Los fingers de mozzarella ("dedos de queso mozzarella") son un acompañamiento muy popular en los fast-foods junto a los nuggets y los clásicos aros de cebolla.
Se pueden comprar congelados en cualquier supermercado pero también son muy fáciles de hacer. Si los cocináis en casa, además de ahorrar, podréis darles un toque especial tal como añadir un poco de picante o incorporar al rebozado un pellizco de ajo y perejil, entre otras variaciones.
INGREDIENTES :
250 gramos de mozzarella (comprad un bloque fresco)
Pan rallado
2 huevos
Perejil picado
1 diente de ajo
Sal
Aceite virgen extra de oliva
En primer lugar cortamos el queso en pequeños rectángulos alargados del tamaño de un dedo humano. A continuación los bañamos en huevo e inmediatamente en pan rallado donde hemos adicionado un poco de sal, el diente de ajo picado y un poco de perejil. Si no queréis utilizar ajo ni perejil no hay problema, emplead sólo el pan rallado.
Una vez el finger está cubierto de pan, lo volvéis a pasar por el huevo y de nuevo por el pan. Tras la segunda capa ya no deberá ser visible el queso. Repetid el proceso con todos los fingers.
Ahora debéis meterlos en el congelador al menos dos horas. Esto es imprescindible para que queden perfectos. De esta manera conseguiremos que se congele el queso y al freírlo rápidamente se deshacerá lentamente.
Transcurridas las dos horas calentamos una buena cantidad de aceite de oliva. Vertemos los fingers - uno o dos a lo sumo - de manera que la fritura sea muy burbujeante. En cuanto estén dorados - en 1 minuto, 2 a los sumo - los retiramos y colocamos sobre un papel de cocina absorbente y de ahí directos a la mesa. El calor de la envoltura deshacerá el queso congelado y el finger quedará perfecto sin romperse y sin que el queso escape.