Estonia es un país a orillas del Báltico el cual durante mucho tiempo estuvo integrado - a la fuerza - dentro de la URSS. Desde 1991 es una república independiente. Siempre digo que de los pequeños países de Europa Oriental, sin desmerecer ningún otro, merece la pena visitar Eslovenia y Estonia. Si eres amante de los bosques y de la naturaleza salvaje del norte, Estonia es un lugar que hay que visitar.
Estonia es un país culturalmente emparentado con Finlandia. De hecho, de no estar advertido, el paisaje, el aspecto y el estilo de vida es muy similar al de su gran vecino del norte.
El idioma estonio tiene su origen en Asia, al igual que el finés y el magiar. Una curiosidad del mismo es que no existen los tiempos verbales futuros, expresándose los mismos con un variante del presente. Geográficamente hablando Estonia pertenece a los llamados países bálticos (junto a Lituania y Letonia) pero por afinidad cultural y étnica ellos prefieren autocalificarse como un país escandinavo.
Escandinavia estaría por tanto formada por Islandia, Noruega, Suecia, Finlandia, Estonia y Dinamarca sin bien aquí hay bastantes matices que provocan que ni ellos mismos se pongan de acuerdo sobre quienes son los "auténticos" escandinavos. No hay duda con Noruega, Dinamarca y Suecia. A menudo han constituido entidades políticas conjuntas, su geografía es próxima, y étnica y lingüísticamente hablando pertenecen al tronco germánico. Finlandia fue poblada por grupos humanos procedentes de Asia y su lengua es asiática. Más tarde fueron conquistados por los suecos que los evangelizaron y esclavizaron, constituyéndose en una élite que mantenía oprimida a la población autóctona. Aunque el idioma sueco es oficial en Finlandia y un 10% de la población desciendo de suecos, no son una minoría que caiga demasiado simpática a la mayoría por las connotaciones históricas que su presencia conlleva.
Por las diferencias culturales obvias entre escandinavos del oeste y del este, algunos han llegado a considerar que Finlandia no pertenece realmente al ámbito de la llamada Escandinavia.
Los estonios son los primos de los finlandeses y la relación entre ellos es muy fluida. Pero por la misma razón que los fineses son los primos "lejanos" de los suecos, noruegos y daneses, muchos no consideran escandinavos a los estonios.
Luego están los islandeses que étnicamente son escandinavos al 100% pero por hallarse prácticamente a un paso de América a veces son descartados del grupo por razones geográficas.
Sea lo que sea, en una cosa están todos de acuerdo : en la comida. Por esta razón, un sueco o un noruego acepta más fácilmente el Kringle que a un estonio como hermano escandinavo. El Kringle es una deliciosa trenza de canela de presentación impactante que se consume tradicionalmente en Navidad.
Hay dos maneras de hacer el Kringle : el tradicional o el rápido. Aquí os voy a explicar el rápido que se puede terminar en menos de media hora.
INGREDIENTES :
1 hoja de hojaldre
6 cucharadas de canela en polvo
8 cucharadas de mantequilla
10 cucharadas de azúcar
3 cucharadas de harina de almendras
En primer lugar precalentamos el horno a 200 grados. A continuación llevamos la mantequilla a punto de pomada y la mezclamos con el azúcar y la canela en polvo hasta que queda bien homogénea.
Extendemos la masa de hojaldre y la cubrimos con la mitad de la mezcla que acabamos de hacer. Sobre ella espolvoreamos la almendra molida. Ahora debemos de enrollar la masa hasta obtener una especie de rodillo.
Y ahora viene el truco. Cortamos el rodillo longitudinalmente dejando un trozo unido y con las mitades separadas hacemos una trenza que unimos al final de nuevo, creando una especie de tortel.
Ahora pintamos el exterior del Kringle con el resto de mantequilla y lo horneamos 20 minutos. ¿A que es fácil? Y el aspecto, realmente impresionante.
A veces las comidas se comen por el aspecto que tienen. Si no os convence el tema del relleno de canela lo podéis hacer con nutella, mermelada, cabello de ángel etc. Sea lo que sea, con la presentación en forma de trenza despertaréis "ohs" y "ahs" así lo coloquéis sobre la mesa. Gracias, estonios.