Otro entrante fácil de hacer y que ofrece una presentación magnífica.
INGREDIENTES :
Medio kilo de patatas
300 gramos de bacalao desmigado
2 latas grandes de pimientos del piquillo
Una docena de olivas negras
1 diente de ajo
2 huevos
1 cucharada de perejil picado
Levadura química (opcional)
Mantequilla
Sal
Aceite virgen extra de oliva
En primer lugar desalamos el bacalao durante 24 horas en el frigorífico cambiando el agua al menos dos veces.
Cocemos las patatas con su piel en abundante agua hasta que clavando el tenedor se hayan ablandado lo suficiente para llegar al corazón. Pelamos e incorporamos al pasapurés. Añadimos el bacalao desmigado bien escurrido y damos unas cuantas vueltas para que se mezclen bien.
Sacamos del pasapurés y en un bol mezclamos con el diente de ajo (sin el germen para que no repita) y la cucharada de perejil bien picados. Se echa media cucharadita de sal (atención, probad antes el punto de sal del bacalao para no pasaros), los dos huevos batidos, una cucharada de aceite y se remueve bien. Si queremos que el pastel quede esponjoso, añadimos medio sobre de levadura (yo no suelo hacerlo, ya que lo como frío y me gusta que quede con una tortilla de patatas). Luego, con cuidado, colocamos tiras o cuadraditos de pimientos rojos en lata de manera que queden bien entremezclados. Dejamos bastantes pimientos para cubrir el pastel.
Engrasamos bien un molde de aluminio con mantequilla - no es necesario si tenéis moldes de silicona y lo rellenamos con la masa, vigilando que los pimientos queden bien distribuidos. Finalmente colocamos arriba del todo una capa de pimientos para mejorar la presencia.
Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante un cuarto de hora - o lo que tarde en cuajar el huevo -. Luego tenéis dos opciones : servir caliente o bien frío. Está igual de bueno.
Otra opción que da incluso mejor imagen es triturar los pimientos que iban destinados a "encumbrar" nuestra obra, mezclarlos con nata y verter por encima, si bien esta opción sólo la he realizado con pimientos del piquillo.
INGREDIENTES :
Medio kilo de patatas
300 gramos de bacalao desmigado
2 latas grandes de pimientos del piquillo
Una docena de olivas negras
1 diente de ajo
2 huevos
1 cucharada de perejil picado
Levadura química (opcional)
Mantequilla
Sal
Aceite virgen extra de oliva
En primer lugar desalamos el bacalao durante 24 horas en el frigorífico cambiando el agua al menos dos veces.
Cocemos las patatas con su piel en abundante agua hasta que clavando el tenedor se hayan ablandado lo suficiente para llegar al corazón. Pelamos e incorporamos al pasapurés. Añadimos el bacalao desmigado bien escurrido y damos unas cuantas vueltas para que se mezclen bien.
Sacamos del pasapurés y en un bol mezclamos con el diente de ajo (sin el germen para que no repita) y la cucharada de perejil bien picados. Se echa media cucharadita de sal (atención, probad antes el punto de sal del bacalao para no pasaros), los dos huevos batidos, una cucharada de aceite y se remueve bien. Si queremos que el pastel quede esponjoso, añadimos medio sobre de levadura (yo no suelo hacerlo, ya que lo como frío y me gusta que quede con una tortilla de patatas). Luego, con cuidado, colocamos tiras o cuadraditos de pimientos rojos en lata de manera que queden bien entremezclados. Dejamos bastantes pimientos para cubrir el pastel.
Engrasamos bien un molde de aluminio con mantequilla - no es necesario si tenéis moldes de silicona y lo rellenamos con la masa, vigilando que los pimientos queden bien distribuidos. Finalmente colocamos arriba del todo una capa de pimientos para mejorar la presencia.
Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante un cuarto de hora - o lo que tarde en cuajar el huevo -. Luego tenéis dos opciones : servir caliente o bien frío. Está igual de bueno.
Otra opción que da incluso mejor imagen es triturar los pimientos que iban destinados a "encumbrar" nuestra obra, mezclarlos con nata y verter por encima, si bien esta opción sólo la he realizado con pimientos del piquillo.