Este tartare de langostinos es un entrante muy impactante pero no para todos los públicos. Como su nombre expresa se trata de servir el langostino crudo alternado con capas de arroz basmati - en este caso cocido - y láminas de tomates cherry. Algo así como un sushi gigante con un toque mediterráneo. Para aderezarlo podemos emplear salsa de soja o bien un alioli realizado con albahaca y menta.
INGREDIENTES (4 personas) :
400 gramos de colas de langostino congeladas
200 gramos de arroz basmati
200 gramos de tomates cherry
Albahaca fresca
Menta fresca
2 dientes de ajo
Salsa de soja
Lima
Sal
Pimienta negra en polvo
Aceite virgen extra de oliva
En primer lugar debemos localizar ramekines o algún tipo de recipiente tipo flanera donde podamos individualizar la receta. No ha de ser ni demasiado grande ni demasiado pequeño.
Ahora es el momento de elegir la salsa. Lo más fácil es comprar salsa de soja y lo más complicado es hacer un alioli de albahaca y menta. Para el alioli de albahaca y menta dispondremos en un mortero los dientes de ajo sin el germen (para que no repita). Los majamos con un pellizco de sal y añadimos poco a poco el aceite para que se haga el alioli. Cuando el alioli ha cuajado, añadimos unas 10 hojas de albahaca y 5 de menta (o si queréis, sin la menta) y las machacáis hasta que queden integradas con la salsa. En este caso la salsa quedará un poco líquida, que ya nos va bien.
Una vez tenemos el recipiente cortamos las colas de langostino en cubos pequeños. En el fondo del recipiente vertemos un poco de salsa (soja o alioli) y sobre ella colocamos los trozos de langostino. Espolvoreamos sobre ellos una pizca de sal, otra de pimienta negra y unas gotas de lima. A continuación extendemos una capa fina de arroz basmati cocido pero frío. Seguidamente una capa de tomates cherry cortados por la mitad y aderezados con un pellizco de sal y pimienta. Otra capa de arroz y finalmente otra de langostino de nuevo aderezado con lo justo de soja o alioli. Se cubre con un papel film transparente y directo al frigorífico durante al menos dos horas.
Para emplatar damos la vuelta al recipiente - previamente separamos los ingredientes de las paredes con un cuchillo fino - y si todo ha ido bien quedará el pastel sin problemas.
Se sirve frío acompañado de un cuenco con cualquiera de las dos salsas elegidas y si se quiere adornado de alguna rodaja de lima o cualquier "fantasía" que se os ocurra (ensalada, cebollinos, alcaparras etc)