Los primeros ingresos que consiguen los niños norteamericanos se suelen lograr tal y como hemos visto de forma repetida en las películas de Hollywood haciendo y vendiendo limonada. Es una actividad propia del periodo estival que no necesita ningún tipo de permiso y a través de la cual los niños se inician en el mundo "empresarial" de una forma que se mira con simpatía y benevolencia por los adultos, igual que el "truco o trato" de Halloween. De hecho la limonada es la bebida "no oficial" de la América profunda, confiada y de puertas sin cerradura, inocente como la infancia.
Cada vaso de limonada se vende al transeúnte por un precio variable entre los 5 y los 15 centavos (unos pocos céntimos de euro) y de la misma manera que no hay un precio standard tampoco se puede decir que exista una receta única. Suele haber serias discusiones sobre la manera correcta de preparar limonada. No se si esta es la mejor receta pero desde luego sabe dulce y refrescante, que es lo que importa.
INGREDIENTES (para preparar algo más de 1 litro de limonada)
1 vaso de agua
1 vaso de azúcar
6 limones
3 ó 4 vasos de agua helada
Hielo
1 limón cortado en rodajas
En una cazuela vertemos una vaso de agua y calentamos. Cuando está a punto de hervir vertemos el azúcar y removemos hasta que se disuelve completamente. Sacamos del fuego y reservamos.
Exprimimos los 6 limones - que vienen a hacer un vaso de zumo, más o menos - y lo vertemos en una jarra grande. Incorporamos el jarabe que hemos preparado y agitamos bien. A continuación añadimos 3 ó 4 vasos de agua fría - según la acidez que deseemos para la limonada -, el hielo y un limón entero cortado en rodajas. Se sirve muy frío.
A pesar de que es una receta que asociamos con las películas norteamericanas en muchos otros países también es típico consumir limonada natural. De hecho conocí la bebida en Chipre, preparada tal y como he descrito (me consta que en los Estados Unidos también se suele hacer así).
Estaba en el despacho de mi cliente turcochipriota y me pidió qué deseaba tomar. Hacía calor, así que ante su insistencia le pedí Ayran (una bebida muy popular en Turquía hecha a base de yogur). Ahmed respondió que lo sentía pero hoy me tocaba beber limonada. Abrió la nevera y allí al menos había media docena de jarras de limonada.
- Mi madre está viuda desde hace poco - me dijo llenándome un vaso hasta el borde - y no sabe qué hacer. Así que sale al patio trasero de su casa, se sienta bajo un limonero y ahora que es temporada va cogiendo limones y exprimiéndolos para hacer limonada. Sin parar, cada día hace un montón de litros de limonada y claro - hizo un gesto de resignación -, alguien tiene que bebérsela. No te imaginas la de kilos que produce un limonero.
Mientras bebía aquella dulce y magnífica limonada me imaginaba a aquella mujer aburrida - que jamás llegué a conocer - bajo un limonero mientras dedicaba sus horas a exprimir limones. Y, no se por qué, es lo que más recuerdo de mis viajes a Chipre.