El Salep es una bebida tradicional turca que se realiza empleando la fécula contenida en los tubérculos de un par de especies salvajes de orquídeas que se encuentran en Anatolia. En Turquía se consume muy caliente y por tanto es típica del invierno, si bien su consumo no está tan extendido como el té negro. Si habéis viajado a Turquía seguramente habéis adquirido sobres que contienen salep liofilizado. Son tan populares entre los turistas como las delicias turcas o el té negro a modo de souvenir.
El salep es casi imposible de encontrar fuera de Turquía, así que cuando los sobrecitos adquiridos en el aeropuerto se acaban no parece que se pueda hacer nada más que esperar al próximo viaje a Estambul.
Claro que encontrar salep en Turquía también es bastante difícil. Me explicaré. Las dos orquídeas salvajes de cuyos tubérculos se extrae la fécula están en severo peligro de extinción y ya hace mucho tiempo que han sido sustituidas por sucedáneos que se venden en las tiendas de recuerdos como si fueran auténticas. Así que probablemente el salep que hayáis tomado nunca ha sido el auténtico.
La fécula de las orquídeas es un espesante y además contiene un endulzante, así que los dos sustitutos que se emplean son la maizena (harina de máiz) y el azúcar, acompañados de vainilla (que por cierto, también se extrae de otro tipo de orquídea) para dar un sabor similar - que no igual - al original.
Tampoco existen este tipo de plantas en muchas zonas de Oriente Medio que estuvieron bajo el control del Imperio Otomano y donde la bebida es tradicional, por lo que siempre han existido recetas árabes que directamente han empleado los sucedáneos en lugar de la fécula original. Además, los árabes consumen la bebida - sahlab para ellos - tanto caliente como fría puesto que en las zonas donde habitan no hace tanto frío como en Turquía. Si la tomáis caliente es muy reconfortante y si es fría, refrescante como la horchata.
Así que si se os han acabado las bolsitas de salep os voy a dar la receta árabe que os va a saber exactamente igual - porque seguramente es la misma que habéis probado - y que podéis realizar con elementos que encontraréis fácilmente sin desplazaros a Oriente Medio. Claro que si la falta de salep-sahlab es excusa para emprender un viaje exótico, no he dicho nada.
INGREDIENTES (4 personas)
1 litro de leche (mejor semidesnatada)
Medio vaso de maízena (harina de maíz)
1 cucharadita de extracto de vainilla (o palo de vainilla lo que encontréis)
Canela en polvo
Pistachos
Azúcar
En una cazuela grande vertemos leche y el palo de vainilla (o la vainilla en polvo o extracto de la misma). Calentamos hasta que empieza a humear (evitad que hierva) y entonces añadimos la maizena y el azúcar. Removed constantemente.
El azúcar a añadir va a depender del gusto de cada cual. Si en un vaso de leche el comensal añade un terrón o una cucharaditas de azúcar, para cuatro comensales se necesitarán 4 cucharaditas de azúcar. Y también podéis prescindir del azúcar o de cualquier otro endulzante dejando que sea quien tome la taza que se sirva a su gusto.
No dejeis de remover hasta que empiece a hervir. En ese momento bajad el fuego y mantener la cazuela durante un par de minutos. Se sirve muy, muy caliente espolvoreando por encima con canela en polvo y pistachos desmenuzados. Pero como ya he dicho en los países árabes donde los inviernos son suaves y los veranos muy calientes se puede servir también fría.
La canela y los pistachos que coronan la bebida ni se agitan ni se disuelven en la bebida, sólo están para que su aroma penetre en la nariz y para consumirlos cuando ya hemos tomado todo el líquido.