La mesa de etiqueta

Si estamos acostumbrados a hacer siempre comidas informales nos puede resultar incómodo asistir a una comida navideña de cierta etiqueta. Cabe decir que la incomodidad en estos eventos suele ser culpa en general del anfitrión o del lugar donde se realice y pocas veces del invitado. Las normas que rigen los ágapes suelen ser muy fáciles de seguir por su simplicidad pero no está de más que las desempolvemos por si acaso.

Como anfitrión

Si vais a recibir invitados en una cena de etiqueta o gala estos son las reglas básicas :
Cubrid la mesa con un mantel completo, nada de manteles individuales. Es conveniente colocar un muletón grueso entre el mantel y la mesa para dar una sensación de comodidad a los comensales y evitar que el mantel resbale.
La servilleta se coloca siempre a la derecha de cada comensal y nunca con un servilletero o aro, por muy elegante que sea.
A la derecha del comensal se coloca la cucharas o cucharas, así como los cuchillos. A la izquierda el o los tenedores. ¿Y si el comensal es zurdo? Pues exactamente al revés.La cuchara de postre y el tenedor para el mismo menester se suelen colocar frente al comensal, en paralelo a él. 
Los platos se colocan en el order que se van a utilizar : arriba el hondo, luego el plato llano y finalmente el bajoplato. El plato de postre  se suele colocar en el momento de ir a utilizarlo, una vez hemos limpiado la mesa de los restos de los platos anteriores.
Las diferentes comidas se sirven directamente desde la mesa, no desde la cocina. Así que llevad la fuente a la mesa y servid a cada comensal. No decidáis las raciones : cada cual sabe el apetito que tiene  pero, eso sí, sed equitativos en el reparto. Las raciones básicas por persona son :
Sopa, consomé, crema : dos cucharones
Carne : pieza única o sueltas no inferiores a 100 gramos ni superiores de 200 gramos.
Ave : muslo o pechuga
Marisco : media langosta, media docena de piezas grandes (gambón, langostino, ostras etc) y una docena de piezas pequeñas (mejillones, percebes, berberechos en su concha etc).
Si algún comensal presenta alguna particularidad como ser el único vegetariano o padecer algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria no conviene hacer continuos comentarios al respecto - como si de algo extraño se tratara - y mucho menos hacer de ello tema de conversación general. Las intolerancias y alergias alimentarias son cada vez más frecuentes y aunque no son algo de lo que avergonzarse puden provocar incomodidad en el invitado.
Evitad en general temas de conversación que puedan ser espinosos u ofensivos y haced como los ingleses, que hablan del tiempo a todas horas. De momento el anticiclón de las Azores o la borrasca en Irlanda no han enervado nunca a nadie.
El anfitrión o anfitriones se colocan en la cabecera de la mesa (y si es pareja, enfrentados) y luego hombre-mujer-hombre etc , procurando que las parejas no se encuentren cerca. A veces es conveniente que el anfitrión ceda su puesto a otras personas, como pueden ser invitados de mayor edad o de relevancia (si viene a casa el Dalai Lama o Barack Obama, "ese" es su sitio "natural"). 
A pesar de lo que se oye por ahí, no hay una regla fija en la disposición de los invitados, es cosa del propietario de la casa. Si hay niños en la comida, es preferible sentarlos entre los adultos y siempre intentando que justo al lado se encuentre el padre o la madre. A veces se sienta a todos los niños en una mesa aparte, tal vez acompañados de un adulto.
Se puede adornar la mesa con algún motivo siempre y cuando no huela a nada. Elegid flores sin aroma, por ejemplo.
Frente a los cubiertos de la derecha (es decir, normalmente frente a cucharas y cuchillos) se colocan las copas. Suelen ser tres o más, según las bebidas a servir. Lo normal son agua (grande y con base ancha), vino (algo más pequeña, con una boca suficiente para que el comensal "meta" la nariz en ella) y una alta y fina para el cava. Frente a los cubiertos de la parte izquierda se coloca un pequeño plato con el panecillo. Si un invitado es abstemio o no quiere beber alcohol se deja la copa de vino y cava pero no se llenan, evidentemente.
Sed naturales. Nada queda más ridículo que un anfitrión que se astilla la lengua tratando de pronunciar el nombre de las recetas francesas que ha preparado : corre el peligro de que algún invitado que sí sepa el idioma le corrija continuamente o que sea objeto de risas indisimuladas. Todas las recetas son traducibles al idioma en que os sintáis más cómodos. 
Tranquilidad : los anfitriones con stress intranquilizan a los invitados. Los platos se sirven espaciados en el tiempo a menos que tras la comida se deba acudir a un evento. Haced como los franceses, que cuando vas a cenar a un bistro se sabe cuando se entra pero nunca cuándo se va a salir. Hasta llegan a tardar una hora en servir cada plato puesto que para ellos el evento es la cena en si.

Si sois invitados :

Si os abruma la cantidad de cucharas, tenedores, cuchillos y otros extraños cubiertos  que el anfitrión ha instalado en vuestro sitio, tomadlo con calma porque la regla es siempre la misma :  los cubiertos se emplean de fuera hacia dentro. Si por ejemplo a la derecha del todo encontráis una especie de tenedor muy largo pero fino seguramente lo necesitáis para extraer la carne de una caracola de mar, por ejemplo (lo cual quiere decir que no debemos tocar de momento los utensilios de la izquierda). También os advierto que algunos anfitriones sacan de la caja de cuberteríasde su boda algunos utensilios cuyo manejo requiere seis masters. Ante la duda podéis echaros a reir o rascaros la cabeza con el extraño cubierto, salida que está a la altura de la ridícula ocurrencia. 
Al empezar a comer se debe desdoblar la servilleta colocándola sobre las rodillas. Antes de llevaros la copa a la boca es necesario limpiarse ya que es poco educado dejar la marca de los labios sobre el vidrio.
Tan poco adecuado es comer con las manos como utilizar cubiertos con manjares que no lo necesitan. El marisco, el pollo, los espárragos etc se pueden comer con las manos...siempre limpias. No utilicéis aguamaniles a menos que la comida implique ensuciarse los dedos. Solicitad al anfitrión que os muestre el lavabo para que os podáis limpiar las manos. No se puede alegar que "ya se viene limpio de casa".
Se empieza a comer cuando todos los de la mesa están servidos. 
Ante la duda seguid las indicaciones del anfitrión. No dudéis en preguntar "cómo se come" cuando estéis ante un plato o vianda de la que desconozcáis hasta la manera de atacarla. Si nunca habéis comido percebes o erizos de mar, lo lógico es preguntar.
Si estáis al lado de un comensal muy parlanchín lo correcto es conversar con él o ella antes y después de cada plato, si bien es cierto que a menudo las comidas de postín se caracterizan por se meros medios de socializar y donde la comida se paga pero se disfruta muy poco. Por esta razón la voz cantante de las mesas la suele llevar el anfitrión y así descargar de la tarea a sus invitados. Al menos en parte.

Esto que os he comentado sirve prácticamente para cualquier mesa, se siente en ella el Rey o una familia trabajadora. En ambos casos siempre rige en general el sentido común.