Un pastel muy fácil de preparar y que resuelve por si solo una cena. Como sabéis las setas no son verduras puesto que no generan clorofila y se consideran, nutricionalmente hablando, a medio camino entre los alimentos vegetales y los animales. Así que para hablar de una comida completa es preciso acompañar esta receta con una buena ensalada verde, un gazpacho o similar. Para solucionar el problema se puede añadir a la receta espinacas, por ejemplo, con lo que ya no sería necesario complementarlo.
INGREDIENTES (4/6 raciones) :
1 Kg de champiñones
2 hojas de hojaldre
200 gramos de tacos de jamón york
1 diente de ajo
Perejil
Sal
Pimienta
1 huevo
Aceite virgen extra de oliva
Para la bechamel
Medio litro de leche entera
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina de trigo blanca
Nuez moscada
Sal
En primer lugar lavamos y cortamos en mitades los champiñones. En una sartén con un chorro breve de aceite de oliva los salteamos añadiendo perejil y ajo picado, además de salpimentarlos. Cuando están ligeramente hechos - se oscurecen - retiramos y reservamos. El aceite sobrante no los tiréis que lo vamos a utilizar para hacer la bechamel.
Vertemos el aceite de los champiñones en una cazuela además de dos cucharadas de mantequilla, todo a fuego medio. Cuando está caliente incorporamos las dos cucharadas de harina de trigo bien tamizadas para que no formen grumos. En el momento en que la harina se ha frito - se oscurece - añadimos la leche, un pellizco de sal y otro de nuez moscada. Removemos hasta que espesa ligeramente.
En un molde de aluminio o silicona colocamos de fondo uno de los hojaldres. Lo pinchamos con un tenedor para que no suba demasiado.
Extendemos sobre el hojaldre los champiñones y añadimos los taquitos de jamón york. A continuación vertemos por encima la salsa bechamel colocando encima de todo, a modo de tapa, el otro hojaldre. Juntamos los bordes de ambas piezas de hojaldre y en el centro abrimos un agujero del diámetro de un vaso pequeño para que los gases de la cocción se liberen sin problemas (nos os olvidéis de hacer esto ! ).
La superficie del pastel se pinta con la yema del huevo para que quede bien dorada y ya podemos meter en el horno precalentado a 180 grados durante media hora aproximadamente.
Se come bien caliente o a temperatura ambiente. Una receta que seguro que repetís.