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Malassadas de las Azores


¿Dónde se fue el anticiclón de las Azores? Ni idea. Debe seguir allá pero hubo una época que cuando el mismo se desplazaba hacia la península ibérica era sinónimo de cielos despejados y sol a raudales. Era un tiempo en que había invierno, primavera, verano y hasta otoño. Ahora solo nos quedan dos estaciones, el invierno (muy debilitado) y un largo verano mientras que los noticieros solo nos anuncian terribles ciclogénesis explosivas, mini-tornados y trenes de borrascas a los que bautizan con nombres que daríamos a nuestras mascotas aunque merecerían otros más siniestros.

Las Azores son un archipiélago de origen volcánico tan alejado de todo que hasta que no llegaron los portugueses allí no vivía nadie. Las nueve islas apenas suman 250.000 habitantes en poco más de 2300 Km2, así que en comparación las islas Canarias casi triplican la superficie total y multiplican por 10 la población. Además las Canarias están mucho más cerca del continente que las Azores lo que ha hecho que ya en la antigüedad estuvieran habitadas y pueblos como los fenicios, cartaginenses, griegos y romanos conocieran de su existencia. Nada de eso ocurrió con las islas portuguesas.

Las Azores se parecen a las Canarias en cuanto a morfología - ambos archipiélagos son de origen volcánico - pero las primeras son más húmedas, contando con lagos y cursos de agua superficiales de los que carecen las segundas.

Las malassadas son un dulce típico de las Azores que se puede encontrar durante todo el año aunque es en Año Nuevo y sobretodo en Carnaval cuando son más tradicionales. Se trata de masas fritas con saborizantes como el brandy y el zumo de naranja que les dan un sabor muy característico. Son además muy fáciles de hacer.

INGREDIENTES:

  • 500 gramos de harina
  • 400 ml de agua (2 vasos más o menos)
  • 1 vaso (200 ml) de brandy, cognac, jerez u oporto
  • 3 huevos
  • 3 naranjas
  • 50 gramos de mantequilla sin sal
  • 10 gramos de levadura de panadería (levadura seca)
  • 2 cucharadas rasas de azúcar
  • 1 cucharadita rasa de sal
  • Azúcar y canela (para espolvorear por encima, en abundancia porque la masa apenas se endulza)
  • Aceite de girasol o maíz para freír

En primer lugar vamos a engordar la levadura en medio vaso de agua tibia con un pellizco de azúcar.

Ahora vertemos los componentes secos (harina, azúcar y sal) en un bol grande. Mejor si los tamizamos para evitar grumos posteriores. Mezclamos bien.

Agregamos al bol la levadura además del zumo de las naranjas y el licor que hayamos elegido. También se incorpora la mantequilla blanda.

Podemos usar una amasadora eléctrica si la tenemos (en el robot o de una panificadora) o bien amasando con las manos. A medida que lo hacemos vamos añadiendo los huevos uno a uno, no añadiendo el siguiente hasta que el primero no está bien integrado.

Cuando la masa está suave y homogénea, la dejamos descansar un par de horas o hasta que dobla el tamaño, en un lugar cálido y oscuro.

Transcurrido el tiempo enharinamos nuestras manos y vamos pellizcando bolas de un tamaño un poco mayor de una pelota de ping pong. Se les da una forma circular, algo más fina por el centro o incluso si se quiere con un agujero (no importa que con la fritura se cierre).

Dejamos reposar las malassadas el tiempo que tarde en calentar el aceite vegetal. Lo ideal es tener suficiente aceite para que floten en el mismo.

Cuando el aceite esté caliente sin llegar a humear, vamos añadiendo las masas y dejamos hacer hasta que se doran. Si no hay suficiente aceite, les tendremos que dar la vuelta.

Cuando ya están doradas las extraemos y dejamos escurrir sobre papel absorbente. Mientras aún están caliente, las espolvoreamos abundantemente con azúcar granulada blanca (la normal) y canela en polvo. De esta manera prenderán bien, ya que como habéis visto, en la masa apenas lleva 2 cucharadas de azúcar).

Están muy buenas. El licor y la naranja les da un sabor muy especial, seguro que las haréis más de una vez.