando desde un extremo y girando para formar una espiral. Nos aseguramos de que las capas se superpongan ligeramente mientras se enrollan.
* Por ejemplo yo empleo un rodillo de amasar.
Colocamos los conos enrollados en una bandeja para hornear forrada con papel de hornear.
Precalentamos el horno a 180°C.
Horneamos los Kürtőskalács en el horno precalentado durante aproximadamente 25-30 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes en el exterior.
Retiramos los conos del horno y los dejamos enfriar ligeramente antes de deslizarlos cuidadosamente de los conos.
Los Kürtőskalács se sirven calientes y se comen mientras aún estén crujientes por fuera y suaves por dentro. Es muy común ver a la gente comiendo estas espirales por las calles de Budapest o cualquier otra ciudad magyar. Tienen el aspecto de un bocadillo pero cuando te acercas te das cuenta que de bocadillos nada de nada.
El Kürtőskalács se puede disfrutar tal cual o agregarle coberturas adicionales, como chocolate derretido, nueces picadas o azúcar glas. Si viajas a Hungría este verano no dejes de degustarlos aunque realmente cuando son más populares es durante el largo y duro invierno.