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Cuarrécano jienense


A pesar del complicado nombre, se trata de una receta muy simple típica de la provincia de Jaén hecha con calabaza almizclera, que no es más que el tipo de calabaza de pulpa anaranjada con una forma de eso, de calabaza. No suele constituir un plato único si no más bien un acompañamiento de platos de carne o incluso se unta en tostadas de pan. Si queremos convertirlo en plato se puede añadir morcilla o picadillo de chorizo, que es lo que vamos a hacer en esta receta.

INGREDIENTES (4 personas) :

  • 1 calabaza almizclera de tamaño mediano
  • 4 morcillas o Picadillo de chorizos (al gusto)
  • 2 chiles guindillas rojas picantes
  • 1 pimiento seco
  • 1 cucharadita de orégano
  • 1 diente de ajo
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Aceite virgen extra de oliva

En una sartén con un chorro de aceite de oliva freímos las guindillas enteras, el pimiento y el diente de ajo sin el germen verde. Cuando están tostados los retiramos y reservamos.

También freímos las morcillas en el mismo aceite y una vez hechas retiramos y reservamos. Si preferimos el picadillo de chorizo lo freímos de igual manera. También retiramos una vez frito.

Pelamos la calabaza y la cortamos en dados pequeños. Incorporamos a la misma sartén los dados de calabaza con un chorro de agua. Vertemos por encima un majado que hemos hecho con el pimiento seco, las guindillas, el diente de ajo, un poco de sal y el orégano.

Vamos trabajando la calabaza hasta que se ve hecha, está blanda, y al mover la sartén se desprende de la misma. Antes de retirar rectificamos de sal y pimienta. Para que el mismo agua de la calabaza la vaya cociendo es necesario que la cubráis con la tapa mientras se hace, así se acortará el tiempo de realización.

Se sirve tal cual al plato, acompañada de la carne o bien untando una tosta grande de pan, coronada por la morcilla vaciada o el picadillo de chorizo. También se puede mezclar el relleno de las morcillas o el picadillo de chorizo con la calabaza para hacerla más apetecible. 

El resultado es una amalgama de sabores, entre el dulce de la calabaza y el picante de los saborizantes. Seguro que repetís más de una vez o al menos habréis encontrado una nueva forma de cocinar la calabaza, no solo en cremas o potajes.