Ignoro la procedencia exacta de este postre pero parece prácticamente seguro que es autóctono de España. Es tan fácil de hacer como las famosas torrijas.
INGREDIENTES :
Medio litro de leche entera
1 rama de canela
Canela en polvo
1 peladura de piel de limón
75 gramos de maizena (harina de maíz)
100 gramos de azúcar
Azúcar glass
1 huevo
Harina de trigo
Aceite virgen extra de oliva
Separamos medio vaso de leche que reservamos. El resto de la leche la calentamos en una cazuela con la rama de canela, la peladura de limón y los 100 gramos de azúcar. Removemos constantemente hasta que hierve. Retiramos del fuego y reservamos.
En el vaso de leche que hemos separado disolvemos bien los 75 gramos de maizena y mezclamos con el resto de la leche. Colocamos de nuevo al fuego hasta que espese bastante, con una consistencia mayor que la mahonesa pero todavía líquida.
Cuando esto ocurra vertemos la mezcla en una cubeta cuadrada que permita obtener un grosor de leche de 1 centímetro, aproximadamente. Dejamos enfriar a temperatura ambiente para llevarlo al frigorífico a continuación. Al cabo de unas cuatro horas - dependiendo del frigorífico - tendremos una masa solidificada que podremos cortar en cuadrados de tres dedos de lado, más o menos. Cada una de las porciones se untan de harina de trigo y mojan en el huevo batido para freirlas a continuación en abundante aceite de oliva (con 1 minuto por cara será suficiente). Se ponen sobre un papel absorbente para eliminar el aceite sobrante y se espolvorean si se desea con canela en polvo y azúcar glass. Se pueden servir calientes, frías o a temperatura ambiente.