Hasta hace pocas décadas las úlceras pépticas (lo que vulgarmente se conoce como úlcera de estómago) se achacaban o bien al stress que vivía el individuo que la padecía o bien al exceso en el consumo de comida picante. En 1979 dos científicos australianos afirmaron que la mayoría de dichas úlceras se debían a una bacteria, la Helicobacter Pylori, que infecta el estómago de los humanos a menudo de forma asintomática.
El descubrimiento de Warren y Marshall no fue aceptado por la comunidad científica hasta pasado muchos años. Los científicos se suelen mostrar reacios a aceptar que determinadas enfermedades humanas puedan ser causadas por virus o bacterias : que un microorganismo provoque gripe o malaria es algo que nadie discute, pero que provoque úlceras o cáncer es algo que siempre provoca discusiones enconadas.
Podemos estar ante un descubrimiento parecido. El virus AD-36 y su contagio de las aves de granja, en concreto del pollo, a los humanos parece desencadenar un proceso de obesidad que resulta muy difícil de paliar con las dietas. Así, una persona infectada por AD-36 no responde a la dieta como cabría esperar, siendo extremadamente complicado que pierda peso. Se ha encontrado AD-36 en personas con problema de obesidad habiéndose establecido el mecanismo por el cual se infectaron con la misma. De momento la comunidad científica es reacia a aceptar la vinculación del AD-36 con la obesidad. Veremos lo que pasa en los próximos años. Leed más al respecto en este artículo aparecido en "El Confidencial".