Para los amantes del café, en cualquier formato.
Medio litro de leche
Medio vaso (100 ml) de café muy fuerte
150 gramos de azúcar
6 yemas de huevo
2 cucharadas rasas de harina de trigo blanca, maizena o almidón (cualquier espesante funciona)
1 vaina de vainilla o un palo de canela (al gusto)
Nata montada o a presión
En primer lugar hervimos la leche con la vaina de vainilla o el palo de canela, según prefiramos. Cuando la leche hierva, la retiramos de inmediato.
Batimos las yemas con el azúcar hasta que espumen y entonces añadimos el espesante bien tamizado, batiendo enérgicamente hasta que se disuelva.
Ojo con el siguiente paso.
Vertemos poco a poco la mezcla de huevos, azúcar y espesante en la leche caliente, removiendo suavemente y de forma constante. Cuando ya hemos vertido todo el contenido de la mezcla, colocamos la cazuela de nuevo al fuego suave y vamos dando vueltas con una cuchara de madera o las varillas hasta que rompa a hervir de nuevo. En ese momento retiramos del fuego, agregamos el café templado y dejamos enfríar a temperatura ambiente. Si todo ha ido bien habrá espesado.
A continuación la podemos llevar al frigorífico para tener una crema más firme o dejarla a temperatura ambiente. Repartimos en copas individuales.
Montamos la nata o le damos un toque de nata a presión y lista para servir.
Un postre bueno donde los haya.