Cuando hablamos de la pana cotta hace unos pocos días entramos en el uso de las substancias gelificantes. Dichas substancias, en forma de láminas transparentes o polvo, eran capaces de convertir un líquido en una gelatina o bien espesar los mismos. Este postre simplemente ejemplifica cómo convertir los típicos fresones con zumo de naranja en una especie de flan. ¿Y eso para qué sirve? Para varias cosas. Sirve en primer lugar para sorprender presentando un postre tradicional de una forma muy distinta. También puede ayudar a que los niños coman fruta. Por alguna razón inexplicable a los niños les encanta ver una temblorosa masa de gelatina. Pero tampoco hay que engañarse : convertir en gelatina la fruta no es la mejor manera de comer estos productos esenciales ya que en la manipulación se pierden inevitablemente vitaminas y las proteínas de la gelatina , aún siendo importantes, no contienes todos los aminoácidos esenciales.
INGREDIENTES :
1 Kg de naranjas
250 gramos de fresones
2 cucharadas de azúcar
6 hojas de gelatina
Agua embotellada o filtrada
En primer lugar remojamos en un poco de agua fría las láminas de gelatina para que se ablanden. Con cinco minutos será suficiente. Escurrimos y reservamos.
En una cazuela calentamos medio vaso de agua hasta que se ponga tibia. Añadimos dos cucharadas generosas de azúcar removiendo hasta que se disuelvan. Apagamos el fuego incorporando a continuación las láminas rehidratadas de gelatina que se disolverán de inmediato. Reservamos.
Exprimimos las naranjas para obtener medio litro de zumo. Cortamos los fresones en trozos pequeños y rellenamos moldes individuales hasta el tope.
A continuación mezclamos el agua tibia del cazo con el zumo de naranja. Llenamos los moldes con el zumo y cubrimos con un poco de film transparente. Se meten en la nevera y al día siguiente ya se pueden consumir. Para desmoldar bastará con introducir la punta de un cuchillo o si lo quereis calentar unos minutos al baño maría.