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Pastel de cakis

Hay dos tipos de  cakis : los de pulpa blanda, es decir, el llamado "clásico" que tiende a desaparecer de los mercados por las dificultad en transportarlo y el de carne dura, que se puede comer como una manzana, y que se llama "persimon". Actualmente es más común encontrar el tipo "persimon", de carne dura, pero también más astringente (áspero) y que si bien se puede utilizar para las mismas recetas que para el clásico requiere tiempos de cocción más elevados.

INGREDIENTES :

1 vaso (200 ml) lleno de pulpa de caki (1 ó 2 cakis)
2 ó 3 cakis que cortaremos en rodajas para decorar
2 huevos + 1 yema
1 hoja de pasta quebrada (de la que no sube)
Medio vaso de azúcar blanco
Medio vaso de leche condensada
Vaso y medio de nata para cocinar
2 cucharadas de mantequilla desecha
1 cucharadita de zumo de limón
Media cucharadita de canela molida

Extendemos en un molde para pasteles (de unos 22 cm de diámetro) la pasta quebrada de manera que suba por los moldes unos 2 cm, más o menos.

Rallamos un caki o dos (los necesarios para llenar un vaso).

En un bol mezclamos todos los ingredientes y la mezcla la vertemos sobre la pasta quebrada. Colocamos sobre la superficie los cakis cortados en rebanadas o gajos, al gusto, siempre y cuando no sean demasiado gruesos. Los pintamos con la yema de huevo.

Precalentamos el horno a 230 grados e introducimos el pastel durante 10 minutos, Transcurrido el tiempo disminuimos la temperatura a 180 grados y cocinamos durante media hora adicional o hasta que al clavar un palillo en el centro salga totalmente seco.

Retiramos del horno y dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de servir,